1. Naranjo


Naranjo Bar, un ícono de bar de vinos con buena cocina. A cargo del chef Augusto Mayer (ex Proper), el menú invita a probar distintos platos chicos y grandes que fusionan muy buena materia prima y una gran cuota de creatividad. La carta muta con cada cambio de estación y siempre hay opciones para todos los gustos: panes de masa madre y crackers de semillas, quesos (como la ricota casera con pimientos confitados o el halloumi con harissa verde), carnes y chacinados (como la porchetta con puré de peras o la salchicha de cordero con hojas verdes), alternativas de mar (como las anchoas de MDQ con manteca o la pesca del día con escabeche de alubias) y platos veggie (como el hummus de remolachas o los hongos con mole y puré de porotos blancos). Un sinfín de sabores para maridar con una interesante selección de vinos que reúne productores boutique y bodegas de renombre, más algunas joyitas difíciles de conseguir en otros winebars.
El dato: tiene un deck con mesitas sobre la vereda y un salón espacioso de estética canchera que se presta para un plan amiguero o una salida relajada en pareja. El Plus: los miércoles hay DJ en vivo.
Dónde: Carranza 1059, Chacarita.