Los italianos nos legaron una tradición que tomó vuelo e inició un ciclo propio en Buenos Aires: la pizza porteña. En esta nota van los lugares de siempre, donde la propuesta es probar la receta auténtica. Porque hay cosas que, aunque pasen los años, queremos que sigan firmes y estoicas, para celebrar nuestras costumbres: en la barra, en una mesa, por porción, con o sin fainá, para una persona o para diez, la pizza de Buenos Aires se puede degustar de distintas formas. Lejos de la masa madre y de otras variaciones, como la napolitana, que hoy acaparan los algoritmos, las pizzerías porteñas le dan vida a un circuito que narra la identidad de la ciudad y sus habitantes.
Acá, la pizza es al molde: una masa de mayor grosor para soportar el generoso queso mozzarella. Y esa es, justamente, la prueba de fuego: si éste último no rebalsa ni se estira como un chicle al cortar una porción, no estamos hablando de una pizzería clásica porteña.
Estos lugares que elegimos suman un ingrediente, la mística, que viene de la nostalgia del inmigrante, o de ubicarse en locales antiguos que conservan las fachadas originales de otra Buenos Aires. Por ello, la experiencia se completa in situ. Olvidate del delivery, a estas 11 pizzerías porteñas tenés que ir.