cochinchina
Cochinchina
Cochinchina

Los mejores bares de Buenos Aires

Probá coctelería de autor en los mejores bares de Buenos Aires: los 37 recomendados de Time Out.

Lorena Marazzi
Escrito por: Carolina Cerimedo
Publicidad

Ya sea que prefieras disfrutar de tu clásico favorito o aventurarte a probar nuevos sabores, estas barras ofrecen diversas propuestas cocteleras para todos los gustos y momentos. Un recorrido para emprender, copa en mano, por los mejores bares de Buenos Aires.

1. Tres monos

Es el mejor bar de Sudamérica y no lo decimos nosotros: está en el puesto 7 del prestigioso listado The World 's 50 Best Bars, conviertiéndose en el mejor bar de Argentina y América del Sur. Recibió, además, un premio por su servicio relajado -es el primer bar sudamericano en ganar el Michter' s Art of Hospitality Award-, y porque su coctelería es suprema. Y también inclusiva: tienen una escuela de bartenders en el Barrio Mugica -ex Villa 31- para capacitación e inserción laboral, ya que luego los “graduados” vienen a trabajar a Tres Monos.

De lo único que se quejaba la gente era de que no había espacio. Por eso, inauguraron el garaje, para que entremos todos. La ampliación sumó una barra con disposición no tradicional, la primera en su tipo en Argentina, para que el público pueda ver al bartender sin perderse de vista entre sí. La vereda, con su amplio deck, también convoca. Apenas llegás, te sientes donde te sientes, te van a convidar agua y ponche de bienvenida. Sí, te van a hidratar toda la noche. Además de sus cócteles, podés probar sus bebidas de producción propia, de la sidra al Pet Nat y el whisky que elaboran en Exaltación de la Cruz. Con la misión de enaltecer los granos argentinos -¡somos uno de los mayores productores de cereales del mundo!-, sin la expectativa de parecerse al escosés.

“Una de las bases de nuestro bar es la búsqueda y el desarrollo de productos nuevos para crear una experiencia diferente y de gran valor, como trabajar con insumos y productores argentinos para crear bebidas con identidad propia que solo vas a probar cuando venís a visitarnos”, expresa Sebastián Atienza, uno de los 3 monos creadores de este hit.

Aunque a primera vista la estética punk te haga pensar otra cosa, son unos dulce de leche, que te van a escuchar y atender, para que tengas la experiencia que buscás esa noche.

El dato: todos los días abren desde las 16, así que si estás manija, ya sabés que en esta esquina podés arrancar temprano.

Dónde: Guatemala 4899.

2. Cochinchina

Nos vamos a Vietnam, con este bar de Palermo que integra sabores y ambiente en una propuesta sugerente. La tentadora coctelería de Inés De Los Santos se une a los platos indulgentes de Juan Carlino, inspirados en la cultura franco-vietnamita. El espacio diseñado por Eme Carranza ofrece texturas, paisajes orientales, murales y detalles kitsch.

Está en el puesto 22 de The World 's 50 Best Bars y no lo dudamos, después de probar Floreado, con Pisco Quebranta 1615, Hesperidina, cordial de lima, infusión de manzanilla y perfume de flores. Nos sentimos en el Orient Express con Jazmín Shanghai: whisky Chivas Mizunara, Umeshu y té de jazmín. Y no estamos tan errados: el deck de madera de la entrada evoca una estación de tren, de la antigua Indochina. Para los valientes, Dijon Bloody Mary: Vodka Ketel One, jugo de tomate, mostaza y bloody mix. Un bar muy arriba en todo sentido, a barra llena todas las noches.

El dato: abre de miércoles a sábado hasta las 3 am, y domingos a martes hasta las 2 am.

Dónde: Armenia 1540.

Publicidad

3. Kōnā Corner

El restó de cocina japonesa de Narda Lepes e Inés De Los Santos tiene una barra que propone una experiencia diferente: omakase de cócteles. Así como un sushiman sirve a sus comensales la pesca fresca del día en su preparación más adecuada, aquí el bartender, el experto Alan Pex, propone a los parroquianos un viaje por las historias y curiosidades del Japón a través de sabores tan exóticos, como exquisitos.

Se trata de siete cócteles -picá algo antes porque lo vas a necesitar-, uno de ellos sin alcohol, que vienen acompañados de un breve relato para escuchar mientras uno se maravilla observando las preparaciones. En una de ellas, por ejemplo, hay un brasero con carbón en juego, leíste bien: fuego.

El recorrido en Kōnā Corner es bien variado e incluye bebidas como sake, whiskies, licores, vinos y vermouth. Sin ánimo de spoilear, sólo te cuento que el primer paso tiene que ver con el gatito dorado de la fortuna y es un cóctel aperitivo que lleva vino Gewürztraminer y licor de yuzu. Se sirve en un masu -cajita de madera con la que se medía el arroz y que también se usa para beber sake-, riquísimo.

Sentados en la barra semicircular, la vista se pierde entre las botellas iluminadas, las herramientas y objetos de coctelería, algún detalle japonés y el gran ventanal de fondo que da a la plaza de Sucre y Castañeda con sus frondosos árboles.

Por fuera del omakase, la carta de coctelería te lleva a otro viaje por Japón. Si sos de los Martinis, pedite el Ash con gin Tanqueray, shochu, blend de vermouth infusionado con sésamo tostado y bamboo pickle. Si preferís un Negroni, el Onigroni es muy delicado: gin Tanqueray, vermouth Kona, Campari y licor de yuzu. A mí me encantó Mi Adonis: shiitake, jerez Tío Pepe, vermouth Antica Formula y eneldo.

Además, hay variedad de sakes y algunos whiskies japoneses y un bloque de hielo para tallar de manera artesanal, tal como lo hacen en las típicas barras niponas.

El dato: para que la experiencia japonesa sea completa, ¡hay karaoke! Hay que reservar por Instagram o por wpp 1130514423.

Dónde: Castañeda 1899.

4. ElePeVe (Las Patriotas Vilardo)

Este bar de vinos, platitos y cócteles, es todavía un secreto para muchos. Puede ser en parte, porque está escondido en el primer piso de un pasaje de Palermo Chico o porque se nutre de vecinos y habitués. Es de esos lugares de buena vibra, ambiente tranquilo y música agradable para pasar una noche relajada.

