Si te gusta la comida peruana y estás cansado de comerla en sus dos extremos (versión popular o mega sofisticada), esta apertura es para vos: Barra Chalaca es una barra cevichera de porciones generosas y gourmet. El último restaurante de Gastón Acurio en Buenos Aires trae lo mejor de su tierra en formato street-food, con porciones abundantes y precios accesibles.
Y a todo esto sumale la actitud chalaca: es decir, toda la frescura y la diversión de los habitantes del Callao (cerca de Lima). Acá, además de la calidad de pescados y mariscos, lo que prima en esta esquina es la buena onda, de los que atienden y de los que van. Es un ambiente familiar en el que todos son bienvenidos: vale tanto para una salida de amigos como para una de a dos. En Barra Chalaca te esperan de día o de noche, siempre va a estar animado, porque remite a las barras del Puerto de Callao.
Te recomendamos ir con paciencia para elegir. Primero, porque la carta es extensísima. Podés ir a lo seguro, a lo que ya conocés (causas, ceviches, tiraditos, chaufas) o aventurarte por platos fusión, con influencias de variadas culturas asiáticas, como hicimos nosotros. Segundo, porque las raciones son abundantes, hay que organizarse para compartir y probar de todo.
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Fuimos directo a la sección "piqueo", con las empanadas chalacas de picante de langostinos; los wantacos de tartar de trucha y palta nikkei; las croquetas marineras con salsa tártara de ají amarillo; los spring rolls de langostinos con lechuga y salsa Callao Vietnam; los suikaos de mar al vapor con salsa de maní y ají chifa; y las tortitas de choclo con cevichito cremoso de mariscos, que es uno de los mas pedidos.
Como somos del team agridulce, el chef arequipeño Daniel Llasaca -que viene de trabajar 5 años en La Mar- nos recomendó el tiradito nikkei de pesca fresca del día, con un laqueado de miel de maracuyá. De los arroces, el de chicharrón de calamar en su tinta y alioli de rocoto estaba bien bueno. No llegamos a probar los pescados enteros, como La Chorrillana, con yuca frita y criolla, que cuando se posó en la mesa de al lado no pudimos evitar mirar.
¿Para beber? El mocktail de la casa es Curatodo, a base de hierba Luisa, manzanilla y ananá. Y por supuesto que salen los pisco sour. Y si de postre se trata, el suspiro limeño es, sencillamente, el mejor que hemos probado en Buenos Aires. Lo coronan con un merengue de Oporto.
Ya lo sabemos, Gastón Acurio hace todo bien. Esta vez, la pegada está en traer su calidad en un “formato de bolsillo”.
Dónde: Arévalo 1392. Todos los días de 12:30 a 00 hs.