1. Mishiguene
Es el paraíso del hummus. Al ingresar a Mishiguene, del chef Tomás Kalika, el ambiente, la música de fondo y la iluminación, dan la certeza de que se pasará un buen momento y se comerá riquísimo. Después de un delicioso hummus con bagel y rebanadas de jalá, recomendamos pedir un pastrón con farfalaj, que es una delicia total. Los platos en los que sirven la comida, todos rococó y vintage, nos recuerdan a la comida judía que preparaban nuestras bobes durante las fiestas.
El dato: recomendamos pedir la ¨mezcla de Jerusalén¨. De nada.
Dónde: Lafinur 3368.