30 platos que hay que probar en Buenos Aires

El revuelto Gramajo es muy sencillo, pero grita Buenos Aires. Y sí. Es que esta golosa combinación de huevos, jamón y papas cortadas muy finitas (estilo paille, para ser precisos) se inventó en el Río de la Plata. Es un plato que suele servirse en fondas y bodegones. Nos gusta la versión que hacen en el centenario bar Los Galgos. Viene en porción individual o para compartir.

El dato: además del clásico, ofrecen una versión con hongos y otra con lomito ahumado.

Dónde: Callao 501, Centro. Lunes a jueves de 8.30 a 24hs, viernes de 8.30 a 1hs, sábados de 10 a 1hs. Domingos, cerrado.

Es uno de los sandwiches icónicos de Buenos Aires. Lo venden en un café bien tradicional de Recoleta, en pie desde 1963 en la esquina de Posadas y Ayacucho, y es contundente: lleva 400 gramos de carne y se puede pedir simple o completo con jamón, queso gratinado, tomate y lechuga. Viene en un pan francés tostado. Otras opciones son con morrones asados o con panceta y huevo a la plancha.

Dónde: Posadas 1602, Recoleta. Todos los días de 7 a 24hs.

Frente al cementerio de Chacarita se encuentra una cantina italiana bien típica, como quedan pocas en la ciudad. Hacen casi todo bien, pero si hay algo que destaca es su plato más famoso: los fusillis hechos con un fierrito, es decir a mano. Se acompañan con una salsa de pesto y tomates, una combinación que haría exasperar a un italiano, pero que a los argentinos nos encanta. ¡Con mucho queso!

El dato: Albamonte abrió en 1958 y su dueño es hijo de italianos.

Dónde: Corrientes 6735, Chacarita. Martes a jueves de 20 a 23.30hs, viernes, sábados y domingos, almuerzos y cena.

Las milanesas forman parte de la educación sentimental de los argentinos, comida de casa por antonomasia, hay pocas de restaurantes que puedan rivalizar con nuestros recuerdos. La de Loreto, un reducto muy lindo (pero no tan conocido) de Colegiales ubicado en una casa con patio y estilo años 50, sale airosa del reto. Exhala un aire casero que te desarma y se acompaña con arroz con queso y espinacas con crema. ¡Manjar!

El dato: las milanesas están hechas con peceto, un corte magro que las hace súper tiernas.

Dónde: Virrey Loreto 2912, Colegiales. Lunes a sábados, de 10 a 15.30hs. Domingos, cerrado.

En el centro de Buenos Aires, cerca del obelisco, se encuentra esta parrilla old school con mozos de oficio, generosa panera y un curioso sistema para bajar los vinos de las estanterías (no queremos spoilear). Entre todos los cortes que tienen en carta, brilla el ojo de bife, con un tamaño apto para compartir. De la carne más tierna, sabrosa y a buen precio que se puede conseguir en Buenos Aires.

El dato: apenas te sentás llega una empanada frita de carne, que también está entre las mejores de la ciudad.

Dónde: Rodríguez Peña 682, Recoleta. De lunes a sábados, almuerzo y cena. Domingos cerrados.

Digamos la verdad, Argentina es un vergel de empanadas, con distintos sabores y estilos a lo largo del país. Pero Buenos Aires no es el mejor representante, acá no es tan sencillo toparse con una gran empanada, salvo por excepciones. Una es la de La Cocina, un pequeño boliche con apenas una mesa comunal, donde se despachan todo el día milagrosas empanadas de estilo catamarqueño, con una masa seca y algo gruesa.

El dato: la empanada de carne es muy buena, pero nuestra favorita es la Pikachu con cebolla caramelizada, queso y un poquito de picante. Y hay más: si andás por la zona del Microcentro, tiene otra sucursal en Florida 142.

Dónde: Pueyrredón 1508, Recoleta. Lunes a sábados de 12 a 16hs y de 18.30 a 24hs. Domingos, cerrado.

