Mena Duarte es mamá de dos, bah, de tres, porque “Tita, la vedette”, su restaurante, es como un hijo más. Además, es emprendedora. Durante la pandemia, cansada de su trabajo en los medios audiovisuales, decidió patear el tablero y animarse a incursionar en la cocina, una pasión heredera de su padres gastronómicos. Por lo tanto, apostó por montar un restaurante y fábrica de pastas veganas, como un hobby que le duró poco, porque Tita, explotó y acabó convirtiéndose en un trabajo full-time y en un modo de vida-. Y, como si fuera poco, Mena es una estrella de las redes, título que se ganó -a toda honra y carisma- luego de que un reel de Time Out que protagonizó, se volviera viral.
¿Cómo fue que pasaste de trabajar en los medios a ser dueña de un restaurante?
Pasé estrepitosamente, como todo lo que hago. Pensé que iba a ser un poquito más liviano el pase, pero bueno, fue alocado, porque Tita explotó instantáneamente. Mi idea siempre fue hacer las dos cosas en paralelo. Me propuse hacer un proyecto gastronómico más como un hobby, pero enseguida me tomó al cien, porque Tita tuvo una repercusión muy inmediata y una gran demanda y decidí abocarme de lleno porque me encantó.
¿Y por qué decidiste incursionar en la gastronomía?
Empecé con la idea de hacer algo gastronómico porque siempre me gustó ese mundo y, además, tengo padres gastronómicos. Me agarró la pandemia, el trabajo en los medios cambió bastante, yo estaba abrumada de trabajar en casa y de cómo se estaba dando mi trabajo y dije: “Bueno, hago otra cosa en paralelo, como a modo disfrute”. Como dije antes, mi idea era hacer las dos cosas, pero bueno, Tita explotó y dejé el trabajo en los medios.
Igualmente, despuntás un poco el vicio de productora audiovisual a través de las redes de Tita…
Sí, Tita tiene una pata bastante fuerte en lo audiovisual, porque siempre le di mucha bola a las redes. Las disfruto. Las redes de Tita las hago yo, de hecho, desde el principio y así será hasta hasta el fin de los tiempos. Así que digamos que despunté un poco el vicio de lo audiovisual con Tita, haciéndola una marca bastante visual.
Tita tiene una pata bastante fuerte en lo audiovisual
Volviendo al cambio de rumbo en tu vida, diste un giro de 180° al dejar los medios e incursionar en gastro…
Fue un giro porque son distintos mundos el de la gastronomía y el audiovisual, pero sí tienen una pata en común, que es esto de los tiempos no muy establecidos, a ambos se les dedica mucho, tienen momentos muy álgidos tienen situaciones espontáneas. La gastronomia es como un rodaje, por ejemplo, son muchas horas en donde pasa de todo, hay mucha intensidad. Y despues todo vuelve a la calma.
¿Y cómo te llevás con el reconocimiento de la gente? Tu reel con Time Out se hizo súper viral…
Con el reconocimiento de la gente me llevo súper bien. Me encanta la llegada que tiene Tita. En la carta natal tengo ascendente en Leo, así que me gusta que se vea lo que hago. Me llevo muy bien con que la gente conozca Tita y que nos hayamos hecho “famosas”. Yo no es que sea famosa, sino más bien Tita. Lo que pasó con el reel de Time Out me da risa. A veces, leo comentarios que me enojan un poco. Pero la realidad es que ya hemos tenido en Tita episodios en donde se habló de nosotras por un malentendido. Siento que Tita, como toda vedette, es polémica, abre debate. Y eso me gusta. Con el veganismo también se abren debates. Así que, Tita por un lado y por otro, siempre da de qué hablar. Es parte del momento en que vivimos, todo el mundo habla, opina, se expresa… Lo cual esta bueno, pero también invita a que se diga cualquier cosa. Así que, hay que tomarlo para bien.
Cuándo te “bordean” porque en tu equipo son en su mayoría mujeres. ¿Cómo lo tomás?
