Cinco anécdotas sobre el Scalextric que te sorprenderán

Es uno de los juguetes más populares del mundo y uno de los hobbies con más historia: ya van 60 años de coches eléctricos en miniatura, y os explicamos algunas curiosidades
Scalextric
Scalextric
Time Out en colaboración con Scalextric
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¿Recordáis la primera vez que jugasteis con un Scalextric? Sin duda fue un momento mágico, de esos que se quedan eternamente grabados en la memoria. Pudo haber sido de muchas maneras: recibiendo un regalo el día de Reyes –entonces tuvisteis que montar la pista, situar los coches, cargar los mandos con pilas que funcionaran y empezar a ver cómo funcionaba ese circuito fantástico para hacer carreras–, o quizá ya lo encontrasteis montado por vuestros padres, o en casa de algún familiar o amigo. En cualquier caso, ese primer momento es pura adrenalina y emoción, y más cuando los coches salen disparados y empiezan a dar vueltas por el circuito a toda velocidad. Por supuesto, no hay que olvidar el momento más frustrante: cuando el coche se salía de su surco y perdíamos la posición y había que volver a comenzar. Esa incerteza en el resultado era lo que hacía (y hace) de Scalextric un juguete inolvidable.

Un momento… ¿un juguete? ¡No sólo eso! Scalextric es también una afición que muchos hemos mantenido a lo largo de los años. Forma parte de la infancia de varias generaciones y también del día a día de muchos adultos que han encontrado en el coleccionismo y el cuidado de los coches eléctricos a escala un divertimento tan apasionante como la colección de figuras de soldados, de sellos o monedas. No sólo es el regalo más deseado para esta próxima Navidad, sino que Scalextric es una pasión que no se acaba nunca. Y por eso es un producto que no ha dejado de renovarse. Desde que en 2003 la compañía fabricante en España diera el salto al mundo digital –mandos sin cable y dominio de los coches vía Bluetooth–, Scalextric es todavía más divertido y variado. Este 2023, además, presenta novedades: nuevos circuitos de la línea Compact –pensada para los más pequeños, a escala 1:43 y a partir de los 3 años, con diseños tan alucinantes como pistas en forma de 8 con peraltes elevados para dar mayor sensación de velocidad–, una variante de la línea Original, con modelos de coches inspirados en la marca Cupra, y diferentes versiones de la línea Advance para el público adulto, con modelos BMW, Ford y unas velocidades asombrosas. Y es que Scalextric no es sólo juego: es una pasión que se ha infiltrado en la vida de millones de personas, y que ha generado todo tipo de anécdotas interesantes. Es un buen momento para repasarlas.

1. Scalextric en ‘La mesías’: nostalgia y alegría

'La mesías', la nueva serie de Javier Ambrossi y Javier Calvo para Movistar+, está siendo uno de los grandes acontecimientos televisivos de la temporada. Y si habéis visto el primer capítulo, sin duda os habrá llamado la atención una escena en la que el niño protagonista juega con su vecino y su hermana al Scalextric. El poder de la escena se resume en dos ideas centrales: la vida de esos niños es triste y desgraciada –y lo será más en adelante–, pero durante unos minutos, mientras juegan con los coches eléctricos, su felicidad es inconmensurable. Por otra parte, la escena nos retrotrae colectivamente al sentimiento de nostalgia por aquellas mañanas de Scalextric que llenaron nuestra infancia. El modelo con el que juegan es el de la línea Original, pensada para mayores de 6 años, en escala 1:32, y que nunca ha desaparecido del mercado. De hecho, sigue estando disponible en una versión actualizada y compatible con la línea Advance.

2. Una velocidad superior a la de un avión

Los coches de Scalextric son diabólicamente rápidos, y el récord de velocidad de uno de estos bólidos es absolutamente increíble: más de 980 kilómetros por hora. Si nos paramos a pensar, resulta que esa velocidad jamás la ha alcanzado ningún coche a motor, y es más propia de los aviones que superan la barrera del sonido. ¿Qué ha pasado aquí? La clave está en el nombre del producto: Scalextric viene de la suma de las palabras escala y eléctrico, es decir, son coches eléctricos a escala, y por tanto la velocidad que alcanza uno de estos juguetes hay que medirla en la escala estándar más utilizada, que es 1:32 –la versión Compact para niños pequeños es 1:43–, y teniendo en cuenta esas proporciones más pequeñas, pero una velocidad rápida, es como salen esos números. Es por eso por lo que Scalextric gusta tanto, la sensación de vértigo es insuperable.

3. El mayor coleccionista de Europa

El coleccionista más serio que hay de Scalextric en toda Europa vive en España. Se llama Diego Dámaso y acumula prácticamente todos los coches eléctricos disponibles, incluidos los últimos modelos que han salido al mercado: el Team Cupra de la línea Original, el Ford Puma Rally 1 WRC y el BMW M1, inspirado en un coche histórico de carreras de los años 80 en Estados Unidos, conducido por Joe Crevier y Al Unser Jr.
Dámaso no tiene la colección más grande del mundo, pero este madrileño se ha convertido en uno de los ‘top’ más exquisitos y, además, en un gran divulgador del mundo de los coches eléctricos. ¿Cuántos tiene? Más de 2.500 sin lugar a dudas, que son los modelos disponibles en su tienda de coleccionismo. ¿Cuál es su secreto? Su padre le regalaba coches de pequeño, comprados en tiendas de todo el mundo, y así comenzó a tener rarezas que hoy valen una fortuna. Su joya más preciada es un Ferrari 250 GTO del que existen 25 unidades. No sabemos quién tiene las otras 23, pero sí sabemos que el otro modelo conocido está en el Vaticano.

4. Una relación constante con SEAT

Scalextric es un juguete de origen inglés, pero España ha tenido una licencia exclusiva desde hace 60 años –el comienzo de la marca en nuestro mercado fue en 1962–, y también desde el principio ha tenido una relación estrecha con SEAT. Esta conexión llega hasta hoy, con la implementación de nuevos modelos de coches eléctricos inspirados en la marca Cupra, y con una línea vintage que tiene como modelos de referencia las réplicas de los míticos SEAT 600 y el SEAT Panda, dos históricos de la década de los 60 y de los 80, los momentos en los que Scalextric nació y se consolidó en el mundo de los juguetes. Y así hasta hoy.

5. La pista más larga del mundo

Uno de los atractivos de Scalextric siempre fue construir nuestras propias pistas en casa, y diseñarlas a nuestro gusto. Así, podíamos hacer rectas largas en el pasillo, o curvas cerradas en las habitaciones más pequeñas; podíamos elevar peraltes para que los coches parecieran volar, y también podíamos crear pasos subterráneos y cruces imposibles. A veces, como recordaréis, los coches se salían de la pista y chocaban contra otros coches: un Scalextric tenía la misma tensión y emoción que un circuito profesional de carreras. Pero ¿cuál es la pista de Scalextric más larga del mundo? ¿Podría ser tan larga como Montmeló o el circuito del Jarama? Un inglés, James May, llegó a construir en 2009 una pista de cerca de 4,75 kilómetros, y todo funcionó a la perfección. Y sí, era más larga que Montmeló y muchos otros circuitos históricos. Sería maravilloso hacer circular un nuevo Porsche 911 de la serie GT3 por ahí.

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