1. Admirar la ciudad desde el faro del Palacio Barolo
¿Un edificio que en su arquitectura mezcla los estilos neorromántico, neogótico e indio y que además está inspirado en la Divina Comedia de Dante Alighieri? Sí, en el Palacio Barolo eso es posible. Este paseo es ideal para los amantes tanto de la arquitectura como de la literatura, porque conocer su historia –fue un encargo del productor agropecuario Luis Barolo al arquitecto Mario Palanti- te lleva a repasar una de las obras literarias más icónicas del mundo. Por ese mismo motivo, el edificio tiene tres partes: Infierno, Purgatorio y Paraíso. En este último espacio, en el piso 13, hay una terraza desde donde vas a ver una de las panorámicas más lindas del centro de la ciudad. Y obviamente, otro plan imperdible es ver el atardecer tomándote un cóctel en su increíble rooftop bar llamado Salón 1923.
El dato: encima del Paraíso, hay un faro con una cúpula de vidrio a 100 metros de altura. Subir ahí arriba es algo que difícilmente puedas olvidar. Hay visitas guiadas diurnas, nocturnas y personalizadas.
Dónde: Av. De Mayo 1370.