Mucho queso, mucha cebolla y mucha felicidad. La fugazzeta de La Mezzetta es parte del ADN local. ¡Tiene entre un kilo y un kilo y medio de muzzarella por pizza! (es una barbaridad de queso) por lo que conviene pedirl a por porción y comerla acodado a su barra -la única opción posible ya que en el salón no hay mesas- junto a un vaso de moscato como un porteño de ley.

El dato: La Mezzetta abrió en 1939 y se mantiene incólume en calidad a través de las generaciones. Un imprescindible.

Dónde: Álvarez Thomas 1321, Villa Ortuzar. Lunes a jueves de 9 a 24hs. Viernes y sábados hasta la 1.

Hay muchas y muy buenas tortillas de papas en Buenos Aires, alguna más babé, otras más sequitas. La de Condarco, un restaurante informal y acogedor en una esquina de Chacarita que invita a hacerse habitué por sus buenos precios, la preparan muy bien. Es pequeña, alta y compacta, pero al cortarla aflojan las yemas y expresa todo su sabor. Para terminar comiendo con pancito.

El dato: los mismos dueños acaban de abrir una pizzería, Culpina, en el mismo barrio. Allí mismo hay un postre estrella que reúne dos clásicos en una misma cuchara: flan fainá con crema y dulce de leche.

Dónde: Dorrego 901, Chacarita. Lunes a sábados, de 18 a 24hs.

Hay fosforitos y fosforitos. Esta masa de hojaldre de forma rectangular puede languidecer disecada en el último estante de la panadería o puede ser “EL FOSFORITO”  de La Kitchen. En esta bakery se lo toman bien en serio: los laminan a diario con mucha paciencia y manteca, y una vez horneados los rellenan con jamón natural y queso ahumado. Una fiesta.

Dónde: Nuñez 3400, Saavedra y Roseti 1360, Villa Ortúzar. Todos los días, de 9 a 20hs.

El dato: abrieron una segunda sucursal en Roseti 1360, Villa Ortúzar. 

En Argentina, el vitel toné es una de las preparaciones típicas de la Navidad y el Año Nuevo. Herencia de la inmigración italiana, estas lonjas de carne cubiertas con una salsa de mayonesa, atún y anchoas despiertan amores y odios. Pero la versión que sirven en Picarón es muy lograda y se está transformando en un nuevo clásico: reemplaza la vaca por bondiola de cerdo ahumada y se acompaña con unas crujientes papas rejilla.

El dato: desde el día uno lo pusieron en carta y jamás pudieron sacarlo. La salsa lleva por encima unas alcaparras que terminan de redondear el plato.

Dónde: Dorrego 866, Chacarita. Lunes a sábados, mediodía y noche.

Es difícil, aunque no imposible, conseguir lugar en Anchoita. Las reservas se agotan un año por adelantado, pero si uno llega temprano (o muy tarde) tal vez se hace con una mesa. Todo sea por probar su chipá relleno, definitivamente uno de los nuevos platos icónicos de Buenos Aires, aunque también, muy copiado. Se trata de un pan de queso (elaborado con fécula de mandioca) y relleno con jamón y huevo poche hervido a 63.5 grados.

El dato:si no hay lugar, el plan B puede ser ir a Anchoita Cava, de los mismos dueños y con la misma calidad.

Dónde: Juan Ramírez de Velasco 1520, Chacarita. Martes a sábados de 20 a 1hs.

Difícil elección: Niño Gordo, la parrilla asiática de Palermo ambientada con farolitos chinos y personajes de animé, nos puso en una disyuntiva. ¿Tataki de bife o katsu sando? Son sus dos platos insignia y ambos muy buenos. Pero en el cabeza a cabeza nos quedamos con el hermoso bowl que trae lonjas de carne apenas sellada con una yema, wasabi, shiso y arroz. Para mezclar con palitos y disfrutar.

El dato: En Nińo Gordo trabajan con su propia carne de pastura, que crían en campos del sur de Buenos Aires y La Pampa.

Dónde: Thames 1810, Palermo. Martes a viernes de 20 a 24hs. Sábados y domingos, mediodía y noche.

