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Bodegón El Globito
Bodegón El Globito

10 de los mejores restaurantes en clubes de barrio

Emblemas de la gastronomía porteña, son excelentes para comer rico sin gastar de más. Te compartimos nuestra selección.

Paige Nichols
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Si algo nos gusta a los porteños, es la buena mesa y el buen comer. Gracias a la creciente amplitud de oferta gastronómica en la Ciudad, hay más alternativas que nunca, pero no siempre nos da el bolsillo para conocer todas las propuestas.

Por suerte, una variedad de clubes de barrio cuentan con una oferta súper interesante, mezclando el clásico buffet y estilo bodegón, con su propia impronta. Los clientes rápidamente se vuelven habitués gracias a los precios accesibles, porciones abundantes, y un trato familiar que no se suele conseguir en los restaurantes de moda.

Para que puedan seguir morfando sin temer por la cuenta, armamos un roundup de nuestros 10 restaurantes de clubes de barrio favoritos. Que la única preocupación sea si pedir la milanesa, las empanadas, o las pastas caseras - ¡buen provecho!

1. El Tábano

Una cocina comandada por mujeres, muchos banderines, manteles cuadrillé y una cantidad ilimitada de vino en pingüino. ¿Cómo no enamorarse de El Tábano? El club, fundado hace 94 años, ya alcanzó un estatus legendario y no es difícil ver el porqué. Declarado un sitio de interés cultural, también fue el lugar preferido del legendario cantante de tango Roberto “Polaco” Goyeneche.

El menú tiene algo para absolutamente todos los gustos y está enfocado en los clásicos bodegones: empanadas fritas, tortilla, milanesa napolitana a caballo y mucho (¡mucho!) más. ¿Las porciones? Tan abundantes que no parecen reales.

El dato: ya no es un secreto tan bien guardado, si hasta Diego Peretti fue visto comiendo en el salón hace poco.

Dónde: Dr. Rómulo Naón 3029, Coghlan.

2. Club S.A.B.E.R Vermutería

Inaugurado en 1926, la Sociedad de Fomento Agronomía y Biblioteca El Resplandor - más conocido como el Club S.A.B.E.R - mantiene la esencia de un bodegón que se destaca gracias a materia prima de altísima calidad y una producción casera. Las tapas son la estrella de esta vermutería, con una variedad de opciones que satisfará a cualquier paladar.

Algunas de las más populares son la Trifecta con Roque (roquefort con alcauciles grillados y ahumados en aceite, olivas rellenas con almendras y hummus) y la Matufia de Espárragos (espárragos, jamón crudo y queso gratinado al horno).

El salón, vibrante y lleno de trofeos, también cuenta con un piano vintage y muchísimos objetos de recuerdo que reflejan los casi 100 años del club. En las paredes verás cuadros de Lionel Messi y Diego Maradona, y afuera en la vereda, está lleno de mesitas cuando el clima acompaña.

El dato: para fechas especiales como el Día del Padre o Día de la Madre, arman cajas de regalo con vermut y conservas caseras.

Dónde: Llerena 2727, Parque Chas.

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3. Restaurante Los Bohemios

El orgullo barrial se vive y se respira en otro nivel en Los Bohemios, bodegón del Club Atlanta. Ubicado en el corazón de Villa Crespo, este restaurante se convirtió en el centro de acción y templo del buen comer. ¿Algunos de sus platos estrellas pedidos por los clientes? Merluza con salsa de camarones y puré duquesa, bondiola rellena con panceta y queso azul y las mollejas al verdeo. Un error sería no dejar lugar para el postre, donde el flan mixto y la mousse de chocolate belga se destacan.

Eso sí, recomendamos ir armados de paciencia ya que su boom de popularidad hace que sea difícil que atiendan el teléfono o respondan por WhatsApp. Pero el que sabe comer, sabe esperar, y no hay dudas de que acá vale la pena.

El dato: este restaurante es el lugar ideal para las salidas pre- o post-Movistar Arena, ya que queda a metros de sus puertas.

Dónde: Humboldt 540, Villa Crespo.

4. Bodegón Kimberley

Siete variedades de milanesa, cinco de provoleta, un patio divino y clientes que son los mejores embajadores de marca. Renovado en el 2016, el Kimberley (dentro del club barrial El Kimberley Atlético Club), evolucionó para ofrecer una propuesta más moderna y un espacio donde los vecinos de Villa Devoto puedan juntarse mientras sus hijos juegan. Sin embargo, no dejó de lado su alma de bodegón familiar y los platos abundantes a precios súper amenos, que siguen siendo el eje central.

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Tanto dentro del salón como afuera en el patio, hay un montón de mesas ideales para grupos grandes y fanáticos de la sobremesa.  Los amantes de la carne no se pueden perder la picaña; los que prefieren las pastas sí o sí tienen que optar por los famosos ñoquis KAC que vienen en papillote con tuco, crema y jamón, provolone, verdeo y huevo soft.

El dato: el patio es pet friendly, para que puedas compartir las sobras con tu mejor amigo de cuatro patas.

Dónde: Joaquín V. González 3238, Villa Devoto.

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5. Bodegón El Globito

En la sede de Huracán en Parque Patricios, el Globito estalla mediodía y noche con personas en búsqueda de lo que podrían ser los platos más abundantes de la Ciudad - con quizás la mejor relación precio-calidad que hay. Conocido por sus milanesas gigantes (hay 12 variedades; hasta cuatro personas comen tranquilamente), otros platos estrella son las rabas a la romana, las empanadas de carne y la tortilla rellena.