En la barra, Patricio Pereyra, un ex Mundo Bizarro, te recibe con su combinación de experiencia, servicio amable y bajo perfil. Su carta está inspirada en mujeres patriotas de todo el mundo. Como el Sargento Martina que homenajea a una argentina que apresó en su pulpería a varios soldados ingleses durante las invasiones. Es un cóctel a base de gin, vino Criolla, verjus, almíbar de blancas y romero; delicioso y de carácter, como esa mujer. El más pedido es el Liuda/309, en honor a la francotiradora rusa de la Segunda Guerra Mundial, con vodka, almíbar de miel, sal marina, pepino, eneldo y una gaseosa natural de ananá y jengibre, apto para todo paladar.

ElePeVe es también un buen lugar para pedir cócteles clásicos: el Bloody Mary sale exquisito. Además, Patricio es experto en coctelería tiki, con lo cual, si alguien pide un Mai Tai -cóctel emblema de esa coctelería y que se consigue en muy pocos bares de Buenos Aires-, él lo prepara con mucho esmero y amor.

Mención aparte para la cava de vinos con variedad de etiquetas de baja intervención y mayormente, de pequeños productores. Las opciones por copa varían dependiendo del día y, de la mano del sommelier, suele haber lindas sorpresas.

El dato: martes y miércoles hay música en vivo, jazz y lo-fi, y se genera una onda increíble.

Dónde: Paunero 2880.

Publicidad

5. Sofá

El bar de las talentosas bartenders Sabrina Traverso y Agostina Elena es una visita ineludible en Chacarita, barrio declarado por Time Out Travel este año, como uno de los más cool del mundo. “El concepto es un bar”, así lo definen ellas, buscando despojar de toda parafernalia la propuesta. Ofrecen cócteles y platitos en un ambiente descontracturado para que te sientas como en el living de tu casa. Fuerte al medio, un golazo.

También te puede interesar: Dónde tomar vermut en Buenos Aires

Ubicado en una esquina, desde la calle se ve el bar a pleno y vibrante a lo que se suma un primer piso más amplio con otra barra. “Los dos ambientes con identidad tan distintas que conforman Sofá, permiten que cada persona encuentre el lugar en el cual se sienta cómodo, ya sea por la música o por la disposición y comodidad de las mesas/sillas. Así fue que logramos combinar lo relajado del barrio, sin olvidar los detalles en el servicio”, cuenta Sabrina.

La carta juega con el humor, pero los sabores son cosa seria –y muy buena-. Lechuga Como una Fresca a base de gin Gordon’s, manzana, apio y kale, cordial cítrico y Chandon Extra Brut, es un buen comienzo. Si te Gusta la Carrot es otro cóctel muy original con ron Bacardí Carta Oro, almíbar especiado, zanahoria, maracuyá, mascarpone y crocante de habanero. Un Banhattan en Chacarita con bourbon Wild Turkey 40, banana, vermú blanco Sofá y aceite de maní, es imperdible para los fans del Manhattan.

A poco de cumplir un año, Sofá entró en la lista de los 10 nuevos bares de Latinoamérica en los Spirited Awards de la prestigiosa Tales of the Cocktail Foundation.

Algo para destacar es que las mesas son atendidas por bartenders: “Creemos que de esta manera la experiencia de la barra llega a cada rincón del bar”, revela Sabrina.

El dato: ¿te gusta el Penicillin? Aquí lo hacen como los dioses: Johnnie Walker Black Label, miel, jugo de limón, jengibre, solución salina y perfume de malta ahumada, una bomba.

Dónde: Av. Dorrego 1301.

6. Le Club Bacán

Siempre celebramos a los bares de hotel que ofrecen propuestas interesantes. De hecho, hay varios exponentes en este listado. Son barras que nos atraen por su coctelería y atmósfera, más allá de situarse en un hotel de lujo. Es el caso de Le Club Bacán del hotel Casa Lucía, ubicado en el histórico Edificio Mihanovich, recientemente remodelado, sobre la hermosa y parisina calle Arroyo.

La entrada es imponente y combina exquisitamente la arquitectura original con elementos decorativos más actuales. La barra ocupa un lugar central, a un lado se sitúa el restaurante o cantina y del otro, el bar, donde prima el lujo descontracturado.

La carta de coctelería, diseñada por Martín Suaya, está inspirada en el tango, rock y folklore argentinos y abarca una diversidad de sabores para todos los gustos. Hay aperitivos suaves como Los Dinosaurios a base de vino Torrontés, sidra, lima y lavanda, y otros más intensos como Mi Buenos Aires Querido con ginebra, vermouth dry, Hesperidina y bitter Angostura. Por una Cabeza homenajea al icónico tango de Gardel y Le Pera con una mezcla de ron, Aperol, ananá, lima y falernum. Y el delicado 11 y 6 es a base de vodka Sernova, lima, maracuyá, jengibre, cenizas y flores.

El dato: hay música en vivo y dj sets, además organizan catas de destilados. Chequear line up y data en el Instagram.

Dónde: Arroyo 841.

Publicidad

7. Casa Cavia

Este palacete del año 1920 de gran valor patrimonial es una verdadera joya en la ciudad. Ubicado frente a la plaza Alemania, invita a detener el tiempo en su precioso patio donde la fuente central y su árbol son un disfrute para la vista, aún más con un cóctel en mano.

De la barra sale la coctelería de Flavia Arroyo –la talentosa reina del clarificado– y su equipo, formado por Pablo Zitarosa y Tomi Tripaglia. Su propuesta es minimalista y osada, de sabores originales, es algo que tenés que probar.

Para la nueva carta de temporada, salieron de las estructuras de cócteles clásicos para desentrañar lo que hay detrás de cada mezcla, haciendo énfasis en el clarificado, que es el sello de la coctelería de Casa Cavia. Esta técnica, busca eliminar impurezas y partículas en suspensión de un líquido, haciéndolo más claro y de textura más fina. En este caso, no todos quedaron traslúcidos porque para cada cóctel utilizaron diferentes tipos de clarificado, con la premisa de no perder sabor. Y los enumeraron según el orden sugerido para beber, –agradecidos los indecisos como yo, que más de una vez no sabemos por dónde empezar-. Además, están pensados para maridar con cada plato de la carta.

