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ApuNena: 7 platos imperdibles que tenés que probar

Las mejores tapas de Buenos Aires son asiáticas y están en Chacarita. Te contamos cuáles pedir.

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Christina Sunae y Flor Ravioli son las amigas y socias detrás de ApuNena, este proyecto que cumple 5 años a pura vibra, sabores y colores, en cada uno de sus platitos. ¡Hasta en los uniformes se ve toda esa onda! La inspiración viene de España, de cuando las dos estuvieron allá viendo cómo comían el tapeo, los locales. Se dieron cuenta de que en Asia también los comían así, por lo que decidieron ir por ese concepto y traerlo acá. 

El isologo de ApuNena es una mujer sin edad, usando un mortero, amante de la cocina, muy activa. Puede ser cualquiera de nosotras, alguna de ellas dos, o sus abuelas: las dos tuvieron una que cocinaba muy rico. Por cierto, el disparador de este restaurante es un viaje que hicieron juntas a Filipinas, en donde se crió Christina y en donde aprendió a cocinar con sus tías y su abuela. 

Esencia asiática con productos locales en una cocina consciente, es la fórmula por la que se jugaron para integrar sus saberes, influencias y búsquedas. Las acompaña una brigada de jóvenes de distintas partes del mundo, como la propia Christina, que es estadounidense y tiene sangre coreana; o como Flor, que es cocinera y nutricionista, con fascinación por los mercados y la cultura culinaria callejera de Oriente y con experiencia de trabajo en el prestigioso El Bulli. 

Barra, salón, terraza, vos elegís dónde sentarte y qué probar de la tremenda variedad de sabores que proponen en cada tapa. Acá vamos a darte una ayudita: estos son los 7 hits de ApuNena.

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1. Inihaw Na Pusit

Es un calamar entero a la parrilla relleno de tomate y verdeo con salsa de banana-ketchup y hierbas frescas. “Un plato típico de Filipinas; allí lo grillan y lo sirven normalmente con una salsa agridulce. En ApuNena, hago una de ketchup y banana, que si bien es un condimento típico de Filipinas para los grillados, no se come necesariamente con el calamar. Pero elegimos hacer esa combinación: un plato típico de la comida callejera con un aderezo que se usa en cualquier casa allá”, describe Christina. Y aclara que lo hacen todo casero, con bananas muy maduras que fermentan y casi explotan de lo dulce que están.

El dato:  “En Filipinas, cuando no teníamos tomates, hacíamos el ketchup con plátanos, que nacieron en el Sudeste, allí hay abundancia de bananas”, narra Christina. 

2. Bola Bola

Se trata de un pan al vapor, relleno de cerdo picado, langostinos y shiitakes con salsa de szechuan. “Un platazo que yo comía a la tarde, cuando era chica. En Filipinas es una merienda típica. Ahora en Buenos Aires se pusieron de moda los bao, pero en Filipinas se llaman pao, y con este relleno, se les dice Bola Bola”, nos explica Sunae, y aclara que hay de muchos otros sabores.

El dato: si vas en plan vegano, tu pan es el Coli pao. Tan delicioso como sofisticado, relleno de curry de coliflor, massaman y fideos de porotos, acompañado con salsa a base de tofu con hierbas. 

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3. Pollo pao

Sí, seguimos con otro pancito porque en ApuNena, son un hit. El pollo pao consiste en un pan al vapor con pollo frito, mayonesa de kimchi y umeboshi, una ciruela japonesa que se come en encurtido y es salada. “Como son al vapor son muy livianos, como una nube de pan. La receta de ese pancito la hago desde que soy muy chica, en casa de mi mamá. En este caso, lo usamos abierto. El pollo está marinado con lemongrass y jengibre”.

El dato: Kimchi es un fermentado coreano hecho generalmente de col o de pepino. “Nosotras agregamos kimchi de nabo, porque más allá de que acá está re de moda, yo también soy coreana. El kimchi siempre estaba en mi casa”, revive Sunae.

4. Satti

Es un clásico, que está en la carta de ApuNena desde el día uno. Consiste en un pincho de pollo con curry de maní, que le da “un picor”, tal como aclara Flor Ravioli. Por su lado, Christina nos cuenta: “El Satti es pollo marinado grillado y servido con arroz y una salsa de maní y achiote, con todos los ingredientes que tiene un curry en Tailandia. Pero, en realidad, esa salsa viene de un pueblo que se llama Zamboanga, que queda en la isla Mindanao. Es el sur de Filipinas, que tiene mucha influencia de Indonesia y de Malasia”.

El dato: el tono tan llamativo del Satti se debe al color de sus ingredientes, cúrcuma y jengibre principalmente.

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5. Curry verde

“Con pesca a la plancha, leche de coco y curry de jalapeños verdes, pica de verdad, es una bomba”, nos advierte Flor. Christina nos cuenta que es un plato con influencia tailandesa, una cocina de la que ella tiene amplio conocimiento por trabajar en un restaurante tailandés en Nueva York: “Uno de los platos tailandeses que más me gusta es el curry verde. Por cierto, acá me conocen como ´la chica del curry´. Fui jurado en el reality gastronómico ´MasterChef´, para el desafío del curry”.

El dato: en ApuNena el curry verde va con verduras de estación y pesca fresca de Mar del Plata, como chernia o anchoa de banco.

6. Empanada de Ilocos

“¡Sí, en Filipinas hay empanadas!”, nos asegura Christina y explica: “Fue una colonia española por 330 años, entonces hay muchas palabras españolas que usan, aunque seguramente la empanada existía desde antes de la conquista. Casi todos los países tienen una comida así, una masa con un relleno”. La versión filipina se llama empanada de Ilocos, en honor a una provincia al norte de Filipinas que es muy conocida por su empanada de masa de arroz y achiote, por eso es tan naranja. “Nosotros en ApuNena hacemos un aceite de achiote y lo agregamos a la masa”, detalla.

El dato: Flor y Christina sirven una reversión de la empanada de Filipinas. Allá la rellenan con papaya verde, hongos y chorizo, pero en Buenos Aires, las chicas lo hacen con un curry rojo de calamar. Eso sí, las sirven con un vinagre casero especiado, tal como lo hacen los asiáticos.

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7. Helado de boniato

Con crocante de maní y salsa miso. “Tiene club de fans. La gente se sienta y pide que le reserves una porción por si se acaba, te lo juro”, nos dice Flor. “En Filipinas hay una batata violeta, que se llama ube, de la que se hacen todos los dulces. De hecho, mi helado favorito es el de ube. Claro que como en Argentina no lo tenemos, decidimos ir con el boniato y queda increíble”, asegura Christina, y nos cuenta que usan leche de coco y realizan un almíbar de miso, para hacerlo un poco más japonés. Le suman, además, un crocante de maní.

El dato: ¿probaste alguna vez helado de un tubérculo? Aunque éste no sea color violeta como el filipino, es tu oportunidad para degustar la versión criolla de este clásico oriental.

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