[image]
[title]Los porteños solemos quejarnos de que la Ciudad le da la espalda al Río de la Plata. Y es bastante cierto, porque un vecino de Buenos Aires puede pasar meses sin verlo, a diferencia de lo que ocurre, sin ir demasiado lejos, con ciudades como Rosario en Santa Fe.
Diversas concesiones a privados realizadas en los noventa, creaban una barrera urbana infranqueable en Costanera Norte. Sin embargo, esto está empezando a cambiar. El Gobierno de la Ciudad abrió en los últimos dos años, cinco parques frente al río y si bien no están muy publicitados, mucha gente se acerca a disfrutar de un montón de actividades.
Los recorrimos de sur a norte y nos sorprendimos de ver a grandes y chicos haciendo deporte, un picnic o simplemente relajando la vista y despejando la cabeza con la inmensidad de sus aguas tranquilas. Y algo muy importante: en su mayoría, las actividades allí son gratuitas.
Parque Salguero y Parque Carrasco: dos áreas verdes donde antes estaban los boliches
El primer espacio verde es el Parque Salguero, ubicado en el cruce de la calle Salguero y la Avenida Costanera, frente al Aeroparque Jorge Newbery, donde funcionó durante 30 años un club de golf privado. En sus 14,3 hectáreas hay canchitas de básquet, mesas de ping pong, una pista de patinaje, aparatos para hacer gimnasia y mucho lugar para caminar, correr o andar en bici.
También te puede interesar: 50 mejores cosas para hacer en Buenos Aires
Además de la vista abierta al río, sorprende la cercanía de las dos torres de la impresionante usina eléctrica de Puerto Nuevo, una postal infrecuente y muy instagrameable. También, siempre se puede mirar despegar a los aviones o pescar. Dos clásicos.
Fuimos un domingo gris y paseando junto al río, nos cruzamos con Isabel, que vino de visita desde Junín con su hijito Bruno: "La costanera es hermosa, nosotros tenemos ahora la laguna sin agua, esto es el paraíso, me encanta", nos comentó. El espacio verde es enorme y no había tantas personas.
También te puede interesar: Circuitos increíbles para recorrer Buenos Aires en bici
Pegado a Parque Salguero está Parque Carrasco, ubicado en una zona donde antes había boliches. Ahí la cosa va tomando color: en sus 9 hectáreas vimos más gente, sobre todo familias, con chicos jugando al fútbol y andando en skate. Charlamos con Patricia y Andrea, dos jóvenes hermanas de Lomas de Zamora que caminaban junto a sus pequeños hijos. "Es la primera vez que venimos, no conocíamos, es muy lindo, me gusta lo amplio que es, el viento que viene del río, es divino", nos dijo Patricia.
Parque del Vega y Parque Costero , bien cerquita del agua
A 3 kilómetros hacia el norte por la Avenida Rafael Obligado, distancia que se puede hacer caminando o en bici, ya que el camino está unido por una bicisenda, está el Parque del Vega, creado en nueve hectáreas de tierras ganadas al río. ¡Y ahí sí que era una fiesta! Había muchísimas familias, parejas y amigos haciendo picnic, mientras skaters y ciclistas de todas las edades circulaban por las bicisendas.
Además, hay una colina desde donde se pueden sacar fotos espectaculares de la Ciudad de Buenos Aires desde un ángulo no habitual, de los aviones que pasan súper cerca y panorámicas del río. "Es hermoso, vinimos de Mataderos con los chicos de la escuelita de skate, tuvieron clase acá", cuenta Silvana en la cima de la colina mientras agarra a su hijo Juan Martín, de cuatro años, para que no se tire rodando.
La frutilla del postre es el Parque Costero
Fue inaugurado en julio y está unido al Parque del Vega. Tiene senderos y una playa pública de arena con palmeras, en donde había chicos jugando a la pelota y haciendo castillitos. También, una pareja tirándose un frisbee. Lo mejor, de todas formas, es un paseo costero de 900 metros con escalinatas que permiten caminar literalmente al lado del río.
Sentadas tomando mate bien pegaditas al agua estaban las jóvenes amigas Lucía y Bárbara, quienes llegaron desde Lanús. "Los domingos mandamos al grupo de la familia, Reels o TikToks de lugares para visitar y salió éste. Está bueno, está fresquito, un poquito de sol hubiera estado bueno", cuenta y se ríe, Lucía.
Siguiendo hacia el norte, al lado de Ciudad Universitaria, están el Parque de la Memoria y el Parque Memorial AMIA, dos espacios verdes que por sus características y su infraestructura se prestan más para mirar el río en calma, despejar la cabeza, y disfrutar del silencio.
Un plan para recuperar la Costa
El arquitecto y urbanista Alvaro García Resta, secretario de Desarrollo Urbano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, es el responsable del diseño y la construcción de estos parques y de llevar adelante este cambio en la relación entre los porteños y su río.
“Los proyectos que estamos haciendo tienen que ver con un plan que se llama BA Costa para recuperar la primera fila de la Ciudad, frente al Río de la Plata. Como arquitecto escuché durante muchos años que la Ciudad le da la espalda al río y, cansado de escucharlo, decidí tomar cartas en el asunto”, explica el funcionario a Time Out.
“Empezamos ya hace cinco años con un plan muy ambicioso que va desde Ciudad Universitaria, donde está la Reserva Ecológica Norte, hasta la ex Ciudad Deportiva de Boca, en el sur, que son 50 hectáreas que estaban en manos privadas y ahora son de dominio público. Yo siempre digo que perdimos la primera fila del teatro porque se nos colaron las infraestructuras: autopista, tren, aeropuerto. Buenos Aires tiene 444 años de historia y el aeropuerto debe tener un poco menos de 100, por lo cual la historia de la Ciudad es ribereña. El concepto es recuperarlo, porque la Ciudad nace y crece de cara al río. En algún momento lo perdimos y ahora hay que recuperar la geografía", señala el Secretario de Desarrollo Urbano.
“La historia de la Ciudad es ribereña”
El problema mayor de estos parques es la falta de conectividad
Hasta allí llegan las líneas de colectivo 33, 34, 45, 160 y 166. También, se puede ir en auto, pero es difícil encontrar lugar para estacionar. Según García Resta, se está trabajando en un proyecto para conectar toda la costa hasta Vuelta de Rocha (en La Boca) con buses eléctricos. ¡Ya nos queremos subir!