El 01 es un aperitivo diferente a base de mezcal Ojo de Tigre, tequila José Cuervo tradicional, pomelo, shrub de uva y eneldo, soda y sal de avellanas. Otro de estilo más floral es el 04 con Campari de flores, gin Bulldog, licor Muyu Jasmine, cachaça, manzana y yogurt griego. El 06 es una exquisitez con vermouth Antica Formula, jerez, kirsch, mandarina, calabaza y un garnish de dulce de leche semisólido (¡sí, una mini Vauquita casera!).

Para cerrar, el 08 es un after dinner distinto: whisky The Singleton 12, membrillo, haba tonka, palo santo, néctar de sauco y leche de amapola, delicioso.

La mayoría de los productos provienen de su huerta agroecológica, por lo que Julieta Caruso a cargo de la cocina y Flavia en la coctelería, trabajan en conjunto cada menú, aprovechando al máximo la estacionalidad y minimizando desperdicios.

El dato: los miércoles suman otra carta, que varía cada mes, donde homenajean a un cóctel clásico ofreciéndolo con diferentes etiquetas o en formato degustación.

Dónde: Cavia 2985.

8. Milión

El emblemático lugar que era de visita obligada en los 2000, está por cumplir 25 años y hoy es una buena opción, tanto de noche como de día. Los espacios de la hermosa casona se ven mejor aprovechados. Ya en la entrada hay una tienda/café/vinoteca divina. Siguiendo por el pasillo, varias mesas en la galería cubierta y al fondo, el patio que es un verdadero oasis. Por supuesto que escaleras arriba, el interior de la mansión sigue siendo el corazón.

Milión siempre fue un espacio de vanguardia, de ambiente diverso, incluso de los primeros en tener baños sin género. El arte era muy protagonista y lo sigue siendo hoy con obras que van rotando, noches de teatro que suceden en distintos espacios de la casa y música en vivo.

Cuando cae el sol, está ideal para beber un Milion Tonic con gin Spirito Blu, almíbar de eucalipto y cítricos, jugo de limón, tónica y rodajas de lima. También es muy rico el Unusual Negroni a base de gin Brighton, Aperol y vermouth bianco. Si te gusta el Pisco Sour, La Vie en Rose es una buena reversión con pisco Mistral, frambuesas, jugo de limón, almíbar, clara, perfume de mentol y rosas.

El dato: en la cuenta de Instagram se puede seguir la agenda de las múltiples actividades como catas de vinos, teatro, música en vivo, dj sets y demás.

Dónde: Paraná 1048.

Publicidad

9. Trade Sky Bar

Si buscás admirar el skyline de la ciudad en un ambiente con mucha onda, buena música y excelente coctelería, tu cita es en Trade Sky Bar ubicado en el punto más alto del edificio Comega y elegido como uno de los 22 mejores rooftops del mundo.

Tanto el interior, de fascinante arquitectura art déco, como la terraza ofrecen atardeceres soñados con increíbles vistas a Puerto Madero, el Palacio Libertad, el Luna Park, la avenida Corrientes y el obelisco.

La barra comandada por Nico Abalos ofrece cócteles originales como Three White Soldiers a base de whisky Chivas 12 infusionado en Wagyu argentino –sí, la famosa carne que, por medio de un proceso, le aporta un toque de sabor y untuosidad al cóctel–, bitter aromático y sal marina. Si preferís una opción menos alcohólica, hay un Spritz Frutié con Lillet Blanc, manzana verde clarificada, Chandon Extra Brut y merengue de polvo de manzana. También está el Tembusu a base de gin Singapur by Trade, piña y lechuga clarificada y sauco. De perfil dulce y refrescante, apto para todo paladar, es la Sangría a base de vodka Absolut, vino rosado, frambuesas clarificadas y jarabe de flores.

El dato: abre todos los días desde las 18hs., y te conviene reservar a través de la cuenta de Instagram, para asegurarte un lugar en el after.

Dónde: Av. Corrientes 222, piso 19.

10. Harrison

El speakeasy ubicado detrás del restaurante de sushi Nicky es uno de los bares más lindos de Buenos Aires. Inspirado en los años 20 de la Ley Seca en EEUU, su atmósfera te hace viajar en el tiempo. Desde los techos hasta el mobiliario, está casi íntegramente hecho con antigüedades y lleno de detalles para preservar la magia.

También te puede interesar: Las mejores terrazas para disfrutar de una cerveza Imperial con vistas únicas de Buenos Aires

La carta de autor, recientemente renovada por la Head Bartender Victoria Etchaide, es un viaje de sabores que homenajea a la coctelería clásica, utilizando ingredientes y técnicas actuales. Como el delicado Hint a base de whisky Jack Daniel’s, agraz casero (jugo de uva ácido), vino blanco macerado en frutas amarillas, cordial de lima, agar agar y un perfume de palo santo. Keeping Shining Mary, en honor a Mary Pickford, la icónica actriz del cine mudo, que también dio nombre a un cóctel clásico, tiene ron blanco infusionado en té de frutos rojos, almíbar de granada con una pizca de maracuyá, cherry brandy, Blumbeÿ (bebida alcohólica hecha con néctar de flores); viene con un bombón de key lime casero, todo exquisito. Un cóctel de carácter, más del perfil de un Manhattan, es Al Estilo Al Capone: base de gin Beefeater, jerez, vermouth seco, licor de guindas, bitter, macerado en hojas de menta y de tabaco para darle una notita picante, lima y limón.

Harrison es también, un buen lugar para beber cócteles clásicos ya que salen de la barra a la perfección.

El dato: viernes y sábados hay dj set y algunas noches, jazz en vivo.

Dónde: Malabia 1764.

Publicidad

11. Uptown

Uptown no es oculto por ser un speakeasy, sino por situarse literalmente bajo suelo. Es que simula estar en una estación de metro de Nueva York, construida de forma tan real y con tanto detalle que resulta increíble. Para ingresar, escaleras abajo, hay que pasar los molinetes y subirse al tren. Las puertas se abren y el ambiente es muy festivo. Si te gusta perderte bailando entre la gente, con buena música y rico cóctel en mano, este es tu lugar.