La fainá es otro de los platos que llegaron con los genoveses y que en Argentina se adoptaron para siempre. Es muy sencilla, apenas una mezcla de harina de garbanzos, agua, oliva, sal, pimienta y alguna hierba aromática, y suele venderse en las pizzerías, ya que muchos la comen sobre la pizza de muzzarella. En El Preferido, sin embargo, la llevaron a otro nivel: le suman queso provoleta y la terminan en un horno a leña que le da su crocancia característica, pero preservándola untuosa y cremosa por dentro.

PS: La milanesa de bife de chorizo es otro de los platos icónicos de El Preferido.

Dónde: Jorge Luis Borges 2108, Palermo. Todos los días, de 11.30 a 16hs y de 19 a 1hs.

Es el plato emblema de Anafe, el restaurante de Colegiales comandado por Micaela Najmanovich y Nicolás Arcucci. Está desde la génesis del restaurante y, aunque al principio no lo pedía nadie, terminó imponiéndose: se trata de un financier (un budincito de harina de almendra), coronado con un chutney y un paté de hígado en forma de pico estrellado.

El dato: según la temporada, el chutney puede ser de pera o durazno y va bien acompañado de un vermú.

Dónde: Virrey Avilés 3216, Colegiales.  Lunes a jueves, de 20 a 24hs. Viernes, sábados y domingos, mediodía y noche.

El San Martín podría pasar como uno más de los bares de viejos que hay a lo largo y ancho de la ciudad (cada vez menos igual), si no fuera por un capital que lo distingue de otros: unos regios sandwiches que ellos llaman “camperos”.  Se hacen con un pan finito, tipo árabe, de 15 centímetros de diámetro y están rellenos de  jamón y queso o de cantimpalo. Estos últimos -del fiambre que se elabora a partir de chorizo de cerdo y pimentón- son los más pedidos.

El dato: ubicado en una zona cercana a las facultades y hospitales, dentro del San Martín parece que no pasa el tiempo: mantiene la misma estética desde hace 50 años.

Dónde: Paraguay 2309, Recoleta. Lunes a viernes, de 7 a 18.30hs.

Es un gran plato porque reúne muchas virtudes que coquetean con el paladar: acidez, sedosidad, crocancia, picor, dulzor. Una montaña rusa para los sentidos. Eso es el labnhe de Gran Dabbang. Consiste en queso de yogur, chutney y unos fideos de garbanzos fritos que resultan adictivos. Junto a las pakoras, es uno de los clásicos de este pequeño y animado restaurante de Palermo, que se entronizó como el favorito de los cocineros locales.

El dato: Gran Dabbang trabaja con productos locales y con técnicas y condimentos de India, especialmente.

Dónde: Av. Scalabrini Ortiz 1543, Palermo. Lunes a sábados, de 19.30 a 24hs. Domingos, cerrados.

Es una mezcla de lo mejor de dos mundos: el sando japonés y la milanesa argenta. El sándwich de milanesa de Mengano bistró en Palermo, comandado por el chef Facundo Kelemen, no se parece a ningún otro y es pura lujuria. Doran el pan con manteca, salsa de tomate, dijon y un fondo de carne reducida con soja y azúcar y el corte que usan para la milanesa es waygu de kobe beef, cocinado de antemano por diez horas al vacío. Bomba de umami.

PS: además de la milanesa, Mengano actualiza otros platos de bodegón, como el revuelto gramajo o los ñoquis.

Dónde: Cabrera 5172, Palermo. Martes a sábados de 20 a 24hs.

No es tan sencillo encontrar buenas papas fritas hoy. Muchos restaurantes recurren a la salvación de las congeladas, pero no así esta silenciosa parrilla de Villa Crespo (poca presencia en redes, ni un cartel en la puerta) que prepara unas de antología y estilo casero. Salen recién hechas en aceite fresco y si las pedís con provenzal no escatiman en cantidad de ajo y perejil. Un viaje de ida.