La lista de postres caseros es una suerte de best hits de bodegones: flan mixto, tiramisú, almendrado y panqueques con dulce de leche. El salón decorado con los colores del club combina el buen estilo con la herencia de su tradición. Y por supuesto, conviene reservar con bastante anticipación para no quedarse con las ganas.

El dato: El Globito cuenta con su propia marca de cerveza, ¡imperdible probarla!

Dónde: Av. Caseros 3159, Parque Patricios.

6. Cantina Palermo

Una fiesta para todos los sentidos, Cantina Palermo es un espacio repleto de colores, camisetas y banderines. El equipo de cocina cuenta con una larga trayectoria bodegonera y los mozos son como los de antes - atentos y eficientes. Todo un golazo, honestamente. El Club Atlético Palermo, fundado en 1914, fue semillero de algunos de los grandes jugadores del país, y la pasión futbolera se vive y se respira en cada rincón del lugar.

En la carta, las pastas y minutas son los pilares fundamentales; el pollo con papas a la crema y la milanesa napolitana son algunos de los platos más solicitados. Como siempre, hay que dejar lugar para un postre bien clásico al final, como el queso y dulce o el sambayón.

El dato: según el crítico gastronómico Pietro Sorba, los fusilli al fierrito al cartucho son “una bomba” que no se pueden perder.

Dónde: Fitz Roy 2238, Palermo.

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7. Buchardo Restaurante

Ir a comer a Buchardo es como hacer una breve escapadita del caos urbano sin salir de la ciudad. Ubicado en Núñez, es ideal para comer los mejores platos de bodegón en un espacio que cuenta con un ambiente relajado y muchas mesas al aire libre. Acá, se come muy bien y además se cuidan los detalles, desde la calidad de la materia prima hasta su presencia en redes sociales.

¿Qué pedir? No fallan los buñuelos ni las rabas (bien crocantes), y si andás con ganas de parrilla, las carnes son espectaculares. Sin embargo, hasta el carnívoro más fiel haría una excepción para pedir los ravioles de espinaca gratinados. Coroná la experiencia con el tiramisú de mascarpone, ícono de la casa. Hay menú ejecutivo entre semana, también.

El dato: ojito, los fines de semana al mediodía, el restaurante abre sólo para los socios.

Dónde: Av. Comodoro Rivadavia 1250, Núñez.

8. Club Social General Alvear

A pasos del Parque Las Heras, ubicado sobre la calle Ruggieri y muy al fondo de un larguísimo pasillo, el Club Social Alvear abrió sus puertas hace más de 120 años. A diferencia de otros bodegones de club, el salón es más chico y acogedor. La ambientación es sencilla, con mesas de madera y paredes rojas; si mirás para arriba verás algunas lucecitas estilo navideñas que le agregan un toque alegre.

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El Alvear es conocido por su famoso revuelto gramajo, así que no se duerman al momento de hacer el pedido. La tortilla, bien babé, también goza de un buen rol protagónico dentro de las entradas. Con respecto a los principales, se destacan los canelones, las milanesas y los bifes. Acá reinan la bella simpleza, los sabores y elaboraciones caseros, y el estilo familiar.

El dato: los clientes van por la comida, pero siguen volviendo gracias a la atención súper cálida de Sandra, quien está al frente de la concesión desde hace 14 años.

Dónde: Silvio L. Ruggieri 2736, Palermo.

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9. Club Eros

Esta selección no está completa si no contempla al gran Club Eros, pilar palermitano y sede de innumerables encuentros de amigos y familia. Mientras el resto del barrio se moderniza y evoluciona con las tendencias, Eros se mantiene firme desde hace 25 años. Entrar al salón es como viajar en el tiempo; la ambientación es bastante retro y sencilla, no pretendas manteles blancos o vajilla fina.

El dueño Oscar Juárez aún preside la pequeña gran operación. Los platos son increíblemente abundantes y los precios igual de accesibles. Los comensales, desde clientes fijos hasta turistas curiosos y valientes, suelen recomendar las milanesas, las pastas y la carne.

El dato: el mural del Diego en la fachada exterior debe ser uno de los más fotografiados de toda la zona.

Dónde: Uriarte 1609, Palermo.

10. Buffet GEVS

Favorito de los vecinos de la zona, el buffet del Club Gimnasia y Esgrima de Vélez Sarsfield ya pasó de ser una joya oculta a convertirse en parada obligatoria para los amantes de los bodegones. El salón es súper amplio con lugar para mucha gente, así que conviene ir con un grupo grande para probar la mayor cantidad de platos posible. ¡No se cuelguen! Hay que reservar con anticipación para evitar largas esperas.

No se pueden perder el revuelto gramajo, la milanesa (napolitana, patagónica, al roquefort), las pastas caseras o la carne de alta calidad. Por supuesto, los postres tampoco se quedan atrás. Conviven clásicos como el panqueque, flan mixto y torta Balcarce con opciones más modernas como una torta Oreo o cheesecake de maracuyá.

El dato: si tenés que organizar un evento o celebración social, GEVS cuenta con un salón exclusivo y un servicio que se adapta a medida.

Dónde: Joaquín V. González 1511, Villa Santa Rita.

 

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