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El Eternauta: 10 cosas que tenés que saber antes del estreno en Netflix

Información clave sobre este clásico argentino que convirtió a Buenos Aires en un escenario de ciencia ficción, política y resistencia.

Valeria Massimino
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Antes de que El Eternauta se viera envuelto en el hype de Netflix, hubo un cómic. Uno dibujado en tinta y papel, publicado por entregas en una revista, con olor a imprenta vieja y realidad ardiente. Pero, sobre todo, con una historia poderosa, que hiela la piel como la nieve mortal que lo atraviesa.

Ocurrió en otro tiempo. En un mundo paralelo. O en este mismo. Pero fue real. Y todo sucedió en Buenos Aires. Ese cómic convirtió a nuestra ciudad en un campo de batalla, cubierto por una nevada despiadada que nadie vio venir. Lo hizo con una sensibilidad inquietante: calles, esquinas, colectivos, casas, barrios por donde seguimos caminando hoy. Buenos Aires fue la elegida. No Nueva York. Tampoco París. Por fin, una historia global nacía desde el sur.

En pleno auge de la Guerra Fría, con el mundo obsesionado por invasiones extraterrestres y bombas nucleares, Héctor Germán Oesterheld escribió sobre lo que mejor conocía: la humanidad. Una historia donde la nieve no es necesariamente blanca. Donde el héroe no lleva capa, sino un traje improvisado. Donde Buenos Aires se vuelve centro. Donde la ciencia ficción es política y el recuerdo, urgente.

La ciudad que retrata Francisco Solano López no es inventada: es reconocible, es nuestra. El inicio no se da en un refugio secreto, sino en Vicente López, en una casa cualquiera, donde unos amigos juegan al truco. La épica nace desde lo cotidiano.

El Eternauta no es solo un cómic. Es una advertencia. Es una herida. Es también una promesa. Y ahora, una serie. Es símbolo de lucha, de memoria viva y de una resistencia que persiste. Y si aún no lo leíste y querés ponerte a tono antes de su estreno en Netflix el próximo 30 de abril, éste puede ser el mejor punto de partida.

1. Un clásico nacido en Buenos Aires

Publicado entre 1957 y 1959 en la revista Hora Cero Semanal, El Eternauta fue creado por el guionista Héctor Germán Oesterheld y el dibujante Francisco Solano López. La obra se desarrolló en 106 entregas semanales, con ilustraciones memorables y un guión que combina ciencia ficción, crítica social y una sensibilidad poética poco frecuente en el género. Décadas después, sigue siendo una historia tan vigente como necesaria.

El dato: El Eternauta es la historieta más influyente del cómic en español.

2. Una historia donde la nieve mata

La trama gira en torno a Juan Salvo, un hombre común y corriente quien, junto a su familia y amigos, intenta sobrevivir a una invasión alienígena en Buenos Aires, luego de una nevada tóxica que cubre la ciudad. El punto de partida no es Manhattan, sino Vicente López: una historia que nace en una casa del conurbano bonaerense. Amigos reunidos, un partido de truco, y de pronto, el fin del mundo. Juntos, improvisan trajes, escafandras y guantes caseros para poder salir y ver la nueva realidad.

El Eternauta logra lo que pocos relatos: hacer que lo imposible se sienta posible. Que el apocalipsis empiece en la vereda de tu casa. “No sabíamos que esa noche, jugando al truco, empezaba el fin del mundo”.

El dato: la nieve mortal cubre Buenos Aires durante casi toda la historia. Es símbolo del avance de una amenaza que parece imparable.

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3. El significado de la palabra “Eternauta”

Es un término creado por Oesterheld: combina “eterno” y “nauta” (navegante). Juan Salvo se transforma en ese viajero sin tiempo, atrapado en un bucle temporal, condenado a saltar de época en época mientras busca a su familia. No tiene superpoderes. Sobrevive con ingenio, amor y memoria. Es un símbolo del sobreviviente que resiste, del hombre común que se convierte en leyenda y de quien, aun sin quererlo, se vuelve testigo, y a veces héroe, de lo que nadie quiere ver. "Soy un Eternauta, un hombre que no tiene tiempo, que viaja por todos los tiempos".

El dato: al igual que su personaje, Oesterheld también se volvió una figura errante. Desaparecido durante la Dictadura Militar, aún se desconoce el paradero de su cuerpo.

4. Buenos Aires, la protagonista indiscutida

La Ciudad de Buenos Aires no es solo escenario: es protagonista. Está ahí, reconocible y estremecedora: la General Paz, Plaza Italia, el Congreso, el subte, el estadio de River.  Todo cubierto de nieve mortal. Una ciudad vacía y en silencio.

Un solo copo sobre la piel, y morís. Buenos Aires se convierte en campo de batalla y también en refugio. El trazo de Solano López tiene la precisión de un archivo urbano: cada viñeta es una distopía que nos resulta familiar, como un espejo agrietado de algo que conocemos. “Hay nieves que no vimos porque no queríamos ver”.

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El dato: El Eternauta se publicó en 1957, y en una de sus viñetas aparece el estadio de River Plate cerrado, antes de que se construyera la tribuna que completaría la herradura.