A pesar de ser un bar de gran volumen, el servicio es excelente y la propuesta de cócteles, de alto nivel. Como el sabroso Tomato Soup a base de Jameson whiskey, dulce de tomate y jugo de frutilla; Two Cosmo Please con vodka Absolut Elyx, cranberries, frutillas clarificadas, vino blanco y Hesperidina; N 25 a base de whisky Jack Daniel’s, maní, vainilla, old time bitter y chocolate Hedonist; diferentes perfiles para todo paladar.

El dato: abre todos los días desde las 20hs. Si no querés hacer fila, te recomiendo ir temprano.

Dónde: Arévalo 2030.

12. Secuaz

La dupla coctelera de Sofá, abrió Secuaz en el barrio de Devoto, el polo gastronómico que no para de crecer. Se trata de una propuesta para disfrutar durante todo el día, ya que abre de martes a domingo desde las 11hs.

El lugar es amplio, de arquitectura moderna y cuenta con diferentes espacios, incluyendo una hermosa terraza. El ambiente es bien relajado. La premisa: pasarla bien, comer y tomar rico, sin moverse del barrio.

En cuanto a los cócteles, brillan los de autor como Un French Antes de Perder, buena reversión del clásico French 75, con gin Gordon’s, cordial de jazmín verde y lactofermento de durazno. Es muy rica Una Sangría Mítica a base de Bacardí Carta Oro, vermouth rojo ESE, frutas rojas y jengibre. Hay un interesante Negroni Griego con gin Gordon´s, Gancia Hibiscus, vermouth Carpano Bianco, frutilla, mango y yogur griego. Los amantes del whisky, tienen que probar el Red Hat con Johnnie Walker Red Label, grappamiel, cítricos, bitter de café y espuma de frambuesa.

El dato: elegite una mesa en la terraza, es el espacio más bonito de Secuaz.

Dónde: Pedro Morán 3782.

Publicidad

13. Doppel

Esto es coctelería hardcore, pura y dura. “Lo único que hacemos es tragos con buenas bebidas, no todos los gins le quedan bien a todos los cócteles”, nos dijo Guillermo Blumenkamp, que para poder trabajar con esta libertad no está casado con ningún sponsor. 

“Cuando nadie servía aún aperitivos, nosotros lo hacíamos. No se usaba el vermú. No existía el spritz en Buenos Aires. El gin no se tomaba como ahora”, reflexionó. El cóctel está garantizado y eso es lo que te van a dar en Doppel: “Sos un peregrino que llega y te recibimos, del abrigo a todo lo demás. Cuando vengas vas a sentir que algo te rozó. La vas a pasar bien. La noche empieza y no se sabe dónde termina”. No tienen camareros, (son todos bartenders) ni playlist.Estamos en los 50 Best Discovery. No participamos del concurso porque no queremos tener esas obligaciones, estamos para otra cosa. Para darle de tomar al burgués y al obrero que todos tenemos dentro”.

El dato: hacen el mejor old fashioned del mundo. Eso escribió el crítico de coctelería del New York Times, R. Simonson, que tiene el trabajo de viajar probando cientos de sus versiones. Abre martes, miércoles y jueves hasta las 2 am. Viernes y sábado hasta las 4. 

Dónde: Juan de Garay 500.

14. El limón

Una cosecha de Lucas López Dávalos, que tras 20 años de experiencia se dio el gustazo (y nos da el gusto) de crear su propio bar, luego de haber diseñado el de Casa Cavia, entre otros. La carta de cócteles está concebida como un recorrido de sensaciones. ¿Un curry negroni?

Suena la canción Estallando, desde el océano de Sumo. Los discos de vinilo aportan su vibra y el sonido hi.fi la amplifica. Lámparas opalinas de colores y alfombras terminan la ambientación. Recientemente fueron seleccionados por 50 Best Discovery como uno de los bares más importantes de Argentina, una parada obligatoria en la noche porteña.

“No hacemos gastronomía, hacemos hospitalidad. Y eso no arranca cuando llegás, sino desde que elegimos el producto, las bebidas, cómo trabajar nuestros ingredientes y pensar en cada detalle para que pases uno de los mejores momentos de tu vida”, cuenta Lucas. Es momento de tomarse un Estás Verde: El Profeta gin, apio, piña, pepino y limón.

“Nuestra barra tiene la estación de trabajo en el mismo nivel, es la primera con este diseño en Argentina. El beneficio para el bartender es operativo, para el invitado es poder ver cómo trabajan en tu cóctel. Además, estás más cerca del piso, por lo cual todo es mucho más cómodo. La barra está a un metro, la banqueta en vez de estar a 72 centímetros, está a 67”, detalla Lucas.

El diferencial: no utilizan garnish, reemplazan las decoraciones por perfumes que desarrollan para potenciar la experiencia sensorial.

El dato: si estás para arrancar con toda la semana, abren los domingos y los lunes hasta la 1 am.

Dónde: Castillo 590.

Publicidad

15. Rey de copas

Cada rincón cuenta una historia a través de más de 100 obras de arte de diferentes culturas, tanto rioplatenses como sudamericanas y africanas, en una combinación de murales, tallas de madera, objetos de bronce, cobres repujados, collages. En el patio, antiguas mesas de trabajo de carpintería se disponen a modo de barras; en la terraza, estatuas zodiacales.

También te puede interesar: Dónde tomar cerveza en Buenos Aires

La carta de coctelería también invita a viajar por otros mundos. Inspirada en el horóscopo chino, tiene dos caras que seducen a los apasionados de la mixología y los simbolismos: Yin representa los tragos suaves y refrescantes; Yang los tragos fuertes, con alta graduación alcohólica y calóricos. Las 7 maravillas del mundo también alimentan su coctelería: El Coloso de Rodas nos transporta a Grecia, con gin macerado en lavanda, cardamomo, piel de lima y cordial de peras con menta y anís estrellado. Si estás en la onda de astrología y tarot, este es tu bar: alta coctelería de autor, en un espacio intrigante y algo esotérico.

Dónde: Gorriti 5176

16. Mixtape

Emergió en los confines del nuevo Barrio Chino, en el primer piso de Haiku, el mítico sushi de Quique Yafuso. Con la coctelería de Pablo Piñata -que viene de Mundo Bizarro y que tiene la gintonería en el Pasaje Echeverría- y la barra de omakase del maestro Shimada.

