En Biasatti hacen las pastas con sémola de grano duro porque les da otro dente. Con huevos de campo por sabor, proteínas y el tono anaranjado característico de las ricas pastas caseras que consagraron a esta fábrica de Belgrano. Las elaboran a unos pasos de su nueva trattoria, que es una evolución natural del pastificio.
El restaurante italiano abrió para poder probar las especialidades de Biasatti “in situ”. Y para ampliar su superficie de producción: en el salón de La Tratto ahora también, fabrican. Si vas al medio día, ves cómo amasan lo que te vas a comer. Si vas de noche, la zona de trabajo que antes estaba enharinada, se transforma en una barra para tomar un Garibaldi.
“En La Tratto de Biasatti hacemos las pastas con sémola de grano duro porque les da otro color, ni hablar del sabor y la digestión. Los huevos de campo también aportan mucho. Sin estos ingredientes, la calidad final no sería la misma. Además, son muy nutritivas”, explica Milton Bertoni, dueño de este emporio de las pastas.
“Quisimos crear un lugar Italiano, porque tengo descendencia. Viví muchos momentos felices junto a la comida y cultura Italiana y a Stefania le gusta mucho la cocina Mediterránea y nos perfeccionamos en este estilo”, cuenta y hace referencia a su pareja, Stefania Langford, quien también participa del proyecto. Lo que lograron es transmitir todo ese caudal de italianidad en un espacio cálido, con amplios ventanales y servicio atento, perfecto para potenciar la sensación de confort food.
Empezamos con la salumería italiana -mortadella con pistachos, finocchiona, prosciutto, bresaola, pecorino- acompañada con focaccia de romero, oliva y sal marina. No parás. También, podés ir por los quesos, con el plato cuatro formaggi con pecorino, gorgonzola, duomo affumicato y pepato siciliano.
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De las pastas caseras rellenas, nos quedamos con los ravioli de ossobuco y espinaca a la crema de hongos, romero y limón. Preguntamos la receta para enterarnos del gran truco que lo cambia todo: pangrattato (algo así como un pan rallado italiano que le da una crocancia divina). Para un toque picante, bucatini al bronzo all’ amatriciana, con pomodoro italiano, guanciale, cebolla morada, albahaca frita y pecorino. Muy delis y delicados los pappardelle cortados a mano con pesto de arvejas y albahaca, menta y parmesano.
El dato: Si vas al mediodía, pedite un panini. son en pan ciabatta, como el de polpetta fior di latte, espinaca salteada, pesto de tomates secos y almendras tostadas. Para il dolce recomendamos un duo de cannoli siciliani, con pistachos y naranjas confitadas. O la panna cotta con almíbar de café y biscotto de nuez.
Dónde: Ciudad de la paz 1917.