Mauricio Dayub es un artista de pura cepa. Se sintió actor desde la infancia y no se detuvo hasta lograr su objetivo - que se veía muy lejano y utópico - para ese Mauricio pequeño que vivía en Paraná, Entre Ríos en la década del 60. “Qué bueno que confiaste y qué bien que no cambiaste el rumbo”, le dice hoy este artista consagrado a ese jovencito, que dejó su hogar entrerriano en el barrio La Alcantarilla, para cumplir su sueño de actor en Buenos Aires.
Hoy Mauricio actúa, dirige y es dueño de una sala de teatro. Incursionó y brilló en cine, plataformas de streaming, ganó -muchos- premios y hoy protagoniza El Equilibrista, su unipersonal que va por la séptima temporada y El Amateur, la puesta que escribió en la década del 90 y que, a pesar del paso del tiempo, sigue tan vigente como el primer día.
Charlamos con Dayub, quien se encuentra haciendo temporada en Mar del Plata y la Costa Atlántica con sus obras, sobre su pasión por el teatro, cómo se lleva con las redes sociales, sus planes para el 2025 y mucho más.
¿Cuál es para vos la magia del teatro? ¿Qué es lo que más te apasiona de subirte al escenario?
Cuando yo era chico me gustaba mucho el juego del tiro al blanco. Lo pedía para mi cumpleaños, lo pedía a los Reyes Magos y me iba al garaje de la casa de mis viejos a tirar. Me gustaba saber cuánta puntería tenía. De grande, habiendo llegado a ser artista, siento que cuando empiezo a ensayar una obra, arrojó a oscuras en el teatro la misma flecha, como cuando era chico. Mientras trabajo, la flecha va haciendo su trayecto y cuando está por llegar, yo estreno y se encienden las luces del teatro. Y ahí ya es el público, el que me dice si acerté o no. Ya no estoy solo, como en el garage de la casa de mis viejos. Creo que en eso consiste mi trabajo, esa es la magia que encuentro en el teatro.
El Equilibrista, tu unipersonal, va por su séptima temporada. ¿Por qué creés que el público la sigue eligiendo?
Nunca sabremos si acertamos cuando intentamos responder "por qué algo se convierte en un éxito", pero luego de haber hecho 800 funciones podría decirte que la clave podría estar en el corazón de El Equilibrista, en el secreto familiar que descubrí en el pueblo donde nacieron mi madre y mis abuelos, en Italia. Porque, tanto en Madrid, Tel Aviv, Miami, Caracas, Punta del Este, Montevideo y en más de 50 capitales y localidades pequeñas de Argentina en las que me he presentado, he encontrado espectadores fuertemente identificados con esa parte de la historia.
El Amateur tampoco se queda atrás y ya es un clásico del teatro argentino. En este caso compartís escenario junto a Gustavo Luppi. Contame qué es lo qué más disfrutás de esta historia y por qué crees que el público la sigue eligiendo.
El Amateur es un espectáculo altamente inspirador. La escribí en un momento fundamental de mi vida, basándome en una imagen que vi en la infancia. Es el resultado de un logro individual, que nos permite vislumbrar el logro colectivo. Creo que el público la sigue eligiendo no solo por esa motivación profunda que produce, sino también porque en la actualidad, cada vez es más difícil ir detrás de nuestros sueños, y El Amateur impulsa al espectador a salir del teatro convencido de que tiene que ir detrás de esos objetivos personales que, muchas veces, postergamos.
El Amateur es un espectáculo altamente inspirador
Respecto a El Equilibrista… ¿En qué aspectos de tu vida te sentís un equilibrista?
Mi abuelo decía que “el mundo era de los que se animaban a perder el equilibrio”. Yo tuve que hacerlo entre los 18 y los 20 años, para acercarme a mi mismo, para dejar de ser transformado por los condicionamientos sociales que tanto nos influyen a todos. Yo tengo que hacer equilibrio como todos los argentinos - y te podría decir como en casi todas partes del mundo - para ser lo más auténtico posible, para no alejarme de mí mismo, ni del verdadero sentido de la vida. Para darle valor a lo que realmente lo tiene, y no alejarme de lo esencial y de la naturaleza humana.