El último bar de Piñata es el primero de su tipo en Buenos Aires: un “listening bar”. Acustizado, montado con toda la técnica y musicalizado por Bobby Flores. “El listening bar es una propuesta gastronómica oriental, que se desprende del Kissa Bar, que eran las casas de té, donde no solo se tomaba té. Apela a otros sentidos: en Mixtape la atmósfera es muy importante, la música es fundamental, como los tragos y la comida”, nos contó Bobby.

Así como el itamae no sigue un menú y sirve el pescado del mercado, Bobby pone algo así como la música del día, lo que tiene que sonar en ese momento, para llevarte a lugares donde el algoritmo no llega. Para crear una experiencia memorable, que no solo es rica para la boca, también es enriquecedora para el oído. La atención es esmerada: el propio Piñata, con su bigote característico, te cuenta y te guía para que tengas una gran noche, en compañía de los snacks que Martín Lukesch diseñó para la barra de coctelería.

El dato: empezá por un Apple martini. Vodka, cordial de manzanas Granny Smith y sauco. Luego, un viejo conocido, para combinar con la onda retro del lugar. ¿Un daiquiri o un Gimlet?

Dónde: Roosevelt 1806.

Publicidad

17. Nobel

Es un homenaje a Luis Federico Leloir, el médico bioquímico y farmacéutico Premio Nobel argentino: lo que hacen, en su nombre, es coctelería reactiva. “Invitamos a reflexionar sobre las reacciones, las que se dan en un proceso químico, pero también sobre las demás”, anuncia Sebastián García, su creador. La coctelería nos genera una reacción inmediata en los sentidos. El cantinero, como lo llamamos a Seba -que es una de las 100 personas más influyentes del mundo en el mundo coctelería-, es el director creativo de este bar, al que llega después de liderar las barras de Frank’s y Nicky Harrison entre otras. Por supuesto que Nobel tiene su laboratorio, un espacio privado con rooftop exclusivo, para los amigos. La premisa siempre es deslumbrar a quien se aventure a subir al tercer piso del Complejo Leloir.

Abrió puertas en Zona Oeste, por ser la tierra natal de su fundador. Para estar a tono, pedite un Castelar tropical: tiene vodka Sernova, maracuyá y pomelada “Estamos felices de crear un proyecto lleno de energía, con ganas de hacer historia en el Oeste de Gran Buenos Aires”.

El dato: Seba es un enamorado del Negroni, si vos también, andá por el de la casa: Gin Bulldog, Campari con pomelo & berries, Carpano Dry con Eneldo y piel de pomelo rosado.

 Dónde: Av. Martín Fierro 3290Ituzaingó.

18. Al fondo

Pasá al fondo, sin reserva. Después de que los hayas encontrado, en el back de Piedra Pasillo, un restaurante que la está rompiendo en Núñez. Una escalera en su patio conecta con el galpón que ahora es un bar, Al Fondo, fundado por Tomás Couriel.

“Me gusta lo que se crea en los bares, me gusta crear conceptos que la gente busque como punto de encuentro. Ese fue mi principal encanto con la gastronomía, entender que mediante un plato de comida, una copa de vino o un cocktail, pasan muchas cosas, buenas y malas. Sentimientos, momentos, todo”, nos dijo Tomás.

En Al Fondo, el combustible que abona estas situaciones es una coctelería muy bien hecha, con mejor producto posible. “Tenemos una búsqueda hermosa, súper transparente, de la mano de nuestro head Bartender, Santiago Migliano, que tiene muchas ganas de innovar, sin perder la simpleza y el cuidado del producto”, expresó.

La carta es muy flashera: Green bamboo (pisco, cilantro, pepino, tónica), María desnuda (tequila, tomate, especias, CO2), Trigo en el trigal (absolut, trigo y cúrcuma), Flor de tuna (gin Entre perro y lobo, licor de tuna, miel, verjus).

“Creo que en Al Fondo encontramos una manera hermosa de cerrar una experiencia completa de Piedra Pasillo. Al ser una especie de speakeasy, fue un lindo desafío. Núñez es un barrio tranquilo que está creciendo mucho, nosotros aportamos un poco de movimiento en la noche. Buscamos poder darle al comensal lo que quiera, acompañándolo y asesorándolo con expertos”, resumió. Piedra libre para los que quieran jugar a la escondida, en este escondite.

Dónde: Campos Salles 2145.

Publicidad

19. Boticario

Ya estamos de turno, hasta curar todo mal: eso anuncia la botica de Palermo, que expende tratamientos a base de buenas hierbas y buenos sabores.

No hay límites para la genialidad y la alegoría. Su última carta se inspiró en los siete pecados capitales, para sanarlos con mucha técnica, insumos y estética.

A cada falta humana, reiterada o habitual que va oscureciendo la conciencia y distorsionando actos, le corresponde un cóctel reparador. Así, hay uno para la soberbia. Otra receta para la lujuria: con generadores de dopamina que dan espacio a nuestros deseos más profundos. De perfil dulce y cítrico, la fórmula está hecha con vodka, vino, frutilla, chocolate y frutos secos. Para la gula, ese apetito insaciable, se le otorga un cóctel de perfil dulce, especiado y untuoso, a base de ron, maracuyá, naranja, galleta de vainilla.

Dónde: Honduras 5207.

20. Oh’no! Lulu

Decime que estás en el paraíso sin decirme que estás en el paraíso. ¡Hacelo con un cóctel tiki!

También te puede interesar: Los mejores happy hour de Buenos Aires

La cultura del disfrute playero regresó de la mano de este bar, puntero en Villa Crespo, que abrió en 2019 para traer aires hawaianos a la ciudad. Una coctelería especiada (con el ron caribeño como espirituosa principal) en presentaciones divertidas. Este es el DNI de un trago tiki, que en su versión aggiornada también puede incluir elementos que van más allá de palmeras y bambú, como whisky y un servido más austero.

Con su  Oh’no! Lulu, Ludovico De Biaggi marcó el resurgir del bar tiki en Buenos Aires, recuperando su sofisticación y ensoñamiento. “En Estados Unidos, el movimiento tiki arranca en California, después de la Segunda Guerra Mundial, con los marines que traen conceptos de la Polinesia y Hawái, lugares lejanos, muy exóticos en esa época. Cuando nacieron, los bares tikis no eran relajados, eran restaurantes con puestas hollywoodenses, donde la gente iba a buscar una experiencia única. Estaban habituados a formas de consumo más europeas, el Sudeste Asiático llamaba la atención”, nos explicó el bartender.

