25 maridajes de vinos y comidas típicas de Argentina que tenés que probar

El vino se puede disfrutar igual con la comida, pero la comida sin vinos no se luce de la misma manera. Y menos, en un país productor como la Argentina, tan influenciado por las corrientes de inmigrantes, desde hace siglos. Esto posibilitó una propuesta gastronómica tan diversa como atractiva, que abarca todos los estilos y orígenes, en cuánto a sabores e ingredientes se trata. Desde lo más tradicional de la cocina local, dominada por las carnes a la parrilla y las pastas italianas, a lo más variado de la cocina fusión. Esto explica la gran cantidad de restaurantes que existen en Buenos Aires, frecuentados por residentes y turistas, que ven en la “salida a comer” uno de los pasatiempos más atractivos. 

Y es ahí, en los restaurantes, donde los vinos más se lucen, porque el comensal está en la mesa, asistido por los camareros y comiendo lo que desea en ese momento. Por suerte, la diversidad del vino argentino da para todo, ya que cubre todo el espectro vínico: desde tintos y blancos, hasta espumosos, pasando por rosados, naranjos y dulces. Y en cada categoría, no solo están bien representados muchos estilos, sino que además los terruños, las uvas, las metodologías y los hacedores, logran multiplicar exponencialmente la oferta de etiquetas. Es por ello que dar con un buen maridaje es bastante fácil, ya que existen “mil vinos para cada plato y mil platos para cada vino”. No obstante, una guía de recomendaciones viene muy bien para elegir mejor en función a los gustos y preferencias de cada uno. 

Por lo tanto, a continuación, te compartimos 25 maridajes de vinos y comidas típicas de Argentina que tenés que probar para sacarle el máximo provecho, tanto a esta bebida alcohólica, como al manjar que vayas a degustar.

¿Cón qué vino comer sushi o paella?

Si bien no es algo autóctono, el sushi y todo tipo de rolls, que llegaron en los noventa, no solo se quedaron, sino que conforman una de las propuestas más nutridas de la ciudad. Hay estilo Nikkei, japonés más tradicional o los flamantes omakase. Y como existen tantas variantes, hace falta un “vino comodín” pero que, a la vez, sea refrescante. Y el único que cumple con todos esos requisitos es el vino rosado, como el Punto Final Orgánico Rose Malbec 2022. 

Se puede decir que el sushi es una nueva forma de comer arroz en Buenos Aires, siendo mucho más tradicional la paella, debido que alrededor del 50% de los residentes del país son de origen hispano. Eso explica la gran cantidad de restaurantes y mesones españoles donde se lucen estos arroces con frutos de mar y otros tipos de carnes. Y tal como se hace en Valencia, la meca de la paella, estos platos también se disfrutan más con vinos rosados de buena estructura, como el Antonieta Pinot Noir Rosé 2022. 

¿El vino Torrontés con qué comida marida mejor?

Pasando a los blancos, hay uno que, si o si hay que probar cuando se llega a Buenos Aires, y ese es el Torrontés, porque es un vino que no se hace en ninguna otra parte del mundo. Este blanco, fragante y aromático, va muy bien con las comidas picantes más internacionales, como la mejicana y la thai, pero más con el locro. También, el Nido del Tigre Blanco de Jardín Torrontés Centenario 2022 es ideal para acompañar este guiso andino a base de maíz y calabaza. 

¿Con qué vino argentino es mejor comer pollo?

Si bien se sabe que la Argentina es reconocida las carnes rojas principalmente de La Pampa, hay una carne blanca que se luce, y es el pollo de campo, que podría acompañarse con un tinto liviano, pero mejor es un blanco con cuerpo y acidez sostenida como el Terrazas Grand Chardonnay 2021. 

¿Cuál es el vino ideal para acompañar las achuras?

Como todo buen asado comienza con las achuras, no hay que irse de lleno al tinto, sino antes hacer una pasada por un vino más vivo y refrescante, con texturas que permitan limpiar el paladar después de disfrutar mollejas, chinchulines y riñoncitos, como lo hace un buen vino naranjo. Uno de los más novedosos dentro de este estilo es el Apuntes Naranjo 2022 de Luigi Bosca. 

Los que prefieran saltearse este paso o bien no tengan tiempo de sentarse a la mesa, no se pueden privar de comer un choripán, el sándwich más argentino que existe. Si bien se puede acompañar con varios vinos o, incluso, con otras bebidas como cerveza y fernet, para darle un toque sofisticado al maridaje con énfasis en lo patrio, un espumoso rosé a base de Malbec, es ideal. Dentro de esta variedad, el Indomable Rosé de Malbec es uno de los más elegidos, porque sus burbujas no solo van muy bien con la charcutería en general, sino que balancea muy bien las texturas grasas del embutido más famoso del país. 

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Los locales saben que, si en una parrilla pedís un “matrimonio”, viene un chorizo y una morcilla, una especialidad no tan difundida en el mundo. Sus sabores intensos precisan un vino de trago consistente. Y bien puede ser un Malbec, fresco y vivo como el Espontáneo Suelo Grava Gualtallary Malbec 2022. 

¿Con qué vino argentino comer un buen asado? 

