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Descubrir la Ciudad de Buenos Aires siempre es un buen plan, y si podés compartirlo con tu familia, más aún. En vacaciones de invierno no todo son peloteros o saltarinas, hay muchísimos planes artísticos, para sumar a los ya clásicos y conocidos.
El receso invernal pueden ser una buena excusa para hacer un poco de turismo cultural así que te compartimos algunos planes para conocer un poco más del arte y la cultura de Buenos Aires.
1. Tour de arte urbano
Buenos Aires es una ciudad compleja, caótica, una de las más interesantes del mundo en el ámbito del arte urbano. De hecho, distintas generaciones de artistas y activistas han hecho de las calles de Buenos Aires su medio de expresión.
GraffitiMundo organiza diferentes tours y visitas guiadas por murales y galerías de arte a cielo abierto. Un recorrido por Palermo Soho y Villa Crespo, compartiendo las historias detrás de los murales, stencils, pegatinas y graffitis de letras, así como sobre las técnicas y motivaciones de sus artistas. El recorrido termina con la visita a un taller de artistas urbanos donde Christian Riffel, Pedro Perelman, Pol Corona, Pepa "Swapna Tattoo", entre otros recibirán al grupo para compartir charla y arte.
El dato: para más información, escribir a: info@graffitimundo.com El tour cuesta alrededor de $7.000 por persona.
Dónde: Palermo y Villa Crespo.
2. Subir a la Torre Monumental
La histórica Torre Monumental, más conocida como Torre de los Ingleses, ubicada en el barrio de Retiro, frente a la Plaza San Martín, tiene un mirador desde el que se puede apreciar una vista 360º de la Ciudad. La torre tiene ocho pisos, pero el último es el mirador desde el que se puede ver no solo la Plaza San Martín sino también los barrios de Retiro, Puerto Madero y el Río de la Plata.
Puede ser una linda excusa para viajar en tren hacia la estación Retiro y cruzar a la torre para subir y ver la Ciudad desde Buenos Aires desde arriba.
El dato: ¿sabías que el reloj de la torre es el más grande de la Ciudad y que la melodía de sus campanadas es la misma que la del Big Ben de Londres?
Dónde: Av. Dr. José María Ramos Mejía 1315. Es sin reserva, (martes cerrado) de 11 a 19hs.
3. Un mirador de las Cúpulas más famosas de Buenos Aires
La Galería Güemes de Buenos Aires tiene uno de los mejores miradores de la Ciudad, desde donde se pueden ver algunas de las cúpulas más conocidas de Buenos Aires.
Fue inaugurada en 1915 y está ubicada en el Microcentro porteño. Es un antiguo pasaje peatonal que conecta las calles Florida y San Martín que, como tantas otras construcciones de la época, fue diseñada con un marcado estilo Art Nouveau. Con una altura de 14 pisos (87 metros) el edificio fue considerado uno de los primeros rascacielos y llegó a ser el punto más alto de la Ciudad.
El dato: la Galería Güemes abre de lunes a viernes de 8 a 20hs. Sábado de 9 a 15hs. El mirador abre de lunes a viernes de 15 a 17:40hs.
Dónde: Florida 165, San Martin 170
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4. Museo de Arte Decorativo
El Museo Nacional de Arte Decorativo tiene muchos secretos, al igual que las personas que disfrutan del coleccionismo. Para las vacaciones de invierno, el museo propone un recorrido para descubrir todos sus secretos e historias ocultas. ¡Una aventura para develar algunos de los enigmas de la historia del museo y sus obras y una linda oportunidad para que los más chicos conozcan la coleccion de museo con piezas de arte decorativas europeas y orientales con esculturas y tapices del siglo XVI al XIX.
El dato: el recorrido se lleva a cabo el miércoles 17 y 24 de julio y el viernes 19 y 26, a las 15 hs. Sin inscripción previa.
Dónde: Av. del Libertador 1902.
5. Paseo del viento y un mirador de aves creado por un artista urbano
A pocos minutos de la Ciudad, en la Reserva Ecológica de Vicente López, hay un paseo espectacular que incluye plaza, naturaleza, y un observatorio de aves que diseñó Nase Pop, graffitero holandés radicado en Argentina.
Es un muy lindo plan para hacer en un día de sol, pasar el dia en la reserva con un picnic y escuchar los sonidos del paseo del viento, en donde tres torres de hormigón de aproximadamente diez metros de altura sostienen, a través de una estructura metálica conjuntos de tubos sonoros que gracias al viento generan diferentes sonidos. Además, en la reserva suelen organizar distintas actividades como plantación de nativas, limpiezas y otras actividades geniales. Vale la pena la escapada!