El dato: las papas vienen en distinto tamaño: chico, mediano y grande. Vos elegís.

Dónde: Villaroel 1201, Chacarita. Martes a sábados de 12 a 15hs y de 20 a 23hs.

Una pequeña licencia. Dos lugares para probar esta combinación con la que los porteños amamos comenzar nuestras comidas, y que, últimamente, ha sido tema de debate: ¿cuáles son las mejores paneras en los restaurantes de la ciudad? Estos dos están a metros de distancia y hacen versiones muy distintas, pero impecables: el pan de Las Flores es un baguetín crujiente elaborado con harinas sin gluten (sorgo, papa y mandioca) y viene acompañado con manteca de ajo confitada y flores. En Reliquia, en tanto, es un pan de brioche pomposo y tibio que viene con una suerte de quenelle de manteca ahumada.

Dónde:

Las Flores: Gorriti 5870, Palermo. Martes a sábados, de 10 a 24hs, domingos de 10 a 19hs.

Reliquia: Carranza 1601, Palermo. Martes a sábados, de 20 a 23.30hs.

Otro de los lugares seguros para comer empanadas en la ciudad es La Imperfecta, un spot nuevo en Palermo con una barra y mesitas en la vereda. Acá practican el estilo salteño -uno de los más afamados- en honor a una de sus dueñas, Memi Saravia, que es del norte. Son pequeñas y sabrosas, para comer de a docenas. Las de carne son las más pedidas, pero sorprenden también las abiertas, tipo árabe, bien especiadas, y cuyo sabor se expande aún más con un poquito de limón.

El dato: la empanada de queso también tiene sus fans. 

Dónde: Honduras 4416, Palermo.

Hace unos años en Buenos Aires se desató la ramen-manía y comenzaron a aparecer muchísimos lugares en donde probarlos. Uno de los más tradicionales y sabrosos es el ramen que sirven en Nueva Casa Japonesa, un restaurante de la colectividad que se ubica sobre un supermercado de San Cristóbal y que frecuentan los fans del animé. Tienen siete versiones, pero recomendamos la tonkotsu con caldo concentrado de cerdo, tamago, chashu y vegetales.

El dato: si sos fan del ramen, anotate también estos lugares, Orei, Mirutaki y Chino Fino.

Dónde: Humberto Primo 2357, San Cristóbal. Martes a domingos de 10 a 19hs.

Si hay un plato vegano que se merece estar en ese listado, son los hongos en Donnet, un imperecedero de este restaurante de Chacarita a cargo de la extravagante Manuela Donnet. Están desde el minuto uno y jamás salen de la carta: los preparan con portobellos y una base de castañas con olivas verdes, crackers vivas y polvos de estación.

El dato: dependiendo la época del año, cuentan con distintos hongos: ¡llegaron a tener 19 variedades!

Dónde: Jorge Newbery 4801, Chacarita. Martes a sábados, de 20 a 24hs.

Pasan los años, pasan las crisis económicas y Sarkis se mantiene igual, con una larga fila de gente esperando en la puerta. El bodegón de comida de Medio Oriente, que abrió hace 40 años, se transformó en una clásico de Buenos Aires. Es ideal para ir en grupo de amigos  y entre sus platos nos gusta mucho el mante, algo así como unos ravioles abiertos de carne y especias (tienen forma de barquito). Se sirven en un caldo de verduras y se acompaña con madzun.

El dato: Otros platos recomendados son la carne al fierrito y el falafel.

Dónde: Thames 1101, Villa Crespo. Todos los días, de 12 a 15hs y de 19 a 24hs.

Dicen que a esta milanesa cubierta con tomate y queso, a la que también se le puede agregar jamón, la inventó un cocinero porteño en los años 40 para “camuflar” una milanesa quemada. Como sea, en este bar de estilo art decó hacen una muy buena versión con casi cien años en el barrio de Florida, en las afueras de Buenos Aires. Es gigante, para compartir entre varios, mientras suenan los hits de Sandro, el Elvis argentino.

