Aperturas gastro: 8 nuevos restaurantes para agendar

Es tremendo este lugar que acaba de abrir en pleno corazón de Devoto. Emplazado dentro de un viejo convento de monjas con 120 años de historia al que cuidaron con cada detalle, desde la arquitectura y la decoración. Ávito respira elegancia y convive orgánicamente la historia con la modernidad.

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Desde lo gastronómico, es el primer proyecto que abre en Buenos Aires el reconocido chef cordobés Julio Figueroa. En los primeros pasos de su carta se nota la búsqueda de llevar la cocina de alta calidad a un nivel más relajado, hacerla “bajar” un poco para abrir públicos. El ambicioso plan incluye trasladar esa propuesta desde el desayuno hasta la cena. Hay opciones veganas y sin gluten y coctelería de autor. Recomendamos pedir el omelette “Tamago Revuelto” en el desayuno y/o el “ojo de bife café parís” a la noche.

El dato: el café es de Shiok, un tostadero cordobés, mismo dueño del glorioso restaurante El Papagayo.

Dónde: Pareja 3670, , Devoto.

Devoto posiblemente sea el barrio que más esté creciendo en materia gastronómica y Raix, será una de las aperturas del año, sin dudas. La mano de Julián Díaz, otra vez honrando a la historia, como hizo con Los Galgos y con Roma del Abasto, ahora rescata una vieja panadería del barrio. Funciona en formato cooperativa respetando la esencia original, dejando su cuadra intacta, con los hornos de leña originales, las sobadoras y las palas.

La carta, por el momento, está organizada en “bocados” servidos como raciones, Se puede elegir un bocado o degustaciones. Detrás de esta idea está el talento del chef Hernán Sondereguer. El viaje que propone es a la alta cocina con toques porteños y latinos.

El dato: dos imperdibles son la codorniz y el cabrito y el pan, que sigue la herencia de la vieja panadería que funcionaba en el lugar.

Dónde: Asunción 4405, Devoto.

Quienes amaron ver “Midnight Diner: Tokio Stories” van a ir a Yakinilo y se van a teletransportar a Japón. El nuevo proyecto de José Delgado, dueño de Cang Tin, busca generar esa atmósfera. Una barra, sólo 12 asientos y música reproducida en vinilos. Imposible pedir más.

Recomendamos arrancar con los yakitoris de pollo (esos pinchos sutiles con aroma a parrilla) o el pollo frito que sale bien crocante y jugoso, acompañado de mayonesa japonesa y mostaza picante. No puede faltar la opción Omakase para degustar lo mejor del día, preparado en el momento con pesca muy fresca. Al cerrar la noche vas a salir renovado. Para los mediodías, el menú es fijo y suelen ofrecer un kaisen donburi (bowl de arroz con pescado fresco y sopa de miso) y un plato que va cambiando cada día.

El dato: atención a la colección especial de sakes que Delgado trajo personalmente de Japón.

Dónde: Av. Dorrego 1551, Palermo, CABA.

De todas las aperturas, en este caso tal vez llegamos un poco tarde en avisarte. Ya es un furor y es complicado conseguir mesa. Pero vale realmente la espera, confiá en nosotros. El nuevo proyecto de Máximo Togni lo encuentra al creador de Togni Pizza, Togni Café y Doggs, en su mejor momento.

Evelia es todo lo que está bien. No es un restaurante italiano, es un porteño con platos de la inmigración italiana, que no es lo mismo. Apela a los clásicos, los reversiona y los mejora. Como hicieron las abuelas al llegar a esta tierra. Los Tortellini in Brodo son una caricia al alma. La panera merecería una nota completa y si no tenés ganas de pasta, la milanesa es digna de una alfombra roja.

El dato: el plato a pedir son los agnolotti de carne, crema de queso parmesano y jugo de cocción 24 hs.

Dónde: Campos Salles 1712, Nuñez, CABA.

Claramente, no es un café de especialidad, es mucho más que eso. Ante la saturación inminente de cafecitos en la Ciudad, Pampa Café viene a traer aires nuevos. Detrás de esta idea están los experimentados Lucas Canga y Tomás Couriel, socios en Piedra Pasillo, reconocido por la Guía Michelín.

Ubicado en una estratégica esquina, el espacio invita a relajarse, disfrutar mucho el momento rodeado de verde frente a los bosques de Palermo. La carta va por el lado de las raciones y va cambiando según los productos de estación, cada plato tiene un nivel de dedicación admirable. Para darse una idea, hay french toast, pesca del día, milanesa, cocciones al kamado. Pero cualquier cosa que pruebes te va a sorprender.

El dato: prestá atención al confort de las sillas, vas a notar la diferencia con cualquier café de especialidad, que te ponen esos banquitos incómodos.

Dónde: La Pampa 1117, Belgrano, CABA.

El viaje ahora es hacia Mataderos, otro barrio que viene creciendo en propuestas innovadoras. Esta vez en formato parrilla, en un barrio que de carne sabe, y mucho. Victoria Milone es quien comanda este proyecto y para lograr la identidad barrial se dejó asesorar por los carniceros de la zona.

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En las entradas de Parrilla La Vuelta, destacan las empanadas fritas y los buñuelos de espinaca. Un detalle a destacar es que es una “parri” bien de barrio, pero que acompaña la carne muy bien con los vegetales. Hay varias y muy buenas opciones veggies. Entre los cortes de carnes se destaca la entraña y se puede pedir un clásico perdido de la carnicería: la arañita.

El dato: prestar atención a la panera, incluye torta frita.

Dónde: Montiel 1593, Mataderos.

Argentina vive un momento asombroso de rescate de su gastronomía. La época que comenzó hace unos años en busca de una identidad comienza a dar sus frutos. Abreboca es - o será, porque es muy nuevo aún- uno de ellos. Un lugar de restauración, como aquellos donde los baqueanos del siglo XIX recorrían en zonas rurales inhóspitas. En esas pulperías se forjó una identidad que retoma Leonardo “El Tucu” Govetto Sosa y la llama “neo-pulpería”.

Montó su propia cava de charcutería y desde esa usina dispara raciones frías y calientes que retoma esos viejos sabores pero los renueva, los viste de modernidad y todo cobra sentido cuando llega a la mesa.

El dato: destacan la morcilla con puré de peras y no se puede no probar el fiambre de osobuco. Estos chacinados de autor van a dar que hablar y lo mejor es conocerlo cuanto antes.

Dónde: Fraga 541, Chacarita.

Todo puede suceder en el multiverso gastronómico. Esta vez la hamburguesa tipo americana se cruzó con el bao asiático y salió un nuevo plato. Era un cruce que tarde o temprano se iba a dar. Es que el baozi es simplemente un pan muy ligero, cocido al vapor, de textura esponjosa, húmedo y con un toque dulce suave. Como no iba a funcionar con una buena burger.

Los creadores de Koi armaron Bao Burguer dentro de Mercat Villa Crespo y para su medallón de carne eligieron un blend de tapa y tira de asado, estilo americano. Los toppings acompañan muy bien y tiene varias combinaciones posibles. Pickles de cebolla morada, pickles de pepino, panceta caramelizada y salsa alioli o ketchup ahumado, son algunos de los toques que ofrecen.

El dato: si te bancás el picante, la que hay que pedir es la Akira, con queso cheddar, pickles de pepino, lechuga iceberg, panceta caramelizada y mayo sriracha casera (picante).

Dónde: Thames 747, Villa Crespo.