Dónde probar sabores del Medio Oriente en Buenos Aires

Sarkis tal vez sea el restaurante de comida de medio oriente, más popular y convocante de Buenos Aires. Tiene 40 años de historia y hoy es comandado por la segunda generación de una familia armenia, los Katabian. Su estilo es ruidoso, caótico y pintoresco, lleno de mesas grandes de amigos. 

Arranquen por el mezze, un combinado de platitos entre los que sobresalen el hummus clásico y el jambra, puré de morrones con mucho ajo y nuez. Deliciosos. Entre los principales carne o el cordero al fierrito con yogurt y, por supuesto, una porción de mante, unos ravioles abiertos rellenos de carne especiada que se sirve en un caldo de verduras. No se olviden de pedir de postre la golosa copa Sarkis. Trabajan sin reservas. 

Dónde: Thames 1101, Villa Crespo.

Una de las aperturas de 2024 en Colegiales. Ubicado en una esquina de aire vintage: paneles de madera en las paredes, sillas de caño y cuerina bien ochentosas, lámparas globos, fotos en blanco y negro de Alf y de Don Ramón. La cocina a la vista de Florentín se abre al salón y tiene una barra para quienes prefieran sentarse allí. 

La comida, que homenajea a la cocina judía y de Medio Oriente, llega en platinas y se divide en dos categorías: para comenzar y fuertes. La berenjena es omnipresente entre los primeros (babaganush, trío de berenjenas y chambota) y entre los principales hay chicken schnitzel, shawarma de larga cocción y falafels en distintas combinaciones. De postre, turrón brownie. 

Dónde: Conde 1402, Colegiales.

A diez años de su apertura, Mishiguene sigue vigente y proponiendo una de las cocinas más originales de la ciudad, acompañada de todos los elementos que hacen a un gran restaurante: un servicio afilado, una energía eléctrica y  unos sabores memorables. 

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Tomás Kalika y su jefe de cocina, el mexicano Fernando Padua, dan en la tecla con especias y condimentos: el mezze ya es un verdadero banquete y el pastrón con hueso y risotto de farfalaj trufado es la estrella de la carta. Pedí también los chipirones con tinta de calamar, ajos y anchoas. Los viernes se celebra shabat y todo termina con músicos tocando klezmer en vivo. Para ir y reincidir.

Dónde: Lafinur 3368, Palermo.

Armenia está muy presente en la gastronomía de Buenos Aires, muchos inmigrantes e hijos de inmigrantes se dedicaron al trabajo en restaurantes, manteniendo viva una de las cocinas más interesantes de Medio Oriente. En nuestra opinión Nani, en Villa Crespo, es uno de los mejores exponentes. 

Aquí, Natalia Demirdjian apela a algunas recetas propias y otras de su madre que resultan en platos sustanciosos en sabor y tamaño. Pidan sin dudar el sarma caliente, que está entre los mejores que se pueden encontrar en la ciudad. También destacan las lehmeyun y en la parte dulce, el baklava de pistachos. En invierno tiene platos de olla difíciles de conseguir en otros sitios como el bamiá o el herisé. 

Dónde: Gurruchaga 1088, Villa Crespo.

La Crespo es un emblema de Villa Crespo y se especializa en comida judía de Europa del Este. La experiencia gastronómica que combina tradición y modernidad puede asemejarse mucho a esos delis neoyorquinos tan visitados por los turistas en otras ciudades del mundo. 

Sus platos más destacados incluyen el sándwich de hot pastrami con todo lo que tiene que tener: 200 gramos de pastrón caliente, fino toque de mostaza dijon, cebollitas caramelizadas, pickles de pepino y papitas. No presenta dudas al servir knishes de papa y cebolla, varenikes rellenos de papa o ricota, y bagels frescos. Con más de una década en la espalda, ya lograron aceitar el servicio y la propuesta.

Dónde: Vera 1001, Villa Crespo.

Qué bueno encontrar esos lugares que derrochan alma y personalidad y que no se parecen a nada. Eso es Querida Rosa, un pequeño restaurante de cocina armenia contemporánea, donde los fines de semana las comilonas tal vez terminen bailando y donde uno puede dejarse leer la borra del café.  Detrás de este emprendimiento familiar se encuentran Nataly –más conocida en redes como "La hija de la pólvora"– y su novio, el cocinero Fernando Romano. 

En octubre de 2023 dieron vuelta un ruinoso local para montarlo como si fuera el living de la casa de una abuela o el set de un programa de TV armenio. A la tarde ofrecen meriendas y al mediodía y a la noche una carta en la que destacan el manté, la spanakopita y el subereg.

Dónde: Aráoz 568, Villa Crespo.

Una apuesta distinta en Villa Devoto. Malcolm Farid Lancioni es un apasionado de la gastronomía que hace poco más de dos años decidió abrir un pequeño restaurante de cocina de Medio Oriente en donde antes funcionaba una carnicería. 

En Farid solo hay espacio para 28 comensales por noche que conviven en un salón minimalista de azulejos blancos y asientos tapizados en color verde botella. La carta es concisa, de apenas una página, e incluye falafel, shawarmitas, babaganoush, arroz kakule (con cardamomo, lentejas y frutos secos) y el clásico de la casa, una masa rellena de quesos y coronada con huevo a punto conocida como lehme. La carta de vinos es un plus: está diseñada con conocimiento y curiosidad. 

Dónde: Francisco de Enciso 3791, Villa Devoto

Fundada en 1977, El Horno de Medio Oriente es una de las panaderías árabes más antiguas de Buenos Aires, a cargo de descendientes de sirios que mantienen vigentes sus tradiciones. La esquina de San Cristóbal siempre está rebosante de clientes, que llevan sus pedidos o también comen en el lugar, ya que hay algunas mesas en el salón. Todos los días el horno se enciende a las cinco de la madrugada y de ahí salen maravillosos panes, casi cien kilos. 

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Luego, las diez variedades de empanadas y al final los dulces. La carta es muy amplia y completa. Lehmeyun, sfija (empanada con queso árabe y perejil), mamul y lokum -unos bombones de pétalos de rosas- son algunos de los hits. 

Dónde: Garay 2501, San Cristóbal