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Dónde comen los artistas en Buenos Aires

Si querés codearte con artistas locales, estos lugares tienen que estar en tu bucket list.

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¿Alguna vez se preguntaron dónde salen y  comen los artistas en Buenos Aires? En esta nota te comparto algunos de esos lugares de Buenos Aires, escondidos y no tan conocidos, que eligen los artistas argentinos. Conocer estos lugares es, de alguna manera, entrar en contacto con parte de lo que sucede en la escena artística de la ciudad.

1. Isla Flotante

Isla Flotante es la versión gastronómica de la galería de arte que lleva el mismo nombre. De hecho, uno de sus dueños es, a su vez, director de esa misma galería.

A pocos metros de la calle Warnes, se encuentra esta esquina que es ideal para tomar un poco de sol, vermut o vino y disfrutar de la comida que está buenísima.

Isla Flotante es un exbodegón que mantiene su arquitectura y esencia original. Tres amigos -uno de ellos artista- decidieron abrir este espacio, con una propuesta que mantiene el espíritu de los típicos bodegones porteños, pero con toques actuales. Si bien empezaron con una propuesta de sándwiches, actualmente ofrecen una carta con entradas y platos que van cambiando y que remiten a la comida tradicional.

El dato: frente a Isla Flotante, se encuentra PUNC, una librería especializada en cómics con joyas de artistas locales e internacionales.

Dónde: Dr. Luis Beláustegui 396, Villa Crespo.

2. MN Santa Inés

En pleno barrio de La Paternal, en donde actualmente conviven talleres mecánicos, depósitos de logística y fábricas, con muchísimos talleres de artistas, se encuentra MN Santa Inés.

En lo que supo ser una panadería histórica del barrio y que aún conserva parte del mobiliario y la historia de ese lugar -mantiene también, su nombre original “Santa Ines”- Jazmín Marturet, hija de padres hippies y artistas, decidió abrir este restaurante único y particular, en donde no solo se come sino también, se respira arte. No solo por su ubicación y cercanía al circuito artístico de La Paternal, sino por su propuesta, este lugar es elegido por muchísimos artistas.

El menú es muy particular, entrecruzan clásicos con toques asiáticos y latinos, y van cambiando la carta sumando incluso especiales del día o semana.

El dato: en la vidriera hacen muestras itinerantes que rotan e inauguran cada 15 o 20 días.

Dónde: Avalos 360. La Isla de La Paternal.

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3. Vecindá Fuego

En una de las esquinas más activas de Chacarita se encuentra Vecindá Fuego, conocido no solo por ser punto de encuentro entre artistas, músicos y gente del barrio,  sino también por sus famosas empanadas con sabores muy particulares, hechas al horno de barro.

Siempre hay buena música y un clima genial, lo que convierten a Vecindá en un gran lugar para salir a comer y tomar algo.

El dato: en el increíble horno de barro, no solo hornean sus empanadas tradicionales, sino también una versión de la empanada arabe “fatay”.

Dónde: Castillo 1502, Chacarita.

4. Murasaki

Dentro de unas galerías comerciales construidas a fines de los años 50 - que son una joya arquitectónica modernista - se encuentra Murasaki, un restaurante de cocina japonesa. Rodeado de arte, no solo porque las Galerías Larreta son una obra de arte en sí misma que aún conserva uno de los primeros murales del artista Luis Seoane, sino porque en el primer piso de esta misma galería se inauguró Central Affaire, 15 galerías de arte contemporáneo que comparten espacio, cada una con su propio local, y con inauguraciones en simultáneo.

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Volviendo a Murasaki, tiene una carta con platos típicos japoneses, con precios súper accesibles y un servicio muy agradable. Un imperdible para entrar en contacto con parte del arte local.

El dato: en Galerías Larreta, durante los años 70 y 80, funcionó un boliche muy conocido de Roberto Galán, muy frecuentado por artistas de la época.

Dónde: Florida 971, Microcentro.

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5. Ácido

Este restaurante tiene una carta súper corta, pero cada plato es un viaje de sabores: con un equipo creativo y disruptivo, Ácido ofrece solo 7 platos (2 de ellos son postres). El foco está puesto en explorar sabores y texturas tomando elementos de diferentes culturas para poder generar desde la gastronomía un viaje cultural.

Tiene una estética de casa antigua, con muebles y lámparas vintage y suman mucha referencia a la Fórmula 1 -son fanáticos- que remiten a una estética de bodegón clásico. Un gran lugar para conocer y comer rico.

El dato: además, tienen un “plato fuera de la carta”, una opción que va cambiando y que funciona como laboratorio creativo, en donde exploran desde la gastronomía, distintas posibilidades creativas.

Dónde: Charlone 999, Chacarita.

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