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[title]Es sábado por la noche. Podés salir a comer, podés ir a bailar, podés ir al teatro, al cine o simplemente a caminar por tu barrio porteño favorito. ¿O estás para algo diferente? Si buscás planes originales para hacer en Buenos Aires, tenemos cuatro para recomendarte.
Los requisitos: que te guste el vino, porque estas experiencias son “Vino y…”, y que tengas ganas de pasar un buen rato en un ambiente diferente. Advertencia: no vayas con tus mejores galas, porque probablemente te ensucies. ¿Listo? Empecemos.
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Cerámica y vino en un espacio único
Si nunca visitaste la Galería Patio del Liceo, regalate un paseo. Vas a encontrar negocios de prendas artesanales únicas, objetos decorativos, una joyería de estética contemporánea, una tienda de cosmética orgánica, tiendas esotéricas, espacios de fotografía analógica y, entre todo ese mundo arty, el taller de cerámica de Mayra Luna, “Salvi” para los amigos, cofundadora de Kiki Taller.
Es así que, algunos sábados especiales, el Patio del Liceo se viste de gala para las “Noches de Cerámica y Vino”. De la cerámica se encarga Salvi, artista reconocida por sus esculturas en miniatura, que te invita a crear tengas o no experiencia, y te explica lo que necesitás saber, mientras te cuenta alguna anécdota divertida. Del vino, el equipo de Diwine, que no solo te propone degustar 3 varietales de vino de la bodega familiar Tempus Alba, sino que te enseña a qué tenés que estar atento para poder apreciarlos.
“Lo lindo del evento es lo distendido y divertido que es acompañar el hacer cerámica con un buen vino. Se escuchan las risas y se crea un ambiente lindísimo y distendido. Les suelo enseñar técnicas fáciles para hacer sus primeros cuencos, tazas o platitos. Y me gusta invitarles también a hacer una pequeña escultura de algo que les haga muy feliz, y así aparecen hermosas mascotas en arcilla”, nos contó Salvi.
Todo esto está acompañado de una picada vegetariana y de pan sin gluten, para que nadie se quede sin participar de esta hermosa experiencia, que tiene una capacidad máxima de 14 personas.
“Me gusta pensar el evento como una experiencia de pasos, entre la cata de vino y las técnicas en cerámica para hacer las piezas, parar un ratito a saborear la comida y finalizar pintando las creaciones”, concluyó la artista. Sobre las creaciones, se retiran horneadas y esmaltadas a los 20 días del evento por Kiki Taller.
Es sin dudas, una experiencia ideal para conocer gente, ensuciarte un poco las manos, desenchufarte y acercarte al mundo de la cerámica.
Vino y joyería en una casa especial
Maison Crude es una casa de arte en el barrio de Palermo, que alberga el oficio de la joyería en todas sus formas. Acá podés aprender en talleres regulares, venir a comprar algo especial y, también, pasar una noche creando y degustando en la experiencia “Wine and Jewelry”.
Nathalia Peralta, artista, joyera, creadora de la firma becrude, y fundadora y directora de becrude escuela, te invita a construir tu propia joya mediante la técnica de escultura en cera, y dejándote guiar por tus sentidos.
“La marca de joyas Becrude, existe hace 12 años. Luego, hace 8, surgió la escuela. Y en 2024 fundamos Maison Crude, con las experiencias de vino y joyería. Es una casa dedicada al arte de construcción y joyería”, nos explicó Nathalia.
Como Maison Crude también cuenta con un bar (de infusiones durante el día, y de coctelería de autor por la noche), cada proceso se acompaña de una copa de las mejores etiquetas de la casa: 4 pasos en maridaje con exquisitos quesos de estación y pan de masa madre (hay opción vegana y sin gluten). Música en vivo o una playlist cautivante creada especialmente para la experiencia por chicoplaylist, te abrazan mientras te dejás llevar y trabajás con las manos.
¿Cómo se vive la experiencia, de principio a fin?
Nathalia nos la relató así: “La gente llega a la Maison, y hacemos un recorrido por los distintos espacios, en los que pueden ver cada proceso detrás de cada pieza de la marca. Después pasamos al patio y empezamos a crear, maridando cada uno de los cuatro procesos con una copa. Es así que, durante dos horas, degustamos cuatro etiquetas mientras cada uno trabaja en su pieza. Cerramos la experiencia con un cóctel de autor de nuestra barra”.
Que la experiencia sea 360 grados no es casualidad: “La idea es despertar los sentidos e ir reconociendo qué pasa con nuestro cuerpo, tanto desde el lado del tacto como del olfato, la vista, el gusto y el oído”, nos contó su creadora.
¿Lo mejor? Unos días después recibís tu joyita en bronce o alpaca, para que la luzcas con orgullo o se la regales a alguien que quieras mucho.
Arte y vino para conocer gente
La propuesta es conectar, expresarte y divertirte pintando entre copas y en un entorno relajado. Vas a pintar, vas a beber, vas a charlar. Vas a soltarte y a dejarte guiar por tu inspiración. Te vas a sentir libre.
No hace falta tener experiencia previa. Es más: es más divertido si no la tenés, porque la artista Ani Santangelo te enseña un poco de teoría y te da las herramientas necesarias para que te quede una obra decente (y mostrable). También, ofrece una consigna disparadora e imágenes de referencia para que te pongas creativo.
“Me gusta llamarlos encuentros de arte y vino, porque busco combinar todo lo que más disfruto en una sola actividad. Así es como empezó”, nos contó Ani. ¿Qué es lo que más le gusta de ser anfitriona de esta experiencia? “Por un lado, la posibilidad de compartir el arte con personas que hace mucho que no pintan o que se están animando a acercarse a la pintura por primera vez. Y por otro lado, la parte social ¡que me encanta! La mayoría de la gente que participa viene sola, con el objetivo de conocer gente y compartir una experiencia distinta”.
El spot va variando, y es en un espacio distinto cada vez. Lo mismo el vino. Y la picada. Lo que nunca cambia es el espíritu lúdico y especial de la experiencia. “Nunca deja de sorprenderme la energía que se genera en cada encuentro”, concluyó.
Vino y tarot: una experiencia esotérica
La experiencia de vino y tarot que ofrece el bar palermitano Las Divines es un evento ideal para pasar una noche diferente. Por un lado, por el componente esotérico, un camino por el cual la tarotista Viviana, te lleva de la mano. Y por el otro, por la degustación de cuatro etiquetas de vino de Envero, la vinoteca de Las Divines, acompañada de una microlectura de su vibrato de vida.
Si entendés la parte del vino pero te confunde la del tarot, desde Les Divines nos la explicaron muy bien: “Cada persona tiene asignado un número según su fecha de nacimiento, el cual revela aspectos de su camino y sus deseos más profundos. Además de la lectura e interpretación del número asignado, nuestra tarotista ofrece un mensaje del arcano que elijas al azar, lo que añade un componente adicional a la experiencia y enriquece la sesión”.
Este ciclo fue ideado por Vicky Vaultier, dueña del bar que gusta mucho del tarot. Si a vos también te gusta, vale la pena participar de la experiencia, tan original como la decoración del lugar.
Como la actividad se desarrolla alrededor de una mesa común, donde todos los participantes interactúan y comparten entre sí, podés ir tanto solo como con amigos o pareja: de todas formas la vas a pasar bárbaro y charlar con todo el mundo.
¿Qué experiencia de “Vino y…” te tienta más?