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A Tomás Treschanski le faltan aún cuatro años para cumplir tres décadas de vida, sin embargo, ya viajó por el mundo, cocinó juntó a reconocidos chefs y montó su propio restaurante, Trescha, en su ciudad natal. Pero la cosa no queda acá, su casa matriz con apenas un año y pico de vida, se ha convertido en un referente del fine dining de Buenos Aires, ha sido distinguida con una estrella Michelin y él, incluso se ha consagrado con el premio Young Chef Award 2024 - es el cocinero más joven de América en conseguirlo-. Lo que a muchos gastronómicos pudiera costarles varias décadas - o hasta podrían jamás conseguirlo - este joven nacido en Saavedra lo alcanzó con apenas 26 años.
Charlamos con Tomás acerca de cómo se lleva con el reconocimiento mundial, los proyectos que tiene por delante y hasta nos contó qué le gusta a hacer cuando tiene tiempo libre. Con ustedes, el chef del momento.
Para la sede de Trescha no elegiste un lugar fancy, ni un barrio coqueto. Optaste, en cambio, por montar tu restaurante en una casa recuperada en Villa Crespo, ¿por qué fue?
Desde un primer momento quise que la fachada de mi restaurante fuese una casa antigua. Esto, ya desde el vamos, era una tarea difícil por el hecho de encontrar una casa antigua que estuviera habilitada para gastronomía. Entonces, en esa búsqueda apareció la oportunidad, cuando los chicos de i Latina -restaurante del chef colombiano Santiago Macías - quienes estaban anteriormente en la propiedad, se fueron y me ofrecieron verla y desde el primer momento que la vi de frente, dije: “Es acá”. Sin pensarlo mucho, firmamos contrato.
En un contexto tan complejo como el de Argentina, Trescha lleva un año a puro éxito. ¿Cómo podrías definir este primer año del restaurante?
Yo soy muy crítico con todo lo que es “el mundo Trescha”. Siempre encuentro mucho para mejorar dentro del restaurante y realmente creo que puede estar muchísimo mejor de lo que está hoy, pero también siento que hoy está muchísimo mejor de lo que estaba hace un año atrás. Esto es algo que les trato de inculcar a todos los que trabajan conmigo desde el primer día: que hay que estar mejor que el dia anterior, siempre hay algo para mejorar y siempre hay algo para crecer y aprender del día anterior. Al mismo tiempo, creo que en este año del restaurante hubo una gran madurez, creció mucho, para mi es un restaurante completamente distinto al que era cuando abrimos. Todas aquellas personas que vinieron durante los primeros meses se van a enconrtar con otro restaurante. Y espero que lo mismo ocurra con aquellos que vengan dentro de un año.
En este primer año del restaurante hubo una gran madurez
Tomás, recibiste muchos premios. ¿Cómo te llevás con el reconocimiento? ¿Qué lugar les das a los galardones?
Es un lindo mimo para todos los que trabajamos en el restaurante, que le ponemos mucho esfuerzo en el día a día. Es también, un reconocimiento que indica que uno está haciendo las cosas bien y te ayuda a ir por más y empuja a querer ser mejor. Por lo menos es así como yo lo veo. Ojo, para mi un premio es lograr un objetivo, pero automáticamente te pone otro, que es ir por más. Por lo tanto, a mí los premios y reconocimientos me dan motivación e indican que vamos por el buen camino.
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En Trescha realizan los Chef Series, en los que invitan a cocineros de Argentina y el mundo a cocinar, como lo hicieron con Javier Rodríguez del prestigoso El Papagayo de Córdoba o Álvaro Clavijo, del renombrado restaurante El Chato de Bogotá. ¿Qué es lo que más disfrutás de abrirle las puertas de Trescha a colegas del mundo y del país y cocinar con ellos?
Para mi es súper gratificante. Es muy lindo compartir con colegas tan talentosos, poder intercambiar ideas y conocimientos, ver qué es lo que cocinan, cuáles son sus técnicas, cómo trabajan. Se aprende mucho. Y no solo yo, todos los que trabajan conmigo ven cosas nuevas, nos ayuda a salir de la rutina y a hacer algo distinto. Me parecen muy positivos todos los encuentros que hacemos con diferentes colegas y nos permite también darnos a conocer en otras partes.
Trescha es de los pocos -sino el único- restaurante de Buenos Aires con una Test Kitchen. ¿En qué andan trabajando actualmente? ¿Alguna novedad en puerta sobre las investigaciones que hacen allí?
En la cocina de desarrollo estamos constantemente probando cosas nuevas, me encantaría poder comunicar mucho más lo que trabajamos en ese espacio, pero a veces por falta de tiempo y por la vorágine del día a día, se vuelve un poco complicado. Allí estamos constantemente probando nuevas, ideas, platos ingredientes, innovaciones para aplicar en el restaurant. Para mí es parte fundamental de nuestro espacio, de lo que somos, y mueve mucho a lo que es Trescha, porque veo la innovación como movimiento y el movimiento dentro de un restaurante es fundamental. La monotonía para mí aniquila cualquier cosa. Así que, estamos siempre tratando de cambiar, de hacer cosas nuevas, desafiarnos a nosotros mismos y para eso, está el espacio de la Test Kitchen.
¿Qué objetivos tenés para Trescha en el corto y largo plazo?
Son siempre los mismos y es un poco repetirme con lo que te contaba anteriormente: esto de ir mejorando a diario para lograr que el restaurante siempre esté mejor que el día anterior.
¿Y para vos, como chef?
Mirá, Trescha es mi vida. Todo lo que le pasa en Trescha es un reflejo de lo que me pasa a mí, así que tengo los mismos objetivos que para el restaurant. Obviamente, me gustaría abrir lugares nuevos para poder generar nuevas experiencias, abrir en otros países, culturas, trabajar con otros productos. Yo siempre trabajé y viví en el exterior, así que me encantaría volver a tener esa experiencia en el futuro, pero sin apuro. Hoy estoy al 100% enfocado en Trescha y las cosas surgirán cuando tengan que surgir.
Cuando no estás en Trescha, y tenés ganas de comer rico en la Ciudad. ¿Qué lugares elegís?
Para cenar, me gusta mucho Mengano, el Gran Dabbang, Piedra Pasillo, Niño Gordo… Todos son restaurantes que disfruto y me gusta mucho ir cuando tengo tiempo libre. De parrillas, me gusta mucho El Secretito, Parrilla Peña, Don Julio, pero lo que más me gusta es hacer asados en mi casa. Así que, trato de hacerlos seguidos e invitar amigos y colegas para disfrutar entre todos.
Lo que más me gusta es hacer asados en mi casa
Si bien no creciste en un entorno de cocineros, sabemos que siempre te gustó la cocina. ¿Qué le dirías hoy a ese Tomás que miraba El Gourmet de chiquito?
Sigo sin creer todo lo que pasó en tan poco tiempo, pero le diría que se sienta orgulloso. Yo estoy orgulloso de todo lo que pasó en el restaurante. Hay algo que fui entendiendo con el paso del tiempo, desde que abrimos el restaurante, y es a aprender a disfrutar del presente. Por más que uno automáticamente se plantee cosas a futuro y siempre quiera mejorar, y en mi caso, sea muy autocrítico, hay que aprender a disfrutar el momento y todo el proceso de crecimiento del restaurante, porque nunca más lo voy a volver a vivir, así que le diría que disfrute del día a día. Yo trato de hacerlo, ¡aunque me cueste un poco!
Dónde: Murillo 725. Reservas, aquí.