Mar del Plata en taza: los mejores cafés de especialidad

Kersen es un referente de la escena cafetera en Mar del Plata, donde el café ocupa un lugar central. Cada taza, desde un espresso clásico hasta un filtrado impecable, refleja la dedicación y el conocimiento que los distingue. Incluso sus lattes saborizados mantienen la calidad que caracteriza al lugar, ofreciendo un toque creativo sin sacrificar el sabor.

Aunque el café lleva la delantera, Kersen también se luce con opciones que completan la experiencia: desayunos y meriendas estilo combo, una cuidada selección de tés y una carta perfecta para brunch o almuerzo. Ubicado a pocas cuadras de Playa Grande, es ideal para una pausa con un alfajor artesanal o su famosa torre de pancakes. Kersen hace que disfrutar de un buen café sea un motivo suficiente para volver.

El dato: Además de su ubicación a pocos pasos de Playa Grande, Kersen cuenta con dos locaciones extra en Mardel.

Dónde: Alem 3407; Garay 1755; Hipólito Yrigoyen 2291.

Con su estilo encantador inspirado en Francia, Dinette ofrece mucho más que buen café: es una experiencia en sí misma. Su interior luminoso, acogedor y estéticamente impecable invita a quedarse y disfrutar de cada detalle. Pero lo que realmente destaca es su combinación perfecta entre café de especialidad y una propuesta gastronómica cuidada al extremo, donde cada plato refleja dedicación y calidad.

Desde croissants recién horneados, macarons y hasta clásicos irresistibles como el croque monsieur o las french toast, Dinette es un paraíso para los amantes de la pastelería y los sabores franceses. Ideal para desayunar, almorzar o disfrutar de una merienda, también sorprende con opciones perfectas para armar un brunch completo.

El dato: en Dinette podés comprar gift cards, ideales para regalar un buen café y un momento para disfrutarlo como se merece.

Dónde: Alvarado 1702, Dinette bistrot café; Alem 3480, Mademoiselle Dinette.

Niño Lobo es el café ideal para quienes buscan algo distinto. Con un interior moderno y canchero, este espacio tiene una impronta creativa que va más allá de lo estético: el café es 100% protagonista. La dedicación que le ponen a cada taza se nota, además de los granos habituales tienen otras opciones en rotación, perfectas para paladares curiosos que quieren descubrir nuevas notas y matices.

Además, su carta sorprende con creaciones originales que elevan la experiencia cafetera. ¿Un café picante o uno con tiramisú? Sí, acá existen. También, hay opciones frías como el cold brew tonic (cold brew, tónica y cítricos) o el affogato con helado de pistacho, que es una delicia. Para completar el combo, Niño Lobo ofrece su propia merch y expone obras de artistas locales, convirtiéndose en un espacio donde el buen café y el arte se encuentran.

El dato: además de sus dos sucursales, cuentan con un “kiosco” ideal para llevarte un café delicioso y seguir paseando por la emblemática calle Güemes.

Dónde: Roca 1244; Alem 2734; Guemes esquina Garay.

ATC - Acá Tomamos Café es mucho más que un lugar para disfrutar de un buen café: es un homenaje a la nostalgia. La ambientación retro está llena de guiños al entretenimiento de otras épocas, desde muñecos y VHS hasta cajas de cereales clásicas, convirtiendo cada visita en un verdadero viaje en el tiempo. Pero no te dejes engañar por la decoración: el café es el corazón de la experiencia, preparado con precisión y maestría para resaltar los sabores en cada sorbo.

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Además, ATC tiene una carta versátil que invita a disfrutar de un buen café en cualquier momento del día. Desde opciones dulces como budines y cookies, hasta alternativas saladas ideales para un desayuno tardío o una merienda completa, todo está pensado para complementar la experiencia y darle aún más sabor. Un lugar donde la nostalgia y el café de especialidad se combinan para crear momentos únicos.

El dato: una vez al mes hacen el evento “El club del dibujo”, en el cual combinan la creatividad con un buen café.

Dónde: Rawson 2025; Luro 2599.

Café Planta Baja es la definición de un lugar con mucha onda. Aunque pequeño, su espacio está lleno de vida gracias a una ambientación cálida que mezcla madera, plantas y detalles que invitan a quedarse. Su vereda es ideal para las tardes de verano, mientras que el interior tiene rincones cómodos, perfectos para pasar un buen rato, incluso con la compu.

Pero la verdadera estrella es su café: preparado con maestría, servido a la temperatura ideal y con un sabor que deja huella. Para completar la experiencia, su carta tiene joyas como el increíble sándwich de chipá o el tostón madrileño, con pasta de sésamo tostado, tomate rallado y jamón español. Además, al caer la tarde, Planta Baja transforma su propuesta con tragos y tapeo, convirtiéndose en el plan perfecto para estirar el día entre buena comida y un café inolvidable.

Dónde: Rawson 1457.

No Coffee No Prana es un refugio de tranquilidad que invita a desconectar. Ubicado dentro de Luleå Mindful, un espacio dedicado al yoga y el bienestar, este café combina a la perfección su filosofía relajada con un café de calidad excepcional. Desde que cruzás la puerta, su ambiente cálido y acogedor te envuelve, ofreciéndote el lugar ideal para un momento mindful acompañado de una taza perfecta.

El patio, con su huerta y rincones soleados, suma un encanto especial para quienes buscan disfrutar del aire libre. Su carta incluye delicias que complementan el café a la perfección, con opciones sin TACC, como la barra de dátiles y chocolate o el alfajor de maicena. Además, cuentan con tres variedades de leche vegetal casera, pensadas para potenciar cada sorbo. No Coffee No Prana es mucho más que un café: es una experiencia para quienes buscan disfrutar de un momento único con sabor y calma.

El dato: Junto con Lulea están muy comprometidos con el cuidado del medio ambiente y tienen un club circular en el que organizan colectas mensuales y tienen un eco punto para dejar tus residuos reciclables.

Dónde: 14 de julio 2479.

Crumble es una bakery que enamora desde el primer vistazo, pero que conquista definitivamente con su café. Aunque la pastelería artesanal es el alma de este lugar, su café de especialidad no se queda atrás. Preparado con granos seleccionados de Fuego, uno de los tostadores más prestigiosos de Buenos Aires, cada taza demuestra un compromiso con la calidad que no pasa desapercibido.

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Acompañar este café es una experiencia deliciosa gracias a su increíble pastelería. Desde los imperdibles rolls de canela hasta medialunas que pueden venir rellenas de dulce de leche, cookies, y una variedad de facturas que llevan el concepto de “clásico” a otro nivel. Para los que prefieren algo salado, también hay opciones como sándwiches. Crumble es el lugar donde la tradición de la pastelería se encuentra con la excelencia del café, ofreciendo una experiencia que redefine los desayunos y meriendas en La Feliz.

El dato: ofrecen un taller de laminados en los que podes aprender los secretos para lograr increíbles creaciones.

Dónde: San Juan 540.