Elvira Plaza

Porque asomarse a la ventana o balcón de la habitación supone deleitarse con las vistas sobre los naranjos de la plaza de Doña Elvira. Significa también oler a azahar, escuchar las campanas de la vecina Giralda o el del murmullo de la cercana fuente. Según cuenta la leyenda en uno de los edificios que ocupa el hotel vivía el Comendador de Calatrava, Gonzalo de Ulloa, padre de Doña Inés, el amor de Don Juan Tenorio. Y decimos en uno de los edificios porque son tres los que se han restaurado y unido para crear el Elvira Plaza, este hotel boutique que cuenta con un total de nueve habitaciones decoradas en un estilo elegante y minimalista. Junto al hotel se encuentra el Restaurante Doña Elvira, en el que poder comprobar a qué sabe Andalucía.