El dato: recomendamos tomar Mai Tai o el papá de la familia de cócteles tiki: Bacardi carta blanca, cointreau, orgeat y lima. Amamos el Daiquiri Brulée, con Bacardi carta blanca, lima y mango quemado.

Dónde: Aráoz 1019.

Publicidad

21. Florería Atlántico

Ya hay una biblia escrita sobre el bar de Retiro de Tato Giovannoni, un universo en un subsuelo que supo crear el gran referente de la coctelería argentina, que ya tiene su propio festival para compartir sus aprendizajes con los colegas.

Pasás al otro lado del espejo a través de una puerta oculta en una florería de la elegante calle Arroyo. Allí abajo hay otro mundo o muchos mundos, porque el gastrobar también propone viajar de a sorbos. Esta vez, el destino es la cultura pre-colombina. Una regresión a los pueblos originarios, un homenaje a las comunidades indígenas y rurales de Argentina, tras un trabajo enciclopédico realizado por Tato y el historiador Felipe Pigna. El enfoque de la barra es sostenible: su equipo trabaja codo a codo con los agricultores para cultivar ingredientes autóctonos. La carta es muy original: Huarpes trae pisco Calavera, agua de río mendocina, quinoa, zapallo, raíz de totora, huesos de pato y de pescado de río, maíz amarillo. Temáukel se hace con whisky, cordial de calafate, agua helada de hongos, vinagre de frutos rojos y perfume de maqui. Florería tiene con qué y participa en el ranking de los mejores del mundo desde 2016, donde logró escalar hasta el puesto 18 (para quedarse en el 30 en 2023).

El dato: si reparás en que la barra tiene forma de barco, te vas a dar cuenta de que, en realidad, estás en el fondo del mar.

Dónde: Arroyo 872.

22. Sede

Un club de whisky que fue pionero en Chacarita y en comunicar que las bebidas no tienen género. Tampoco edad (siempre que seas mayor de 18 años, por supuesto) ni casta. Y con esta premisa, le cambiaron la etiqueta al whisky en Buenos Aires, donde se lo consideraba para varones, mayores, de élite. De esta manera, una nueva generación amante de esta bebida encontró su sede, o su central de whisky. Donde no solo es posible ir a tomar cócteles con el destilado, o una medida on the rocks, también te podés hacer habitué: guardás tu botella en tu locker y la vas disfrutando en tus visitas. Por eso acá la clave es que vuelvas, que te unas a la movida del bar especializado en whisky.

Qué pedir: en código refrescante, Jameson + Cynar cordial de lima y soda. O el Ginger whisky, con Grants, ginger ale y soda. Un poco más jugado es el maní old fashioned, con Jim Bean White, Jameson, maní y Angostura.

El dato: abre de lunes a sábados desde las 20.

Dónde: Guevara 421.

Publicidad

23. Presidente Bar

Hablemos de todas las chapas que puede desplegar Presidente. La de su fachada, en un petit hotel que es patrimonio arquitectónico nacional y que, dicen, fue parte de la casa paterna del escritor Adolfo Bioy Casares. La de ser uno de los sitios más exclusivos de Buenos Aires, sobre una de las calles más distinguidas de la ciudad. Y la de que desde hace tres años se mantiene entre los 50 mejores bares del mundo: en 2021 obtuvo el puesto 21 y fue el bar que más posiciones escaló dentro del certamen británico.

En su barra esplendorosa, o en el sillón de la biblioteca, nos volvemos a encontrar con Sebastián García. El cantinero es el artífice detrás (y delante) de este éxito de Recoleta. Una carta coctelera muy high end que se engalana aún más con una decoración belle époque. Lámparas de cristal, mobiliario suntuoso, guiños intelectuales y salón privado tras una puerta secreta. Las presentaciones de los cócteles son fuera de serie: Buenos Aires Zombie viene en un obelisco, con blend de Rones Bacardí, frutas tropicales, cítricos, absenta, Amargo Obrero y Hesperidina. Si vas al nuevo Presidente Bar San Isidro, hay que pedirse un Derby, que a tono con el Hipódromo viene en un mug con forma de caballo, con vodka Sernova, DV Catena Malbec y cordial de pepino.

El dato: tras la apertura en Zona Norte, se aproxima un desembarco internacional: Miami. Llegan a Wynwood, el barrio artístico que se ha convertido en la vanguardia de Florida.

Dónde: Av. Presidente Manuel Quintana 188; Av. Marquez y Av. Fleming, San Isidro.

24. Verne

Quienes prefieran el minimalismo, van a ser felices en Verne Cocktail Club. Aquí el concepto es despojarse de todo lo que no contribuya a resaltar la esencia de la bebida. Pureza, precisión y reducción consciente son los valores que guían esta coctelería. Así, los tragos no tienen más de tres ingredientes, para que se distingan bien los sabores y no se pisen.

La carta otoñal se enciende con Banahattan: bourbon de avellanas, banana clarificada con ponzu y aceite de cacao. Pear Uh Mami es aguardiente de peras Williams patagónicas, coco clarificado y helado de fruta.

Su minimalismo líquido se conjuga con una carta fantasiosa que emula los libros de Julio Verne. Como en este bar todo es una metáfora, Opium fashioned (bourbon, almíbar de té negro, Angostura y humo de eucalipto y canela) cita a los fumadores de opio de Hong Kong. Un viaje "extraordinario" hacia los orígenes de la coctelería de la mano de la literatura. Es la creación de un profesor de letras, Germán Lacanna, y de un barman con predilección por los cocktails de principio de siglo, Federico Cuco. Y el management de Florencia Ocampo.

El resultado es un espacio digno de la ciencia ficción, donde la imaginación retrofuturista del novelista está detrás de todo, hasta de los sillones de cuero chester que evocan al bar inglés en el que empieza “La vuelta al mundo en 80 días”. "Sin llegar a ser Disneylandia, la pared de chapa oxidada con ojo de buey y el interior curvado simulan el Nautilus", nos dijo Germán.

El diferencial: ya no hay azúcares agregados en ninguno de los cocktails. “Nos cansamos de los almíbares, que es un recurso súper fácil, el desafío es balancear sin utilizarlos. Es algo para destacar de nuestra nueva carta, algo de lo cual estamos muy orgullosos”, nos contó.