Yo tengo que hacer equilibrio como todos los argentinos
¿Hay algún personaje que te quede pendiente interpretar? Ese que decís, “me encantaria que me convoquen para hacer a tal”
En general, a los personajes los voy encontrando en el camino. Yo he desarrollado una manera de trabajar que consiste en escribir, actuar y producir mis proyectos. También, los suelo iniciar en mi propia sala, El Chacarerean. No sé con qué personaje me encontraré en el futuro pero estoy en esa etapa hermosa, en la que mágicamente en cualquier momento aparece el próximo.
Estoy en esa etapa hermosa en la que mágicamente, en cualquier momento, aparece el próximo personaje
Saliendo del teatro, ¿cómo te llevás con las redes sociales?
Me gusta hacer los contenidos de mis espectáculos, me ocupo yo específicamente compartiendo la tarea, con editores y parte del equipo, que van tomando las imágenes. Pero tengo que confesarte que estoy esperando que pase de moda esto de mostrar todo el tiempo lo bien que nos va. Es una forma de vivir que no va con mi naturaleza. Yo admiré siempre a actores que no hacían ningún autobombo de su éxito. Pero me ha tocado vivir esta época y trato de adaptarme.
¿Qué le dirías a ese Mauricio de Paraná que soñaba con ser actor, pero lo veía tan lejano y ajeno?
Le diría: “Qué bueno que confiaste”. “Qué bien que no cambiaste el rumbo”. “Qué bueno que aún en épocas donde no encontrabas adhesión, no quisiste parecerte a los que les iba bien. No te desdibujaste ni modificaste lo que deseabas”. Ser feliz, para mí, es ser de grande lo que uno se imaginó que iba a ser cuando era chico. Ha pasado el tiempo y yo hoy, soy lo que me imaginé.
Ser feliz, para mí, es ser de grande lo que uno se imaginó que iba a ser cuando era chico
¿Qué proyectos se vienen para el 2025 en el plano profesional?
El 2025 será el año del comienzo de la despedida de El Amateur y de El Equilibrista. Tenemos que volver a algunas ciudades y llegar a otras a las que aún no les hemos podido cumplir la promesa, pero por sobre todo, será el año en qué pueda volver a tener tiempo como para empezar a pergeñar lo próximo, el espectáculo futuro, y seguramente también pueda ser un año propicio para aceptar algunas propuestas en cine y plataformas que he tenido que rechazar en los últimos tiempos por falta de tiempo.
Contame tu TOP 5 de obras de teatro favoritas de todos los tiempos. Esas que viste y te marcaron. No importa que no estén más en cartelera.
Te detallo algunas por lo que significaron para mí, en el momento en el que las vi. Pero hay muchas más y, sobre todo, momentos mágicos e inolvidables de otras obras de autores y actores argentinos que han quedado en mi retina y en mi corazón.
- Una de las primeras que vi en Paraná: “La novia de los forasteros” porque trabajaba mi hermano Gerardo. Estuve cerca de los ensayos, vi ahí, por primera vez, la cocina de lo que sería mi vida futura.
- Una de las primeras que vi en Santa Fe: “Los de la Mesa 10”. La destaco porque la versión era más bien mala, pero aún así, habiéndome aburrido, no logró hacerme desistir de mi deseo de ser actor.
- Una de las primeras que vi en Bs As: “Espiral de Fuego”, un unipersonal de Danilo Devizia, un actor que hacía un trabajo muy difícil de igualar, era único.
- “Vamos Shakespeare todavía”, con Alfredo Alcon. Vi en él lo que es tener un “don de actor”, me inspiró, por su voz, por su belleza y su convicción. Amaba lo que elegía interpretar.
- “Wielopole-Wielopole” del Polaco Tadeuz Kantor, la vi en el San Martín. Fue una bisagra en mi percepción, aun sin entender una palabra de su idioma.
Información y entradas para El Equilibrista y El Amateur, acá.