La verdad es que no me importa porque estoy muy tranquila con el desarrollo de la marca. Empezamos siendo mujeres: tres, después cuatro, después cinco, se dio orgánicamente, nunca fue un enganche de marketing. Nos gustaba trabajar entre chicas. Empezamos en Chacarita en un local de 15 metros y nos sentíamos mejor al estar “apretadas” entre mujeres. La dinámica, la forma de laburar, los diálogos… Después alquilamos el segundo local, que era más grande, y siguió la dinámica de: “Tengo una amiga, que tiene una amiga, que quiere laburar acá”. Nos escribían muchas chicas en Instagram pasandonos sus CVs, entonces se dio de una manera muy orgánica. Hoy Tita tiene dos varones en el equipo, no es que estamos cerradas. Había algo de un relato, de un vocabulario común que hablábamos que nos hacía sentir cómodas, fue simplemente eso. La gente como dije antes, va a hablar siempre, me parece que lo importante es que la idea de ser todas mujeres nace desde un lugar muy orgánico y real. Así como todo restaurante toma decisiones, la nuestra fue “trabajemos cómodas”.
La idea de ser todas mujeres nace desde un lugar muy orgánico
¿Por qué elegiste hacer pastas veganas y no tradicionales?
Yo quería hacer pastas vegetarianas. Cuando me junté con Ine, quien fue mi compañera durante un tiempo hasta que se fue a vivir al Sur, ella es vegana y me dijo: “Para mí tienen que ser full veganas”. Así que, el primer puntapié fue de ella y a mí enseguida me atrajo la idea de hacer lo que no existía. No había una fábrica de pastas veganas y los sabores vegetarianos son siempre más fáciles de encontrar porque bueno, el queso es accesible para todos, pero a los sabores veganos hay que ponerles un poquito más de cabeza. No había y a mí todo lo distinto, lo diferente, ser las primeras en algo, me atraía… Entonces, apareció desde ahí la idea. Además, era una forma de sumar algo a un nicho. Me parece que también estos tiempos son tiempos de hablarle a los nichos y me interesó esa idea. En ese momento era un público muy específico, pero hoy en día se amplió. Nosotros no le damos de comer solamente a veganos, pero partimos desde ahí. Nos da una particularidad. Es lindo tener alguna cosa que te distinga, que te defina.
Tenés un restaurante explotado, que al público le encanta. ¿Qué sigue para Tita la Vedette?
Mejorar siempre el producto. Mejorar en términos de restaurante, la carta. Mejorar la parte de fabricación de pastas para llevar: hay una idea y unas ganas de hacer un producto un poco más seriado que le pueda llegar a más gente, a más lugares. Así que, armar una fábrica más grande sin perder la calidad y la identidad de Tita. Ese es el próximo desafío. Y probablemente abrir más y más ventanitas de Tita en otros lugares. La siempre es crecer.
Y para Mena, ¿cómo te ves de acá a unos años?
Con mis hijas un poco más grandes, lo cual no está mal. Me veo con más proyectos. No solo con un Tita más grande, me veo también volviendo a lo audiovisual. Cuando Tita esté más establecido me dan ganas de hacer algo audiovisual con la cocina, la verdad que sí. Así que me veo cocinando y con una fábrica y con más Titas por ahí sueltos.
Cuando Tita esté más establecido me dan ganas de hacer algo audiovisual con la cocina
Sos mamá de 2 y emprendedora gastro. ¿Cómo combinás ambos mundos?
Los dos mundos se compaginan sin que yo lo pueda planear, no soy una persona que planee demasiado, me cuesta, voy resolviendo y haciendo y no paro. Duermo poco, vivo mucho, hago muchos malabares, vivo en el auto manejando de acá para allá, apagando incendios. Yo no sé si tengo la respuesta de cómo se compaginan los dos mundos, yo los compagino así, sin parar un segundo. Y mis hijas están remetidas dentro de Tita porque acompañan a su madre, así que vienen siempre. Tengo una mentalidad muy italiana: los hijos son parte del proyecto y Tita es mi tercer hijo. Así que pasa algo ahí como que está todo mezclado. Y obviamente, a veces, siento un poco de más de culpa que otras y pienso: “Uy, me estoy perdiendo algún momento de mi hija por estar trabajando tanto”. Pero bueno, siempre se nivela de alguna u otra forma. Por supuesto que es cansador maternar y trabajar en gastronomía, sobre todo. Es una un área tan desorganizada, espontánea donde pasan tantas cosas al mismo tiempo, pero bueno, fue una elección. Me gusta así y creo que será así, pero bueno sí, ¡es cansador! (mientras habla, de fondo se escucha a su beba llorando porque no quiere que la deje en el piso).
Dónde: Chacarita: Bonpland 850. La Paternal: Paz Soldan 4993. Sin reserva previa.