Cómo es el bar de Pablo Piñata, el primer kissa bar de Buenos Aires

Aquí la música no es funcional, es fundamental. Y te envuelve, cuando subís la escalera y entrás con el pie derecho a una noche para pasarla bien. El gran Bobby Flores -disc jockey y musicalizador radial- es el encargado de hacerte volar con cada tema, de llevarte a lugares donde ni el algoritmo sabría llegar. ¡Menos una playlist! Sí, en la era de la inteligencia artificial, lo cool es lo humano: Mixtape es curaduría de música 100% artesanal y hecha por alguien que escuchó millones de discos. Lo analógico is back. La deco de la barra te lo anticipa, con vinilos y demás reliquias musicales. El espíritu vintage se siente y se toma, con una coctelería retro.

Mixtape es un kissa bar, un nuevo concepto japonés que llega a Buenos Aires y aterriza en los confines del Barrio Chino. En el primer piso del consagradísimo restaurante de sushi de Quique Yafuso, quien lleva añares en Roosevelt y 11 de septiembre. Ahora montaron la terraza y van por más: cócteles, omakase y un entorno muy cuidado. En este bar, que figura en nuestro listado de los mejores de Buenos aires, todo está diseñado. Así lo percibís en todo momento, mires adonde mires.

“El listening bar es una propuesta gastronómica oriental, que se desprende del kissa bar, que eran las casas de té, donde no solo se tomaba té. Apela a otros sentidos: en Mixtape la atmósfera es muy importante, la música es prioritaria, como los tragos y la comida”, nos cuenta Flores. “Somos cuatro panas, cuatro socios y amigos que ponemos todo nuestro expertise en este proyecto”, detalla Bobby, quien lleva 47 años de track record.

"En Mixtape la atmósfera es muy importante, la música es prioritaria, como los tragos y la comida"

El trago perfecto sí existe… y marida con música

“Pionero en el renacimiento de la coctelería porteña. Añejado en rock'n'roll”, así se presenta Pablo Piñata en su cuenta de Instagram. Lleva esos dos mundos en sus copas y en sus venas. Ahora los trae a Mixtape: “Desde muy temprana edad, hasta este momento, el rock me influenció en todo lo que quise hacer. Más en Mixtape, donde la música tiene un lugar central. Es el punto de partida inspiracional que nos define”, nos explica Pablo. Y continúa: “Cada uno de los tragos que pongo en el menú tiene esa impronta: están ligados a una canción o a un estilo musical.”

Nos sentamos en su barra. Arrancamos con un Apple Martini: “Si me tengo que quedar con un cóctel, el que se tienen que pedir sí o sí es ese. O el Vieux carré, que es una de las joyitas”, describe Pablo. Nos convida un correctísimo gimlet: gin, cordial de lima y jengibre. En la misma onda, seguimos con el Clover club: gin, mosqueta, frambuesas y lima. ¡Tienen carta nueva de cocktails, pero éste se queda amigues!

“La propuesta de coctelería de Mixtape es clásica. Me senté a pensar cómo sería el mejor Manhattan, el mejor Cosmopolitan, servidos en una versión suprema sin que pierdan la esencia”. Obvio que Pablo les aporta su sello: “Esas particularidades que tengo las llevo a donde voy, no me las puedo sacar de encima. Me siguen como un cachorrito fiel. Mi experiencia de 28 años también va a tocar todo mi trabajo”.

"La propuesta de coctelería de Mixtape es clásica. Me senté a pensar cómo sería el mejor Manhattan, el mejor Cosmopolitan"

Anfitrión se nace

Pablo disfruta muchísimo de estar de su lado de la barra: “Es mi lugar en un bar, incluso cuando voy de visitante, envidio al bartender, en un punto. Siempre quiero estar detrás de la barra, es como estar arriba de un escenario para un músico, es ese momento en el cual estás dándolo todo. Están todos pendientes un poco de vos; y uno está pendiente de cada uno de los concurrentes”. Ser anfitrión es una de las cosas que más ama hacer en la vida: “Recibir a alguien y recomendarle un cóctel, y que realmente le guste, me parece maravilloso”, resume. Así de bien lo estamos pasando nosotros, con su coctelera artista y la simpatía de su característico bigote. 

Piñata -que en el documento se apellida Pignatta- nos invita un viejo conocido, un daiquiri. Si sos del team whisky y te animás a algo diferente: Highball. Trae Ballantines 7, katsuobushi y soda. O un Old Fashioned autoral: Jack Daniel 's Apple, coco, cacao y bitters.

Omakase by el maestro

Porque no solo de música vive el hombre, ¡o sí! Nos vamos a conocer la barra de sushi del maestro Takeshi Shimada (ojo que habíamos reservado con anticipación, porque los lugares son contados y se llena). El último emprendimiento del creador de Bistró Tokio -que legó su restaurante a su familia para encarar este proyectazo- agasaja una decena de personas por noche. A las 21hs., puntual, el japonés comienza su show. Tan perfeccionista como fluido, Shimada presenta 16 pasos que comprenden diversas piezas de nigiri y usuzukuri. Verlo trabajar desde tan cerca es abrir los ojos a la cultura japonesa y su profundo respeto por el producto. En su función de cada noche, va más allá de sushi y pescados: también sirve tempura de vegetales, yakitoris y wagyu al kamado en una versión libre del omakase tradicional.

Mixtape es el bar para orejas hambrientas y bocas curiosas. Un hall of fame que rinde tributo a los genios de la coctelería, la música y el sushi que se convirtieron en clásicos. De esos lugares que no te van a fallar nunca.

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El dato: los miércoles son de jazz; los viernes, de Negroni. Seguilos para enterarte las próximas fechas de Copas llenas de música: un ciclo en el que grandes bartenders invitados vienen a compartir sus cocktails y sus discos.

Dónde: Roosevelt 1806.