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5. El lector, parte de la batalla

El Eternauta transcurre en tiempo real. El lector se enfrenta al horror junto a los personajes, sin advertencias ni explicaciones previas. Primero, la nieve. Luego, los “cascarudos”, los “hombres-robot” y los “gurbos”. El miedo se acumula con cada página, y la estructura narrativa se vuelve crucial para transmitir todo aquello que sucede. Las viñetas nos sumergen en una historia donde la incertidumbre sobre el futuro se mezcla con la desesperación, la belleza, y quizás, una chispa de esperanza.

El dato: Francisco Solano López comenzó a dibujar profesionalmente cinco años antes de la publicación de El Eternauta. Empleaba una técnica de dibujo en blanco y negro caracterizada por una superficie saturada y el uso de tinta china.

6. Ciencia ficción con trasfondo político

Aunque haya monstruos, naves y nieve mortal, El Eternauta nunca deja de ser una alegoría. La invasión representa el poder, el sometimiento y formas de colonización. Las paredes hablan: en una de las viñetas puede leerse “Vote Frondizi”, un guiño al contexto político real de la época. Nada es casual. El enemigo puede venir de otro planeta, pero se parece demasiado a los que ya conocemos. “Todo lo que parecía imposible, ocurrió”.

El dato: En El Eternauta II, escrita por Oesterheld en los años 70, el tono se vuelve más frontal: ya no hay metáforas. Es una denuncia directa.

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7. Seguimos recorriendo Buenos Aires, viñeta a viñeta

También bajo tierra. En los túneles del subte, entre pasajes ocultos y escaleras que descienden. Oesterheld transforma el subsuelo porteño en una trinchera: ahí se esconde la resistencia, y  se refugia lo humano. La épica no está en la gloria, sino en la supervivencia. Y en ese silencio subterráneo, al menos, por un momento, están a salvo.

El dato: En El Eternauta, Juan Salvo y su grupo descienden al subte en busca de resguardo. La línea D, a la altura de Congreso de Tucumán, es donde se organizan para resistir.

8. Cascarudos, hombres-robot y gurbos: el ejército del miedo

El universo de El Eternauta está poblado por enemigos que no solo generan terror, sino que representan formas de control, sometimiento y destrucción. Los cascarudos, bestias gigantes con un caparazón grueso, avanzan con una fuerza imparable, difíciles de destruir. Los hombres-robot son humanos sometidos mentalmente, vecinos convertidos en autómatas que obedecen sin cuestionar. Los gurbos, otras bestias ciegas que actúan solo por instinto, son armas vivientes sin conciencia. Y después están Ellos, los amos invisibles, que operan desde las sombras. Como dejó claro Oesterheld: “La verdadera amenaza no siempre tiene rostro”. “Eran como zombies… como muñecos sin voluntad”.

El dato: Los cascarudos, uno de los enemigos más emblemáticos de El Eternauta, fueron diseñados por Francisco Solano López con una clara referencia a los monstruos del cine de terror de la época.

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9. Netflix y la adaptación a la pantalla chica

Durante años se consideró una misión imposible adaptar una historia semejante a la pantalla chica. Hubo intentos fallidos, proyectos que se estancaron y propuestas internacionales que no avanzaron. Pero Netflix asumió el desafío y avanzó con esta adaptación de la historia original con Ricardo Darín como protagonista.

La esperada adaptación fue creada, dirigida y escrita por Bruno Stagnaro, con guión junto a Ariel Staltari y la participación clave de Martín Oesterheld como consultor creativo. Martín, nieto de Héctor Germán Oesterheld, acompañó todo el proceso con una mirada sensible y un lazo directo con el legado familiar. “Mi abuelo escribía los guiones y generó todo un fenómeno desde Editorial Frontera, que fundó con su hermano Jorge, en ese chalet donde comienza la historia”, recuerda.

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Las expectativas son altas; se perfila como uno de los estrenos más esperados del año, con el potencial de resonar a nivel mundial ¿Logrará mantener lo esencial? Porque El Eternauta no es solo ciencia ficción. Es una narración escrita con pasión, con intensidad, y con una lucidez que duele.

El dato: la serie se filmó en Buenos Aires entre mayo y diciembre de 2023, con un total de 35 locaciones reales y 25 escenarios creados a través de tecnología de Virtual Production, lo que permitió recrear de manera precisa la atmósfera apocalíptica de la historia. Una de las primeras decisiones que tomó el director y guionista fue trasladar la trama a la época actual.

10. Más allá de la ficción

Con el tiempo, El Eternauta trascendió las páginas y se convirtió en un símbolo. La historia de Juan Salvo, ese hombre común que resiste desde lo cotidiano, se entrelaza con la historia real de quien la escribió. En cada viñeta, en cada decisión narrativa, hay más de lo que se ve. Hay capas. Hay una lectura que va más allá del cómic.

El dato: El Eternauta fue prohibido, perseguido, silenciado. Pero sobrevivió. Hoy se estudia en universidades, se pinta en murales, se imprime una y otra vez. La historia de Salvo es la historia de Oesterheld. Y ya no se puede separar. Porque mientras haya injusticia, habrá un Eternauta viajando por el tiempo para advertirnos. La pregunta es: ¿vamos a escuchar?

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