El dato: si querés sentirte en una película, solicitá El beso del hada verde, que es un servicio tradicional de absenta. Tienen variedad de botellas francesas que despachan a la antigua.

Dónde: Medrano 1475.

Publicidad

25. Brukbar

Bar de bartenders. Así se definen y así se diferencian. Un concepto que nació en Noruega -donde estuvo el flagship bar original- y que exportaron a Palermo de la mano y de las cocteleras de dos bartenders argentinos: Adriano Marcellino y Juan Pablo Reales.

También te puede interesar: 11 cócteles que tenés que probar en Buenos Aires

Alta coctelería en un ambiente distendido, con tragos de autor que se presentan en unos vasos muy locos. Oscar viene directamente con la estatuilla, gin Gordon’s, maracuyá y espumante dulce. Médico brujo en una calavera con mezcla de rones, Cynar, Cinzano rosso y jugo de ananá. Barrilito sale en un mini tonel con Johnnie Walker Red Label, Sky apricot, jugo de naranja y limón. “Somos un bar de bartenders porque los gastronómicos nos eligen. También porque los que lo hacemos somos bartenders, y eso se nota en el servicio que tenés en la mesa, es como si tuvieras al barman ahí mismo, atendiéndote”, nos dijo Adriano. La coctelería es el corazón, y el espíritu es el de un pub: “Es un lugar cálido y amistoso, muchos son clientes recurrentes que se conocen, es un lugar para hacer amigos, además de venir con los tuyos”, agregó.

El dato: abren todos los días hasta las 4.30 am.

Dónde: Fray Justo Sta. María de Oro 1801.

26. Pony Line

Dentro del topísimo Four Seasons Hotel, este bar propone coctelería de excepción. Cócteles originales, desde la presentación y el contenido, con desarrollo de ingredientes caseros. Los insumos homemade marcan las copas y los nombres con un guiño a la cultura local redondean la propuesta con personalidad autóctona. Hay palito, bombón helado: tequila + rosa mosqueta + helado + pomelo. Lo mío es Cuyo: gin + uvas + jazmín. Criollita: vodka + pepinos + pimientos + sal. Nos vamos con un Negroni vigilante, sí, con membrillo y queso. Para amar nuestro folklore y disfrutar de un Buenos Aires premium, en un ambiente internacional.

El dato: hay happy hour con DJ set en vivo. Abren de lunes a viernes abre desde las 11 am, sábados y domingos desde las 17.

Dónde: Posadas 1086.

Publicidad

27. 878

Adelantados en todo. En colonizar el barrio de Villa Crespo, en ser un bar escondido (que hoy conocen todos) y en descartar el snobismo de la coctelería. El Bar 878 celebra su cumpleaños número 20, y todo sigue intacto: las ganas de hacer buenos tragos y el público que los elige. Techos altos, una puerta de madera, ladrillo a la vista, sillones y todo dispuesto para estar en casa, pero socializando con otros clientes y con los bartenders, que si no están a tope te van a transmitir sus secretos de las bebidas.

Rescatan tradiciones de los inmigrantes italianos y españoles, por ello muchas de sus recetas llevan Cynar, Pineral, Hesperidina y fernet. La carta tiene identidad nacional, tragos con historia y nombres que hablan de nosotros, como Fileteado porteño, Cortado Martini, Little San Telmo, y ¡hasta Anti-inflación!: vodka con eucalipto, vermú blanco, cordial de maracuyá-lima, soda y el compromiso de no subir el precio durante una temporada. La escultura metálica Floralis Genérica está en Av. Figueroa Alcorta y también en las mesas de 878: trae gin Margen Sur 878, cordial de jazmín, rosas, hibiscus, Santa Rita y perfume de Jacarandá. ¡Bellísimo!

Dónde: Thames 878.

28. Gran Bar Danzón

Con una magia no perecedera, el Gran Bar Danzón ofrece una sofisticada experiencia de bebidas desde hace 27 años. Una propuesta inspirada en la vida nocturna de Nueva York, que desde su apertura convoca foodies exigentes, un público que quiere que todo salga bien. La dupla detrás de la angosta escalera -que se camufla en la vorágine del Barrio Norte porteño para trasladarte a un primer piso que es un micromundo- está compuesta por Patricia Scheuer y Luis Morandi. Él venía de Soul Café en Las Cañitas y además de la cantina funk tenía la idea de hacer algo gastronómico. Patricia se sumó al proyecto, y recuperaron un boliche ochentoso por el centro y abrieron uno que parece tener vida eterna. Una esmerada selección de vinos argentinos y una carta de cócteles de corte clásico, con otros de toques diferentes, como el Margarita de piña con miel de agave o el Vermucito Julep.

Dónde: Libertad 1161.

Publicidad

29. Crystal Bar

Mirar cómo la ciudad prende sus luces, hasta que la postal de Puerto Madero al anochecer se completa, con un skyline que se ve aún más imponente desde el piso 32. Si a eso le agregas cócteles de alta gama, tenés el atardecer perfecto en Buenos Aires, que también podés acompañar con la barra de sushi. Todo sucede dentro del Alvear Icon Hotel. Si sos del team burbujas, hay champagne por copa o botellas de buenas etiquetas, desde un Moët Chandon Rosé hasta un Dom Perignon o un Krug.

El dato: de martes a sábado desde las 18 hs. y es ideal para quienes quieran extender el after office: está abierto hasta la 1:30 am.

Dónde: Aimé Painé 1130.

30. Punto Mona

Mona Gallosi hizo un gran recorrido desde su Río Negro natal -que dejó con 25 años- hasta convertirse en una de las bartenders referentes de la coctelería argentina y abrir su nuevo bar en Chacarita. Además de ser el primer sound lounge bar de Buenos Aires, se volvió un codiciado punto de encuentro para beber bien y relajarse en la noche porteña.

También te puede interesar: Bares en hoteles de Buenos Aires que no te podés perder

La carta de cocktails cuenta con creaciones propias y clásicos de siempre que se gestan en una barra de 8 metros. El bar más grande del Circuito Audiovisual está ubicado en un galpón totalmente renovado que tiene muy buena vibra: “Mi lema es lograr que la coctelería sea accesible para todos, para que puedan acercarse a este lenguaje de sabores, texturas y aromas. Así fue que comencé mi participación permanente en diferentes espacios de la televisión y la radio”, nos contó Mona.

