Héctor Moure fue dueño de emblemáticas confiterías como la Belgrano (hoy la Antigua Belgrano) y Norec, y tiene una trayectoria de más cinco décadas en el rubro panadero. Cuando habla de panificados, lo hace con pasión y seriedad. “Para empezar, el pan es un proceso químico”, nos cuenta. Muchísimas cuestiones hacen a un buen pan pero los ingredientes, las herramientas, el tipo de horno, la higiene, el amasado y el preparado son fundamentales a la hora de elaborar un buen producto. Los sándwiches de miga, la especialidad estrella de Héctor, están hechos con pan de miga y son costosos en todo sentido. “No sólo en lo económico: amasar el pan, cortarlo, higienizar las máquinas, untar la manteca de la manera correcta, armar el sándwich y cortarlo son tareas que llevan tiempo de producción y de capacitación, y que dejan mucho desperdicio en los cortes”, nos revela Moure.
El experimentado panadero agrega que idealmente se debe “batir antes de untar, pero jamás derretir”. Con respecto a la mayonesa, asegura, es un infaltable para agregar en la segunda capa de los triples. ¿Cómo reconocer si estamos frente a un pan de miga de calidad? Lo dicen sus burbujas, o tal como Héctor nos explica, “los alvéolos, que son los espacios de aire que vemos en la rebanada de pan. Tienen que ser parejos y a esto lo favorece la harina disponible en Argentina. La humedad es otra característica y para conservarla, Héctor aconseja “tapar los sándwiches de miga con una tela limpia y bastante húmeda, preferentemente fuera de la heladera”.
La portabilidad de estos sándwiches es otra de sus armas de conquista. Son perfectos para almuerzos rápidos o eventos improvisados. La variedad de sabores y combinaciones los convierte en un plato apto para todos los gustos y momentos. Desde las clásicas variantes de jamón y queso, hasta opciones más sofisticadas con milanesa, salmón ahumado, con productos veganos o con un pan japonés, los sándwiches de miga son una institución en la gastronomía argentina y te dejamos los 10 mejores de Buenos Aires.
En este bar notable de la ciudad, con su imponente barra y sus espectaculares vitreaux y amueblados que transportan a la década del 50, los triples de miga son parte de su oferta permanente. Su gusto destacado es el de jamón crudo, roquefort y atún. Su fuera de serie: el de alcaucil.
Dónde: Av. Rivadavia 3899.
Con una variedad de rellenos, desde clásicos hasta disruptivos, como sus famosos rellenos de milanesa, la textura suave de estos sándwiches de miga los convierte en un placer obligado en la ciudad.
Dónde: Florida 31.
Tres generaciones de tradición en hornos de pan. Su identidad la definen como “la mezcla entre la tradicional panetteria italiana, la panadería local y la influencia contemporánea de la pastelería de autor”. Cuentan con gustos tradicionales con fiambres agregados como el cantimpalo y muy buenas opciones veggie.
Dónde: Rivadavia 5391.
Menú de gustos clásicos. Base de jamón con tomate, queso, lechuga, morrones, huevo, ananá, roquefort y apio, roquefort y nuez, palmitos con salsa golf. También, tienen variantes de pollo. No hay márgen de error y te los podés llevar al paseo costero para disfrutar del viento del río.
Dónde: Av. Maipú 707, Vicente López.
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Un clásico de Palermo. Esta confitería pasa del dulce al salado sin posibilidad de falla. Sus sándwiches de miga son lo más pedido y recomendado en sus clientes: ofrecen una variedad de 12 combinaciones en pan blanco y negro.
Dónde: Av. Raúl Scalabrini Ortiz 3154.
Shokupan es un rincón de oriente en plena capital. El shokupan es una especie de pan molde japonés, de textura suave y esponjosa como nuestros panes de miga. El shoku, que serían equivalentes a nuestros sándwiches de miga, es el protagonista definitivo. Con una corteza dorada y un interior suave, vienen rellenos de carne, vegetarianos y veganos.
Dónde: Loyola 1620.
Para tomar un cafecito y degustar unos buenos triples. Cuentan con los gustos tradicionales y excelentes opciones vegetarianas, como el sándwich relleno de pasta de palta, rúcula y tomate o el de apio y roquefort. También tienen opciones veganas.
Dónde: Juncal 905.
Sus sándwiches de miga tienen buena fama en toda el área metropolitana de Buenos Aires desde 1969. La confitería es un emprendimiento familiar que siempre se destacó por la calidad de sus productos artesanales: masas, tortas, turrónes de almendras, marrón glacé, bombones y, por supuesto, sus famosos sándwiches de miga. Los sándwiches de miga recomendados por fuera de los gustos clásicos son, el de pastrón o leberwurst con pepinos agridulces; peceto, tomate y huevo; berenjenas caseras en escabeche con queso y el de albahaca fresca, tomate y queso.
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Dónde: Av. Pueyrredón 1881.
Una confitería familiar de tres generaciones, mucha historia y variedad de productos en pleno Saavedra. Rodeada de calamares del Club Atlético Platense y con mucho aire por su proximidad a parques, los sándwiches de miga de la confitería Artiaga merecen nuestra atención. Tienen muy buenas combinaciones y triples abundantes.
Dónde: Zapiola 4782.
Esta confitería con más de 30 años en Villa Pueyrredón también ofrece variedad de productos. Sus sándwiches de miga tienen una hinchada leal. Hay gustos hasta de vitel toné pero los que más pide su clientela son los que llevan jamón crudo.
Dónde: Av. Gral. Mosconi 2443.
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