La Cabrera nació en 2002 en la esquina de Cabrera y Thames, Palermo, con la visión clara de su fundador, Gastón Riveira: reimaginar la parrilla tradicional argentina. Hoy, la casa de carnes se ha convertido en una suerte de “embajadora” del asado argentino en el mundo, con más de 28 locales distribuidos por España, Colombia, Estados Unidos, Perú, Paraguay, Filipinas, Chile y México.
Llevar la experiencia de La Cabrera a cada ciudad del planeta es el sueño de Riveira. “Queremos seguir por este camino y que todos conozcan de qué se trata la comida argentina, contar cómo es nuestra manera de cortar la carne y nuestra forma de asarla, manteniendo la experiencia La Cabrera lo más fiel posible a la de Buenos Aires”, nos cuenta el chef y dueño, quien también nos ha revelado lo esenciales para el mejor asado argentino.
Su amor por la gastronomía venció el mandato familiar que lo destinaba a ser abogado, y decidió crear un nuevo concepto de parrilla, con la carne argentina como su producto estrella y una particular forma de presentar sus guarniciones y su carta de postres. “Quería tener mi propio restaurante, pero no uno cualquiera. Debía ser un lugar donde pudiera plasmar mi estilo, el entramado de todas las experiencias que había adquirido a través de los años y que evocara, de algún modo, mi esencia, mi infancia y mi pasión”, describe Riveira.
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Su incursión fue un éxito: “Con el correr de los años, La Cabrera se convirtió en un clásico de Buenos Aires y despertó el interés de muchos extranjeros, traspasando fronteras y logrando expandirse mundialmente”, reconoce Riveira. El restaurante ganó títulos como “La Mejor Parrilla de Buenos Aires” en 2018, obtuvo un lugar entre los "50 Best Restaurants de Latinoamérica" y fue galardonado con los "Travellers' Choice Awards" de TripAdvisor en 2022. Más recientemente, fue incluido en el ranking de los "World Best Steak Restaurants" (2023 y 2024).
Los tres pilares del éxito de La Cabrera
“Lo que pasó con La Cabrera es el resultado de mucho esfuerzo y pasión por lo que hacemos. Quería que que nos distinguiéramos del resto, pero no solo por la calidad de nuestro producto, sino por brindarles a nuestros clientes una experiencia sensorial única e inolvidable”, explica Riveira. Según el chef, la fórmula del éxito se sostiene en su “filosofía MAS”: menú, ambiente y servicio.
"Lo que pasó con La Cabrera es el resultado de mucho esfuerzo y pasión por lo que hacemos"
El menú destaca por sus métodos innovadores, la calidad de la materia prima y el arte que despliegan los cocineros. La carne proviene de los mejores cortes y razas, incluyendo Angus Red, Angus Black, Wagyu, Nebraska, Brangus y Hereford. Aparte, más allá de las ensaladas variadas y originales, se sirven guarniciones especiales en cazuelitas que se convirtieron en un sello de la casa. A esto se suma una carta de postres creativa, pensada para sorprender y cerrar la experiencia con un toque lúdico.
El ambiente mezcla el encanto de un bistró francés, el espíritu de un bodegón porteño y una ambientación barroca. La música y la cálida recepción del personal completan el clima familiar del restaurante. Asimismo, el equipo de trabajo es esencial para lograr un servicio “distinguido, diferente y distendido”, tal como lo define Riveira. La formación del personal es continua.
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Consejos para “primerizos” en La Cabrera
Si visitás por primera vez La Cabrera, aquí van algunos consejos para aprovechar al máximo la experiencia:
- La sugerencia del chef Riveira: “Si es tu primera vez en La Cabrera, te sugerimos probar el ojo de bife Angus. Este corte combina el medallón de bife con su característica ceja, lo cual le da una textura sumamente tierna y un sabor único gracias a su infiltración de grasa interna, que al cocinarse potencia la jugosidad y la intensidad del sabor. Otros favoritos de la carta son el bife de chorizo y la entraña”.
"Si es tu primera vez en La Cabrera, te sugerimos probar el ojo de bife Angus"
- Las cazuelitas: las guarniciones frías y calientes, asadas o cocidas con otras técnicas, son una marca registrada de la casa, y cada una aporta un contraste interesante a los cortes de carne.
- A reservar con tiempo: especialmente si el plan es visitar el lugar los fines de semana.
- Espacio para el postre: aunque estés satisfecho después del asado, los postres en La Cabrera son toda una experiencia. Desde opciones clásicas como el panqueque con dulce de leche o el queso y dulce, hasta propuestas más atrevidas, vale la pena dejar un lugar para el final dulce.
Visitar La Cabrera es mucho más que disfrutar de una buena comida; es una celebración de nuestra cultura del asado, combinada con una atmósfera especial y un servicio impecable. Desde su local en la Ciudad de Buenos Aires, hasta cada rincón del mundo donde se aloja, la marca de Gastón Riveira sigue conquistando paladares y llevando la carne argentina a lo más alto de la gastronomía mundial.