1. Laguna del Diamante
Es uno de los lugares de alta montaña más bonitos que tiene Mendoza. Sólo se puede acceder en verano y se recomienda hacerlo en vehículos altos, en lo posible 4x4. La laguna se abre ante nosotros en una hondonada de 17 km de diámetro, al pie del volcán Maipo. Alrededor, cerros muy coloridos de la cordillera frontal coronan esta inmensa geografía formada en el Cuaternario.
La laguna no es para bañarse, ya que el agua es muy fría y suele correr viento que genera oleaje. La pesca deportiva sí está permitida, con permiso de la Secretaría de Ambiente de Mendoza. Es uno de los lugares preferidos de los mosqueros que buscan truchas. La pesca se puede practicar desde la orilla con equipos para flotar o en embarcaciones sin motor.
Los aficionados a la fotografía pueden explorar el nacimiento del río Diamante en la costa suroeste de la laguna, allí se eleva a su máxima expresión el color verde azulado, a veces turquesa, del agua de la Laguna que da origen al Diamante. Esta hermosísima tonalidad se explica por las cianobacterias o algas azules que caracterizan a las lagunas alto-andinas.
El dato: al sur del volcán Maipo (con el guardaparque se puede acceder) se descubrieron en 2022 estructuras arquitectónicas incas, confirmando que los dominios del imperio llegaron hasta estas latitudes.
Dónde: la Reserva se encuentra en el distrito de Pareditas, del departamento de San Carlos, a 198 km de la ciudad de Mendoza. Ruta Nacional 40 hasta el empalme con la RP98.