El dato: toda la estética de La Sarita remite a los alocados años 60 de Argentina, ideal para sumergirse en la historia.

Dónde: España 506, Florida. Martes a sábados, de 20 a 24hs.

Tal vez faltaba algo de mar en este listado, así que una buena opción es enfilar hacia Crizia, el restaurante del chef Gabriel Oggero en Palermo, donde sirven las mejores ostras de la ciudad. Se recolectan en la Patagonia, en un pueblo llamado Los Pocitos, en la Bahía de San Blas y se sirven crudas (con vinagre de torrontés, echalotes y limón fresco o con yuzu), gratinadas con parmesano o fritas con broche, caviar marino y crema de rábano.

El dato: las ostras se recolectan y cultivan a mar abierto.

Dónde: Fitz Roy 1819, Palermo. Lunes a sábados, de 19.30 a 23hs.

Donato De Santis es uno de los referentes de la cocina italiana en Buenos Aires, dueño de varios restaurantes y de un food hall. Hay un plato de su extensa carta que nos parece imprescindible: hablamos del Nino Bergese, un raviol de diez centímetros de diámetro relleno con espinaca, ricota y una yema de huevo, que al cortarse la masa, se derrama teatralmente por el plato. Los instagramers, por supuesto, lo aman. El Nino Bergese fue creado en 1930 por el cocinero de igual nombre, conocido por trabajar para reyes y aristócratas italianos.

El dato: Si es temporada, rallan un poco de trufa por encima. Delicia.

Dónde: Castañeda 1873, Belgrano. Todos los días de 9 a 24hs.

Varios platos de Narda Lepes podrían haber integrado este listado, la Palta que lo parió, la milanesa de berenjena o la cebolla con crema de papas, por poner algunos ejemplos, pero nos quedamos con su versión del Bibimbap, un plato que en coreano significa “comida mezclada” o “arroz mezclado”. Es crujiente, sabroso y algo picante por el kimchi y viene en un bowl ideal para colocar en medio de la mesa y compartir entre varios.

PS: Además de panceta y un huevo a la plancha, por encima el Bibimbap trae katsuobushi, escamas de bonito seco.

Dónde: Sucre 664, Belgrano. Todos los días de 8.30 a 23hs. Domingos hasta las 19hs.

Plato típico de los bodegones españoles, ya que pocos siguen haciendo ranas en la actualidad. Una excepción es Miramar, una rotisería y restaurante muy bien conservado en el barrio de San Cristóbal, con mozos de oficio y el mismo mobiliario que hace 80 años. Las ancas de rana vienen fritas, con papas en cubo y mucho ajo y perejil. Se consiguen todo el año.

El dato: otro plato característico de Miramar es el rabo de toro.

Dónde: San Juan 1999, San Cristóbal. Todos los días, de 8 a 1hs.

Nadie que coma carne puede irse de Buenos Aires sin probar una porción de mollejas, esa glándula tan sabrosa de la vaca que funciona como un preámbulo del asado. En esta parrilla histórica de Belgrano, ambientada con camisetas de fútbol, usan mollejas de corazón y muy frescas. Las desgrasan antes de ponerlas en la parrilla y luego las condimentan con limón y sal.

El dato: recomendamos sentarse en la barra, frente al parrillero, para tener una experiencia bien porteña.

Dónde: Arribeños 2393, Belgrano. Lunes a sábados, de 20 a 23.30hs, domingos de 12 a 15.30hs.

A partir de los años noventa, el sushi fue adoptado por los locales, con tenacidad: hay centenares de deliverys y restaurantes dedicados a este producto por todo Buenos Aires. Algunos muy buenos, y otros mediocres. Alejandra Kano viene de familia de cocineras japonesas (su tatarabuela tenía una repostería y su abuela, una casa de udon) y en su restaurante del barrio de Balvanera prepara piezas delicadas y perfectas con la mejor pesca blanca local.

El dato: Kano es la primera chef argentina reconocida por el gobierno japonés.

Dónde: Venezuela 2115, Balvanera. Martes a sábados, de 19.30 a 23.30hs.