El dato: si sos amante de los vinilos, vas a pasarla muy bien con su line-up de DJs.

Dónde: Fraga 93.

Publicidad

31. Anasagasti

Como se encuentra en un pasaje, es una burbuja que te protege del ritmo palermitano. A una cuadra de Santa Fe y Güemes, pero con una energía muy diferente. La casona, que con su arquitectura y sus vitraux es una joya, ha sido restaurada y expresa lo mejor de sí misma: un espacio acogedor, de aires europeos, que nos trasladan a otra época y otro lugar. En el regreso actualizado de Anasagasti, la coctelería sigue teniendo gran protagonismo y se adueña del primer piso de la propiedad de 1927, con nombres que hablan de los sitios icónicos de Buenos Aires: Mercado de Abasto (pisco con infusión de naranjas y peras, jugo de mango y ananá), El Rosedal (gin y cordial de frambuesas y lavanda). La carta de craft cocktails despliega toda su expertise. La barra de cobre y la chimenea rodeada de mesas con sillones de cuero negro completan el mejor panorama para tu noche porteña.

El dato: abre de martes a domingo, desde las 19 hs. 

Dónde: Anasagasti 2067.

32. Nápoles

Lo que comenzó con la humilde idea de armar una pequeña barra para juntarse con amigos, en un espacio tipo taller mecánico donde el coleccionista Gabriel del Campo pudiera tener sus autos antiguos, es hoy uno de los bares tendencia en una zona que también hace furor: la avenida Caseros, a solo metros del Parque Lezama. Un bar-anticuario de 2.000 metros cuadrados montado en las antiguas cocheras de carruajes de una familia aristocrática, en un espacio recuperado que a la vez se llenó de recuerdos. Para tomarse un clásico, rodeado de clásicos.

El dato: también va en clave diurna, abre todos los días de 8.30 am a 1 am.

Dónde: Avenida Caseros 449.

Publicidad

33. Oak

Un lugar para reuniones íntimas o para tomar una copa con amigos, en un living elegante, revestido en roble francés, con paneles tallados que datan del año 1600 y que provienen de un castillo en Normandía. Ahora se conservan en otro palacio, en el bar del hotel de lujo que es Park Hyatt Buenos Aires.

Como su ADN legendario, la carta de Oak Bar es un homenaje al pasado, y una celebración del presente con cócteles clásicos y de autor, a cargo de la dupla compuesta por Santiago Elkin y Sarco Contreras. Oak Bar es, además, un cigar bar donde los huéspedes y clientes pueden disfrutar de sus puros y habanos.

El dato: la selección de whiskies es increíble.

Dónde: Avenida Alvear 1661.

34. Felicia

Aquí nos volvemos a encontrar con Mona Gallosi, que diseñó la propuesta de coctelería de este nuevo atractivo de Recoleta. Dentro del Sofitel, el bar propone tragos con mucha personalidad, y que al mismo tiempo son easygoing, como el espacio. Empezamos con Franca con Johnnie Walker Black Label, vermú seco, frambuesa, lima, ginger ale. Como nos gusta lo picante, de los signature, vamos por Dichosa (que lleva merken) y nos despedimos con un clásico que nos da mucha “Felicia” encontrarlo: nuestro amado Bloody Mary. ¡Solo para paladares entendidos y para manos expertas! Tenés la garantía de que en un hotel internacional lo van a hacer muy bien.

El dato: abre todos los días desde las 18 hs.

Dónde: Posadas 1232.

Publicidad

35. Sesh Bar

Algo está pasando, y es detrás de una heladera. Esa es la clave para pasar al nuevo hidden cocktail bar de Palermo. Sech bar se esconde dentro de una cervecería, que tras seis años de romperla toda con su birra artesanal, ahora creció hacia la coctelería, con el mismo ímpetu y detallismo con la que cocinan las cervezas.

Llamaron a Diego Zelaya para diseñar la carta, una explosión de sabores y texturas. La especialidad de la casa es el Gibson echalote (Gin Heraclito 40 botánicos, echalotes encurtidos, perfume de vermú seco). También podés ir por un Bomba de Gimlet (Gin Bombay, cordial de granada, jugo de lima), por alguna de las muchas opciones de vermú nacional, o por las cervezas que los consagraron. Una promesa en la que creemos.

Dónde: Honduras 5916.

36. Chabrés

De lo más nuevo nos vamos a una leyenda: Oscar Chabrés, el mítico barman del hotel Claridge, que representa a buena parte de la historia de la coctelería argentina y de toda una generación de profesionales de las barras.

Fue caddie, cartero, camarero, y hoy tiene su propio bar de coctelería clásica internacional, más algunas copas firmadas y dedicadas a los miembros de su familia. El cóctel de la casa es Crimax: ¡tardó cuatro meses en crearlo! Lleva ron añejo, cointreau, angostura, vermú bianco.

El propio Chabrés es quien te recibe detrás de la barra de este pequeño local de estilo inglés, vecino a la Plaza San Martín. Entonces hay que encomendarse a su voluntad, sin siquiera molestarte en abrir la carta (por fin algo más genuino que escanear los molestos QR) y permitir que sea él mismo quien te pregunte y te recomiende qué tomar. Un espacio que de tan auténtico es inverosímil.

Dónde: Marcelo Torcuato de Alvear 554.

Publicidad

37. La Uat Bar

Detrás de una rotisería, se esconde este point de la noche porteña. Para salir a tomar algo en código boliche, como su nombre lo dice: acá se re arma. Acaban de cumplir tres años y se picó, tiraron la casa por la ventana, como cada vez que hay artistas invitados.

Si estás para romper el piso, pedite un Lemon champeta: Vodka Sernova, cedrón, palo santo, helado de limón, Chandon extra brut y una brochette de gomitas. Ya que estás en una disco,  podés ir por un Sex on the beach o Esperma de pitufo reversionado.

Después no digas que no te avisamos: del otro lado de la cortina está una de las barras más cool de Buenos Aires.

El dato: podés reservar una mesa en la terraza.

Dónde: Thames 1627.

Recomendado
    También te gustará
    También te gustará
    Publicidad