Canal Saint-Martin
© JeanLucIchard / Shutterstock.com
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Los mejores barrios para dormir en París

Hemos hecho una selección de nueve regiones que os abrirá a la capital como un local, dependiendo de lo que busquéis

Alix Leridon
Traducido por: Sofia Alonso Wilson
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¿Aún no habéis llegado a París y ya sentís que os habéis perdido? ¡No lloréis! Gracias a años de trabajo ya podemos orientarnos por la ciudad y estamos preparados para aconsejaros como un auténtico guía. Spoiler: no es una ciudad lo que vais a visitar, sino una red apretada de diferentes barrios con ADNs bien definidos, a veces lejos de la imagen idealizada de la Torre Eiffel iluminándose al anochecer frente al Sena. Levantamos el telón, solo para vosotros, de los mejores nueve escenarios geográficos donde vivir la capital como si fuerais un auténtico parisino, en función de vuestras preferencias. Desde el paraíso de los ‘foodies’ en el metro Charonne hasta el París de postal de Les Tuileries; os hemos hecho una lista con nuestras direcciones favoritas de cada barrio, con una propina de regalo de alojamientos (mirad que fácil os lo ponemos). ¡Empieza el viaje!

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Los mejores lugares de París donde alojarse

1. Saint-Germain-des-Prés

Para… los que compran más libros de los que leen

Saint-Germain-des-Prés -hermoso, chic y encantado con el alma de la Nouvelle Vague- hace poco que se ha transformado y para bien: se ha vuelto 'cool', sin dejar de ser burgués. No paran de abrir nuevos locales llenos de atractivos, y a lo grande, como el gigante bar de cócteles llamado Cravan, que ocupa un edificio entero; el bar de vinos festivo Grain(s); la cafetería literaria Maison Fleuret; o el Pamela Club, que trae un poco de locura a este rincón que a veces peca de ser demasiado estirado. Todo esto se suma a las instituciones del barrio, como Le Bon Marché, el jardín de Luxemburgo, así como sus librerías y cafés imprescindibles. En cuanto a hoteles, hay una gran oferta, y la elección se complica. Echad un vistazo al hotel des Académies et des Arts, al nuevo hotel des Grands Voyageurs o a la muy chic Villa-des-Prés.

2. Montmartre

Para… los románticos; un barrio pueblerino y con vistas top que requieren de estar en forma

La vida de pueblo en Montmartre no es un mito: ¡todo lo que os habrán contado es verdad! Es inevitable que algunas calles arrastren hordas de turistas, pero la mayoría de los adoquines y las escaleras interminables del barrio permanecen intactas -casi un misterio-. Quizás porque para alojarse alrededor de Abbesses y del Sacré-Cœur hay que tener buenas piernas. Eso si, vale la pena hacer el esfuerzo: desde lo alto de la colina, se disfruta de una de las vistas más hermosas de la ciudad, que se extiende como una alfombra bajo los pies. En Montmartre encontraréis una vida de barrio muy agradabe, con un amplio repertorio de restaurantes de calidad (Sushi Shunei, A.Léa, Chez Eugène) y, muy cerca, os esperarán las noches locas de la incansable Pigalle. ¿Montmartre os ha seducido para meteros en alguna de sus camas? Nuestro lugar favorito es el Hôtel Particulier Montmartre, sin duda (si no os alojáis allí, al menos pasad por el Très Particulier, su bar secreto). El Ballu, en cambio, es la alternativa a los que necesitan abrocharse el cinturón.

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3. Pigalle

Para… los noctámbulos: bares, restaurantes y una vida nocturna para tirar cohetes

Pigalle es tan 'cool' que lo más probable es que todos los otros barrios de París lo odien. Es aquel amigo que sale hasta altas horas de la madrugada (en su defensa, hay literalmente solo un paso entre la terraza del Mansart y la puerta del club Carmen), pero se mantiene suficientemente despierto como para una salida diurna cinegética al museo de la Vie romantique o al museo Gustave Moreau. Os dirá que podéis encontrar todo lo que necesitáis en su larga calle de los Mártires y tendrá razón. Pero os recomendamos -sin querer ofender a vuestro amigo- comprar en las calles circundantes, que abundan en panaderías delirantes (Norma, Léonie, Babka Zana, Mamiche...), floristerías con aires de museo (Debeaulieu) y tiendas de ropa vintage sin fondo ni margen de error (Mamie Blue). Para dormir, dirigíos a L'Amour, que hace honor a su nombre, o al Pigalle. Pero si sois más de yoga que de resaca, haced noche en Hoy.

4. Le Marais

Para… gastar y hacerse el moderno, repleto de galerías, tiendas de diseño y restaurantes gourmet

Aquí estáis en el centro de París, en el paraíso de las galerías, las tiendas de ropa vintage, las boutiques de diseñadores y los cafés de moda. El centro cultural de Marais es el feudo de las instituciones más vanguardistas, desde el centro de arte contemporáneo Lafayette Anticipations hasta la MEP (Casa Europea de la Fotografía). Tampoco faltarán los buenos restaurantes, entre la alegría que desprende el mercado de los Enfants-Rouges, el moderneo del Carboni's y la ascensión gastronómica del Datil. Atención porque quizás acabáis topando con dos de nuestros bares favoritos: el Bistrot des Tournelles y la Grande Brasserie. Como era de esperar, hay un precio a pagar por todo esto, y los hoteles de calidad en el barrio son un poco más caros que en otros lugares. Si vais con dinero de sobras, nada iguala a la serenidad imperial del Cour des Vosges, en la plaza del mismo nombre. Si sois más gamberros, el Sinner es para vosotros y para todas las parejas que tratan de cazar un poco de intimidad.