Todo asado precisa un tinto generoso, con taninos incipientes que limpien la boca sin barrer con el “gustito” del asado. Claro que, si este es el plato “carnívoro” más famoso, hay que acompañarlo con el tinto más famoso; el Malbec. Pero no con cualquier Malbec, un maridaje distintivo puede ser con el nuevo The President’s Malbec 2021.

La parrilla puede parecer limitada, pero en realidad ofrece innumerables opciones, porque además del origen de las carnes, hay cortes y puntos de cocción, e incluso estos pueden llegar a la mesa con diferentes puntos de madurez, ya sea en seco (dry aged) o al vacío en sus jugos (wet aged). Y entre esos cortos, hay dos que son las estrellas; el bife de chorizo, que pide un Malbec más corpulento y amable, como el Cadus Single Vineyard Finca Las Torcazas Estate Malbec 2019. Y el otro es el ojo de bife, que por su consistencia y la delicada terneza que le da la grasa intramuscular, necesita de un Malbec más elegante con sus taninos equilibrados que acompañen cada bocada sin sobresalir, como el Lindaflor Malbec 2017. 

¿Qué cepa de vino elegir al comer cerdo, cordero o pescado?

En el caso del cerdo, más allá de su preparación, siempre le va a ir muy bien un Merlot elegante como el  Anita by Finca La Anita. Al cordero también, pero si viene de la Patagonia, entonces recomendamos elegir un Pinot Noir de la zona como el Saurus Barrel Fermented Pinot Noir 2021, sobre todo para aquellos que prefieren que su tinto sea más liviano. 

Si se opta por un pescado de río a las brasas, habría que elegir un tinto suave en sabores y texturas, como La Linterna Finca Las Piedras Parcela 12 Pinot Noir 2017. Y si bien muchos pueden pensar que Buenos Aires es una ciudad que le da la espalda al agua, por la abundancia de propuestas gastronómicas con productos de la tierra, cada vez son más los restaurantes que se especializan en pescados en preparaciones más gourmet, como puede ser la merluza negra. Que va muy bien con vinos blancos, pero también con un Merlot fresco y tenso de la Patagonia profunda, como el Otronia 45 Rugientes Merlot 2021. 

Pizza con cerveza, ¿o con vino?

Por más que la mayoría de las personas acompañen la pizza con cerveza con vermouth, también hay vinos que maridan muy bien. Si es tinto, debe ser de trago ágil y vibrante, como el Altos Las Hormigas Terroir Orgánico Luján de Cuyo Malbec Orgánico 2019.

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Es tan famosa la pizza en argentina que es el producto más pedido en delivery. Lo mismo que las empandas, que ostentan una receta en cada provincia. En este caso, las de carne, cortadas a cuchillo, picantes o suaves, se lucen con un tinto de sabores intensos y texturas precisas como el Susana Balbo Signature Cabernet Sauvignon de Los Chacayes 2021.

¿Con qué vino comer una milanesa o un pastel de papas?

Omnipresente, tanto en los hogares como en las cantinas, bares y restaurantes, la carne apanada y frita (al horno no se “pueden” denominar milanesas) queda muy bien con un Malbec fresco y amable, como el Conclave Nocturno Malbec 2020. Otro plato muy local, también difundido en bodegones, sobre todo en invierno, es el pastel de papas, que precisa de un tinto jugoso y fresco, como el Simonassi Cabernet Sauvignon 2019 de San Rafael. 

Y si hace frío, nada mejor que un guiso de lentejas. Este plato de la cocina de olla va muy bien con un blend, equilibrado y profundo, como el Flechas de los Andes Gran Corte 2019. Y si de cocina de olla se trata, en los bodegones españoles del centro, sirven todo el año, pero fundamentalmente en invierno, el “puchero español”, que pide un tinto de taninos envolventes y trago fácil, como el Malbec de Ricardo Santos 2020. 

Para las pastas caseras un buen vino argentino, ¿pero cuál?

En Argentina las pastas son tan cotidianas como las carnes. Así, los famosos fideos con tuco y estofado van muy bien con un blend armónico como el sanjuanino Mora Negra 2020. En el caso de las pastas rellenas, como unos ravioles de cordero con salsa de hongos y crema, se lucen si se los acompaña con un tinto complejo y equilibrado como el Domaine Nico Le Paradis Pinot Noir 2018. El Pinot Noir cada vez es más elegido en la mesa, no solo por su versatilidad, sino por ser suave. Es por ello que también es ideal para acompañar otra maravilla de la cocina italiana, como es el risotto. Y un buen exponente es el Puramun Pinot Noir 2022 de José “Pepe” Galante.

¿Con qué cepa de vino maridas platos vegetarianos?

Una parrillada de vegetales o una “hamburguesa” de lentejas se pueden disfrutar más con un tinto liviano y orgánico, como el Artesano Malbec Orgánico Natural 2022. Y como toda buena comida termina con un buen plato de quesos antes de los postres, también hay vinos que se lucen más en ese momento de la mesa. Es cierto que ese paso se suele utilizar para terminar el vino importante. Pero si la sobremesa se alarga, nada mejor que un vino guardado como el Montchenot Gran Reserva 15 años 2008, acompañado de una selección de quesos duros y semiduros, para tener un gran final de fiesta gastronómico.