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5. Belleville

Para… enamorados de las panorámicas de peli y la esencia local, con una miscelánea de cultura china y gastronomía dispar

Belleville está en la cima (de la colina). Es un barrio privilegiado a la hora de tomar unas copas, un rito que reúne a los locales frecuentemente. Aquí se está lejos de la París de postal, pero esto no quiere decir que no sea digna de otras postales; en la intersección de sus dos calles principales, se descubre una de las imágenes más curiosas y bonitas de la capital. Y es que Belleville viene de ‘bella vista’ (su mirador es buena prueba de ello) y todo París tiene vistas sobre ella y sus numerosos atractivos. Es Chinatown y sus mil y un restaurantes pequeños (Mian Guan) y karaokes, sin olvidar sus enclaves gastronómicos de categoría, como el galopante Cheval d’Or, y sus bistrós mitad franceses, mitad modernos (Café des Délices, Paloma). Es ‘Midnight in Paris’ si hubiera sido dirigida por Gaspar Noé, con un telón de fondo repleto de bares de billar o de cócteles -Combat y Kissproof los recomendamos con mucho ímpetu-. Si, confirmamos que es un buen plan; también porque sus opciones de alojamiento son ultra económicos, como el hotel Babel.

6. Charonne

Para… los amantes de la buena comida: restaurantes y mercados locales

Tantas son las opciones de restauración que se acumulan alrededor de la estación de metro del distrito 11 -en las que nunca te llevas una decepción, o muy pocas veces- que nos atrevemos a afirmar que se podría crear un Time Out Charonne. Al timón de este barrio está el buque insignia del chef Adrien Cachot, que, recientemente, nombramos como restaurante del año en nuestros premios. Y está rodeado de una flota de restaurantes atemporales: Clamato, Septime, Bistrot Paul Bert... Si tenéis ganas de cocinar, estaréis a la misma distancia de los establecimientos que de dos de los mejores mercados de París: el de la plaza de la Bastilla y el de la plaza de Aligre, ambos con ese aura de domingo distendido. Vale la pena prolongar el paseo por el cementerio del Père Lachaise. En cuanto a los hoteles, tendréis que buscar más bien por el lado de la plaza de la Bastilla, en Maison Bréguet, o en la de la Nación, en el MK2 Hôtel Paradiso.

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7. Tuileries

Para… bolsillos generosos y ocasiones especiales (hoteles y tiendas de alta gama)

¿Sois Bella Hadid y venís a pasar tres días en París? Entonces bajad a la plaza de la Concordia, al principio de la rue de Rivoli y del jardín de las Tullerías, que son mucho más chic que los Campos Elíseos -eso sí, es necesario ir con un buen fajo de billetes-. La vida de palacio está aquí y es infinita: desde el Crillon, al nivel de la plaza de la Concordia, hasta el Meurice, un poco más allá. Bajo las arcadas, los hoteles de lujo se alinean como un collar de perlas a lo largo de las Tullerías. ¿Aspiraciones más caras? La plaza Vendôme y sus boutiques de lujo son dignas de alfombra roja y están a dos pasos. Al final del jardín, os recibirá a vuestros pies la Bolsa de Comercio y unas exposiciones de éxito, haciéndoos ojitos -cuidado, que seguro que el Louvre, su vecino, se pondrá celoso-. Estaréis bien servidas para comer si termináis la pasarela en los mejores restaurantes japoneses de la ciudad -desde los ramens de Kodawari y Echizen hasta los bentos y pasteles de orfebrería de Toraya-.

8. Strasbourg Saint-Denis

Para… los que buscan un rollo más alternativo, y viene con extra de restauración turca

Os lo advertimos: si elegís este barrio, es más por sus restaurantes turcos, bares y cafés que por sus monumentos y museos (casi inexistentes). Pero es aquí donde la juventud más fermenta y donde habrá más posibilidades de conocer a gente nueva. ¡Tendréis para elegir! Desde los rockeros de Tony hasta la fauna de moda de la Chope des Artistes. Para las mañanas después de la fiesta, las hamburguesas de Dogma o Dumbo os esperarán a la vuelta de la esquina, así como los imbatibles dürüms de Urfa. Y si por casualidad se os abre el apetito para consumir un poco de cultura, ¡el teatro de la Porte Saint-Martin tiene una de las mejores programaciones de la capital! Dormir es hacer trampa en este barrio, pero el Grand Amour no es como los demás, y su escondido Book Bar será la antesala de vuestras mejores noches.

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9. Canal Saint-Martin

Para... beberse París de un tirón

Con los primeros rayos de sol, los adoquines del canal Saint-Martin se transforman en una playa urbana a la que todo París emigra para relajarse hasta altas horas de la noche. Es el lugar perfecto para los que buscan vibraciones vacacionales. El día se os llenará rápido entre République y Stalingrad, a ambos lados de la pasarela Arletty que cruza el canal (en homenaje a la actriz de Hôtel du Nord): café y croissant en Ten Belles, vitrineo en Centre Commercial, almuerzo en Sur Mer o en Ima Cantine… Al caer la noche, si o si hay que cenar en Early June y después toca disfrutar del centro artístico Point Éphémère, que da de cara al río. Si os gusta el humor (¿y a quién no?) el Paname es el mejor comedy club y está a nada de allí. ¿Un buen albergue? El Generator, como anillo al dedo para los presupuestos ajustados. No os asustéis, la tranquilidad prometida también existe en este fragmento parisino, solo hace falta irse al Bloom House y disfrutar de una piscina de diez.

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